La mujer en la ciencia

0

Históricamente, la ciencia ha sido una actividad vedada para la mujer. Basta ver algunos antecedentes, al menos de la Europa Occidental.

En la primera mitad del siglo XVII se autoriza a las mujeres acceder a la educación elemental o sea, se les autoriza socialmente a aprender a leer y a escribir. Hasta el siglo XIX se negó la presencia de la mujer en sociedades científicas, centros de investigación y universidades.

La aparición de mujeres científicas es esporádica a lo largo de la historia, pero no por ello los casos dejan de tener relevancia. En la Alemania del sigo XVII, algunas mujeres ingresaron en las ciencias como la astronomía. Entre 1650 y 1710, las mujeres representaban en Alemania, el 14% del total de científicos en astronomía. La mujer astrónoma más conocida fue Maria Winkelmann, fue educada por su padre y su tío. Su oportunidad de ser profesional en astronomía llegó cuando se casó con Gottfried Kirch, el astrónomo más conocido en Prusia. Ella se convirtió en su ayudante en el observatorio astronómico de Berlín perteneciente a la Academia de las Ciencias. Realizó contribuciones originales, incluido el descubrimiento de un cometa. Cuando su marido murió, solicitó un cargo de astrónomo asistente en la Academia de Berlín, para el cual estaba altamente cualificada. Por ser mujer, sin estudios universitarios, se le denegó el cargo. Miembros de la Academia de Berlín temieron establecer el mal ejemplo de contratar a una mujer. Otro ejemplo en este sentido fue el de Caroline Herschel, nacida el 16 de marzo de 1750 en Hannover, Alemania quien trabajó durante cincuenta años a la sombra de su hermano mayor, William Herschel, considerado el astrónomo más importante del siglo XVIII. Caroline descubrió ella misma diez cometas y tres nebulosas. Esto le permitió recibir del Rey de Prusia un salario anual de 50 libras, quien también le otorgó la Medalla de Oro de la Ciencia, como reconocimiento a la labor realizada durante toda su vida.

Otro caso es el de la matemática inglesa Ada Lovelace (también conocida como Ada Byron, por ser hija de Lord Byron), quien en 1834 escuchó por primera vez en una cena la idea de Charles Babbage1 de construir una máquina calculadora, se entusiasmó mucho con la idea y le sugirió escribir un plan de cómo calcular números de Bernoulli con la máquina, idea que en la actualidad se considera como el primer programa de computación. En 1979, un lenguaje desarrollado por el departamento de defensa de Estados Unidos fue llamado Ada en su honor. Escribió la manipulación de los símbolos, de acuerdo a las normas para la máquina de Charles Babbage, aún antes de ser construida. Diferentes historiadores concuerdan que esas instrucciones hacen de Ada Lovelace la primera programadora de computadoras en el mundo. En las notas (1842-3) a un artículo sobre la máquina previó amplias aplicaciones para su uso como computadora de uso general, incluyendo la composición de música. Promovió activamente la máquina analítica, y escribió varios programas.

En Alemania, Elsa Neumann fue la primera mujer del mundo en recibir un titulo de doctorado en física. Fue la única de siete hermanos que realizó instrucción superior, no sin gran trabajo. Como no estaba permitido el ingreso de mujeres en las universidades de Prusia, debió solicitar autorización a cada profesor para asistir a clase en las universidades de Gottingen y Berlín. Logró fuerte apoyo de Max Planck para continuar sus estudios de física, debiendo solicitar autorización al Ministerio de Educación, para en 1899, presentar su doctorado.

Citaremos algunos ejemplos, porque no es la intención ser exhaustivos, cuya relevancia nos parece instructiva.

En el siglo XX

Desde que Marie Curie ganara el Premio Nóbel de Física en 1903, no han sido muchas las mujeres que han sido reconocidas con tan alto reconocimiento científico2 , quien en 1911, alcanzó su segundo Premio Nóbel, el de Química, pero es tan arraigado el sexismo en la ciencia que en el propio año se le impide a esa gran mujer, que ingrese en la Academia de las Ciencias.

Lise Meitner trabajó junto a Otto Hahn, con quien en 1918 descubrió el protactinio (nuevo elemento químico). Meitner fue parte del equipo que descubrió la fisión nuclear, un logro por el que su colega Otto Hahn fue galardonado con el Premio Nobel. El caso es mencionado como uno de los ejemplos más flagrantes de logros científicos de mujeres, pasados por alto por el comité del Nobel. Sin embargo, recibió el reconocimiento por sus contribuciones a la física en 1966, cuando le fue concedido el premio Enrico Fermi en Estados Unidos. Sugirió la existencia de la reacción en cadena, con lo que contribuyó al desarrollo de la bomba atómica. En su honor se nombró Meitnerio al elemento químico 109.

