España atraviesa una de las crisis mas graves de su historia reciente, quizá la mayor desde la post-guerra civil. Eso no hay nadie que lo dude. Uno de los muchos/as humoristas en un canal muy visto de TV propuso ayer legalizar la “María” para su venta libre en los estancos de Tabacalera, cuestión recaudar fondos para el Estado porque con lo que obtiene del tabaco, las bebidas alcohólicas y los carburantes, los recortes de salarios, servicios y aumento del IVA, le resulta hoy imposible cumplir con la exigencias de la deuda que impone la Unión Europea.
Esa broma – de enorme contenido social – expresa la trascendencia del cannabis el “chocolate” (hachís) en esta sociedad, su consumo extendido y la poca o nula audiencia que genera la prédica sanitaria en contra de los perjuicios ocasionados por fumar, inhalar y excepcionalmente beber o comer en infusiones o comidas derivados de la planta Cannabis Sativa.
No pretendo con ello colocar en un pedestal el consumo lúdico o auto-prescrito de la Marihuana. Sólo plantear algunas reflexiones comparando sus efectos adversos – los de uso medicinal 9-THC ya están registrados, patentados y se venden con receta en farmacia – con los ocasionados por las bebidas alcohólicas, los tranquilizantes “menores”, los antidepresivos, el tabaco y los estimulantes directos, desde el café a la cocaína.
Quienes trabajamos en estos asuntos desde los años 80, sólo “tres productos” se han constituido en estrellas de Mortalidad: El Tabaco, el Alcohol Etílico y la Heroína. Del tabaco y en especial del cigarrillo rubio “Virginia” con filtro, lo sabemos todo o casi todo. Sólo con el Bogart de “Casablanca” y los westerns mas el final de John Wayne, se dice mucho sobre el tabaco pero nada del whisky que se carga a otro resto de las estrellas de Hollywood junto con los “hipnosedantes” de Marilyn, Elvis and una lista que no se ha detenido hasta nuestros días. Lo curioso que entre todas esas víctimas famosas de “las drogas” no aparece la marihuana ni casi se menciona a la cocaína, las cuales – en apariencia o en el sentimiento de la ciudadanía uruguaya – resultan ser las mas catastróficas para la convivencia.
Y el Gobierno ha dado un primer paso que saltó a las primeras páginas de la prensa internacional. El Parlamento debatirá la legalización y comercialización de “La María”. ¡Hombre! Es un primer paso, pero ya era hora que alguien; o algún gobierno del continente americano lo diese. ¡Ya está bien con el prohibir consumos mientras se liberalizan los mercados del Sur para beneficio de especuladores financieros del Norte! Una buena noticia entre tantas y tantas desagradables en este Viejo Mundo necesitado de ideas novedosas y valientes que apuntan al conocimiento y el salir de la ignorancia prohibicionista. Hay voluntad de “regular” y eso es muy sano.
Aunque no resido en el Uruguay ni consumo porros – los indico a enfermos de Sida y antiguos consumidores supervivientes de la epidemia de heroína – habiendo dedicado atención a lo que sucediera a la Sra. Alicia Castilla publicado en los Estados Unidos por www.wola.org.1 Algo lamentable y de necesaria reconducción antes se llegue a cotas de mayor escándalo jurídico-penal por asuntos particulares e intrascendentes con tan alto costo para los actores implicados y para la ciudadanía en general.
Mientras se intoxica a la infancia mas creativa con un potente estimulante anfetamínico: metilfenidato (Ritalina® en Europa) en base a argumentos neuro-psiquiátricos absurdos con fallo grotesco entre familias y la enseñanza ¿Alguien puede entender se lleve al banquillo de los acusados a una Señora de la Tercera Edad por consumir un porro para ir a dormir? Tiene razón el Presidente.
Por: Perico Montero