No alcanza acaso con la enorme evidencia empírica que nos muestra que el sistema capitalista es naturalmente concentrador de riquezas.
Sistema expropiador del valor del trabajo por parte de capital, concentrador, devorador de recursos naturales por la eminencia de la ganancia. O la insoportable contradicción inhumana donde muchos tienen nada y pocos tienen todo, donde nada es apenas respirar.
Creemos en el valor del trabajo, pero somos conscientes de la necesidad del capital, al menos en esta etapa de la humanidad. Los experimentos socialistas basados en la propiedad estatal de los medios de producción han tenido claros y oscuros.
Cuba ha demostrado ser capaz de dar la mejor salud, educación y vivienda que el resto de América Latina, aunque con libertades recortadas, una enorme burocracia y enfrentada al bloqueo más potente que hemos conocido. Libertad y socialismo son sinónimos, aunque no la celebre libertad burguesa «que termina cuando empieza la suya» (que es fundamentalmente paralizante), sino la del accionar de los derechos conquistados. Por esta razón el socialismo debe enmarcarse también en la lucha democrática.
En nuestras sociedades democráticas representativas, donde el consumo es el principal fundamento de vida de las personas en su vida cotidiana, el camino hacia la socialización de la riqueza, la cultura y el poder parecen aún más distantes.
La pregunta de Lenin ¿Qué hacer? podría ser reformulada ¿Cómo hacer la revolución socialista en el sistema capitalista? Ya Marx indicó como una formación social nace de las contradicciones de la precedente, entonces el desafío para las y los izquierdistas del mundo tiene que ver con tres tareas principales: 1) Luchar por una sociedad más democrática, fundamentalmente en los métodos; 2) Organizar esa lucha en todas las dimensiones de la sociedad: lo social, lo cultural, lo económico, y lo político; y estos dos esfuerzos orientados a la 3) Promocionar modos de producción alternativos al capitalismo financiero: cooperativas sociales y de producción, cooperativas de servicios, empresas autogestionadas, sociedades anónimas de propiedad cooperativa, propiedad estatal de los recursos y estratégicos1No debemos de dejar de lado la propiedad estatal de algunos sectores de la economía nacional, principalmente porque se puede realizar una buena socializacion de las ganancias por diferentes vías., otras formas de propiedad colectiva (y en algunos casos para competir con empresas multinacionales). Tenemos que derrotar al capitalismo en el terreno del mercado, pero con una construcción social no expropiatoria de la plusvalía de los trabajadores, sino socializante y cooperativa.
El gobierno en manos de la izquierda debería promover este tipo de iniciativas, que son de proto – socialismo, tal como lo definió recientemente un compañero. El FONDES que hemos creado va en este sentido. Un pequeño impuesto a las ganancias del capital para la construcción de formas socialistas de producción. Aun debemos estudiar más como el Estado se inserta en este análisis. El MiDeS ha tenido iniciativas también en este sentido, fundamentalmente en la promoción de coooperativas sociales. También una de nuestras organizaciones políticas, mediante el Fondo Raúl Sendic ha intentado comenzar experiencias similares.
Después de las peripecias de la izquierda mundial, de tanta sangre derramada, hemos llegado a la conclusión que la mejor forma de construcción de poder popular no está relacionado con el poder de fuego de un ejército revolucionario, sino en la capacidad de hegemonía cultural de las ideas socialistas tienen en la población, el conocimiento es entonces el principal campo de batalla de la revolución.
Debemos entonces repensar la estrategia de la pinza en función de una nueva agenda y organizar nuestras fuerzas sociales y políticas para desarrollar una sociedad socialista en el marco del capitalismo mundial. Ese socialismo no está escrito, no tenemos manifiestos que nos marquen la realidad, es su análisis el que nos debe dar los pasos a seguir.
Como dijera recientemente René, el cantante de Calle 13, cambiamos las armas por los libros. Esto no tiene que ver con una visión romántica de la toma del poder, sino en que la construcción de ese poder socialista, radica fundamentalmente en el convencimiento y accionar de la población en un sentido socialista, si se quiere la definición clásica de ideología acuñada por Marx. El motor de los cambios se encuentra entonces en estos sectores de la sociedad que sean capaces de apropiarse de un proyecto socialista en construcción constante y su capacidad de expandirlo en el seno de la sociedad capitalista.
Por: Tati Sabini
Referencias
↑1 | No debemos de dejar de lado la propiedad estatal de algunos sectores de la economía nacional, principalmente porque se puede realizar una buena socializacion de las ganancias por diferentes vías. |
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