Mujer y dignidad en la ciencia – el caso de Clara Immerwahr

94bd4c3c07Fritz Haber fue un químico alemán galardonado con el Premio Nobel de Química en el año 1918 por su desarrollo de la síntesis de amoníaco (fijación no biológica del nitrógeno atmosférico), importante para fertilizantes y explosivos. También ha sido definido como el «padre de la guerra química» por su trabajo de desarrollo y despliegue de cloro y otros gases venenosos durante la Primera Guerra Mundial.

Se casó con Clara Immerwahr (1870-1915) en 1901. Clara también fue una química (de los primeros doctorados en Química en universidad alemana, 1900), fue opositora al trabajo de su marido en la guerra química. Fue una mujer de ciencia muy capaz y continuó trabajando como ayudante de laboratorio después de casarse con Fritz Haber; sin embargo renunció a su puesto para convertirse en ama de casa después de su primer hijo. Immerwahr creía que la ciencia sólo debe utilizarse con fines constructivos, por lo que estaba muy molesta por el interés de su marido en la guerra química, habiendo discutido fuertemente con Haber sobre el tema. La primera liberación a gran escala de gas cloro en Ypres, Francia, el 22 de abril 1915 llevó a Immerwahr a suicidarse diez días después. Su hijo, Hermann, nacido en 1902, también se suicida más tarde, a causa de su vergüenza por el trabajo de su padre.

Immerwahr, confía a un amigo, lamentando su papel subordinado: Siempre ha sido mi actitud que la vida sólo ha sido digna de ser vivida si se ha hecho pleno uso de las propias capacidades y se trata de vivir todas las experiencias que la vida humana ofrece. Fue bajo ese impulso, entre otras cosas, que decidí casarme en ese momento… La vida que obtuve de él fue muy breve… y las principales razones de ello fueron la manera opresiva en que Fritz se ponía él primero tanto en nuestro hogar como en el matrimonio, por lo que una personalidad menos segura de sí misma fue simplemente destruida.

El ninguneo a Rosalind Franklyn

Rosalind Elsie Franklin (1920-1958) nació en1920 en Londres. A los quince años decidió estudiar ciencias y da el examen para entrar a la Universidad de Cambridge, lo pasó con honores. Sin embargo, su padre no aprobaba que las mujeres fueran a la universidad y se negó a pagar sus estudios. Una tía lo desafió y decidió encargarse de las cuentas. Rosalind se graduó en 1941. Hizo estudios sobre microestructura del carbón y el grafito que fue la base de su doctorado en química física, el cual finalizó en 1945.

abc123Pasó tres años en París en el Laboratorio de Servicios Químicos del Estado, donde se dedicó a las técnicas de difracción de los Rayos X3 . En 1951 volvió a Inglaterra como investigadora asociada en el laboratorio de JT Randall en el King’s College (Cambridge), el que le asignó un trabajo de investigación sobre el ácido desoxirribonucleico (ADN).

Sin embargo, la estadía de Rosalind en la universidad británica no comenzó bien. Un malentendido originó una antipatía con su compañero de trabajo, Maurice Wilkins. Rosalind pensaba que el proyecto había sido asignado sólo a ella. Maurice sostenía que él estaba a cargo. Ella lo trataba como a un asistente mientras él intentaba tomar las riendas.

Al inicio de su estadía en el King’s College, Franklin y Wilkins fueron invitados a Cambridge para opinar sobre un modelo de ADN realizado por Crick y Watson. Era una hélice de tres cadenas y, como Rosalind señaló, incluía menos de una décima parte de la cantidad de agua que contenía ADN.

Obtuvo una foto de la difracción de rayos X de ADN de muy alta calidad en su forma húmeda (foto 51), que mostraba claramente que el ADN era una hélice. Además notó que los grupos de fosfatos estaban orientados hacia fuera de la molécula y que el ADN existía en dos formas. Rosalind también había determinado de manera precisa las dimensiones de la unidad celular más pequeña del cristal de ADN.

Rosalind estaba tan incómoda en el King’ que negoció una transferencia de la beca para la Universidad Birkbeck de Londres. Se llevaba mal con Wilkins y se sentía aislada por ser judía en una universidad predominantemente anglicana. Parte de la población en King’s College estaba compuesta por estudiantes seminaristas de la iglesia. Esta transferencia implicaba que dejaba su asistente en graduación, Raymond Gosling, en el King’s College. Él le había ayudado a obtener sus fotografías de rayos X por lo que éstas estaban en el King’s pues era el tema de su tesis.

A finales de enero de Wilkins mostró a Watson, sin el consentimeinto de Franklin, la foto 51, Watson diría más tarde que al ver aquello, «el corazón comenzó a latirle rápidamente» y le dio datos (obtenidos por Rosalind) como la longitud de una vuelta de la hélice (34 Angstroms), que era diez veces la separación entre las bases (3,4 Angstroms).

Rosalind, en diciembre de 1952, había escrito un informe completo sobre su obra, al igual que todos los miembros de la Unidad de Biofísica del King’s, que entregó a la comisión de visita del Consejo de Investigación Médica (MRC), que financiaba la investigación.

En este informe había datos cruciales. No se espera que se haga circular un informe al MRC. A mediados de febrero, sin saberlo ella, Watson y Crick obtuvieron una copia del informe de MRC por su colega del Cavendish College, Max Perutz, quien fue miembro del comité de MRC. Fue a partir de los datos contenidos en (incluyendo la fotografía que Watson había visto antes) que fueron capaces de sumar los resultados de sus propias investigaciones y completar el modelo de la forma húmeda de ADN.

En enero llegaron a la conclusión de que forma húmeda era una doble hélice y el 24 de febrero 1953 llegaron a la conclusión que se forman tanto en húmedo como en seco eran dobles hélices.

Semanas después, Watson, Crick y Wilkins, publicaron el artículo que les haría merecedores del premio Nobel en Medicina y entrar a la historia de la ciencia como padres de la genética molecular. Mientras, Rosalind se instalaba en la Universidad en Birckbeck, donde trabajaría cómodamente estudiando la estructura de virus. Hasta el momento, no existe evidencia alguna de que Rosalind se enterara posteriormente que Watson y Crick habían visto su trabajo a través de Wilkins y Max Perutz antes de publicar sus experimentos.

Lo cuestionable es que no haya figurado como coautora en este artículo (que es famoso, ver https://www.nature.com/nature/dna50/watsoncrick.pdf), lo del premio Nobel es otra cosa, pues se entrega a personas vivas.

Curiosamente, Franklin, Watson y Crick se hicieron buenos amigos. Los tres científicos comenzaron a colaborar luego de que se publicaran los estudios sobre el ADN en la revista científica Nature. Más tarde viajarían juntos por Europa y Rosalind se refugiaría en la casa de Crick en los peores momentos de su enfermedad. Pero ellos nunca le agradecieron directamente por su trabajo ni mencionaron haberlo visto antes de publicar los suyos.

797440309a

Franklin murió de adeno-carninoma, cancer de ovario, en 1958 en Londres. Cuatro años más tarde, tres hombres disfrutarían del premio más alto a la labor científica gracias a ella. Pero nadie mencionó entonces su nombre. Las leyes del premio tampoco permitían que lo recibieran científicos después de morir. Sólo años después de la muerte de la mujer, Watson y Crick confesarían, durante entrevistas y biografías, que sin el trabajo de Rosalind Franklin les hubiese sido imposible publicar sus experimentos tan rápidamente.

Durante la década siguiente a su muerte, Rosalind Franklin era apenas conocido más allá del mundo de la biología molecular. Luego, en 1968, Watson publicó «La Doble Hélice»4 , su juguetón best-seller respecto a la carrera para resolver la estructura del ADN. En sus páginas, Rosalind Franklin se convierte en Rosy, una arpía presumida que atesora sus datos, se pierde tercamente en sus convicciones y en ocasiones amenaza a Watson. Ni Watson ni Crick jamás admitieron que se habían basado fundamentalmente en el trabajo de investigación Franklin, ni siquiera la mencionaron en su discurso de aceptación del Nobel.

1- Babbage intentó encontrar un método por el cual se pudieran hacer cálculos automáticamente por una máquina, eliminando errores debidos a la fatiga o aburrimiento.
2- Premios Nobel en ciencia a mujeres
Física.- Marie Curie, 1909; María Göpper-Mayer, 1963.
Química – Marie Curie, 1911; Irène Curie Joliot, 1935.
Medicina – Gerty Theresa Cori, 1947; Rita Levi Montalcini, 1986; Christine Nüsslein-Volhard, 1995
3- La difracción de rayos X es una técnica basada en la corta longitud de onda de estos rayos capaces de penetrar la materia, pasar entre los átomos. Si se hace incidir un haz de rayos X sobre un cristal, donde los átomos está ordenados, los rayos se desvían al encontrar un átomo, estos rayos difractados se recogen sobre una placa fotográfica brindando un patrón de manchas que es información acerca de cómo están ordenados espacialmente los átomos. Para moléculas sencillas como la sal común obtener un cristal no es difícil, pero para moléculas complejas como proteínas o ácidos nucleicos, uno de los pasos fundamentales es un buen conocimiento, y destreza, de las técnicas de cristalográficas.
4- Cuando leí el libro de Watson “La Doble Hélice”, por supuesto no conocía la historia de Franklin, sin embargo el tono del libro, como está contada esta apasionante tramo de la historia de la ciencia, me dejó un mal sabor de boca. El tono es el de un inteligentote que va por la vida atando cabos. Creo que lo que en aquel entonces pensé que eran científico de escritorio.

Por: Julio Battistoni

Comments are closed.