Pasados los llamados a salas, interpelaciones y usos de pirotecnia de diferentes portes para dar cuenta de lo mal que está la educación, la derecha local tiene la oportunidad de demostrar que el tema le interesa en serio. Está a consideración del Parlamento la creación de una institucionalidad nueva para la Formación Docente.
La creación de un ente autónomo que forme docentes y que tenga carácter universitario, en sus funciones tradicionales de docencia, investigación y extensión; requiere del acuerdo de dos tercios del Parlamento. Estas anotaciones al margen tienen por objetivo tan importante tema.
La formación docente como posibilidad
Mucho de lo que sucede en las aulas tiene que ver con la formación inicial de quienes trabajan como docentes. En nuestro país la Formación Docente ha sido parte de la discusión del tema educación desde hace muchos años. No siempre los cambios propuestos han sido en sentido de fortalecer y mejorar los procesos de formación de docentes, muchas veces se ha apostado a disminuir los años de la carrera a los efectos de facilitar mayor cantidad de egresados, se han cambiado propuestas curriculares sin ser evaluadas las que estaban en curso y todas esas cosas que la vieja derecha solía hacer con la educación pública.
El primer gobierno del Frente Amplio instaló la discusión acerca de los programas, estimulando la participación de los tres órdenes que componen la formación docente, estudiantes, docentes y egresados. Fruto de ese trabajo se desarrolló una nueva propuesta curricular, tendiente a la creación de una propuesta formativa de 4 años de carrera, que presentara aspectos comunes a todos los tipos de formaciones que se brindaban y que contemplaba la especificidad de la formación.
En este segundo período se pretende que la Formación Docente pase a tener carácter universitario. Esto es lo que tiene a consideración el Parlamento y es necesario que la discusión que se está dando comience a tener estado público. La formación de los docentes es uno de los temas claves en el desarrollo de propuestas educativas.
El proyecto de ley
El texto1https://cultura.mec.gub.uy/innovaportal/file/17153/1/proyecto_de_ley_iude.pdf enviado por el Poder Ejecutivo crea una institución denominada Instituto Universitario de Educación, que desarrollará las funciones universitarias de investigación, docencia y extensión. El IUDE otorgará titulaciones de grado y de posgrado. Formará a profesionales de la educación en los niveles y modalidades que la educación nacional requiera. Establece la necesidad de que existan posibilidades de movilidad de los estudiantes en lo relativo a reválidas de materias cursadas en otras instituciones así como lo relativo a los créditos académicos.
El proyecto de ley establece la estructura que tendrá el IUDE incorporando en sus órganos de gobierno a estudiantes, profesores y egresados, así como representantes de la Anep y la Udelar.
La estructura del Instituto se plantea que tiene por objetivos promover la desconcentración de funciones y la especialización, incorpora organismos regionales con un peso importante en la ejecución de los lineamientos y orientaciones que surgen de los organismos de gobierno.
La encrucijada, proponer
El debate parlamentario acerca del proyecto de ley implica que estamos en el momento en el que se hacen valer las ideas y las fuerzas que las mismas agrupan, significa que es un momento propicio para dar batalla por aquellas cosas que nos parecen determinantes en la creación de una nueva institución. Entendemos que este es el momento en el que se deben proponer ideas acerca del tema, las buenas, las malas y las otras.
En primer término, nos parece pertinente considerar un cambio en la denominación de la institución. Es una Universidad de la Educación lo que el país necesita. El cambio de denominación puede parecer un problema de nomenclatura pero lo que significa es cambiar el lugar y la jerarquía de la institución que se crea. Un instituto es parte de una Facultad que compone una Universidad.
Las áreas del conocimiento que abarcan la Formación Docente, así como la articulación y convergencia en la producción de conocimientos serían beneficiadas por un cambio en el lugar de la institución.Sabemos que esta propuesta despierta varias objeciones, respecto de las diferentes áreas del conocimiento que deben estar en juego a la hora de hablar de Universidad, que la creación de una Universidad de Educación corre ciertos riesgos, etc. pero preferimos correr el riesgo.
En segundo lugar, algunas precisiones respecto a la forma en que se gobierna una institución que tiene pretensiones universitarias. Para la izquierda y para el mundo, una institución de carácter universitario que forme profesionales debe ser autónoma y cogobernada. No es concebible una institución universitaria que no tenga autonomía, en todos los aspectos que implica. Esto no significa que no debamos debatir acerca de cómo se ha desvirtuado algunas veces la autonomía en autarquía o lisa y llanamente en desconexión.
No nos parece pertinente que la nueva institución deba incorporar a representantes de la Anep y de la Udelar, de ser así sería una especie de ente tutelado, un ente de segundo orden. Es más, deberíamos incorporar a ASSE y al MSP en la Facultad de Medicina y así sucesivamente.
Se podrá objetar que no es posible, que tanto el Partido Colorado como el Partido Nacional no están dispuestos a acompañar una iniciativa de este tipo. Creemos que una Universidad con locales en todos los departamentos del país es una buena razón.
También nos surge citar un maestro devenido en compañero que nos señala que en 1958 cuando se aprobó la Ley Orgánica de la Udelar teníamos muchos menos parlamentarios, pero obreros y estudiantes cosecharon autonomía y cogobierno.
Por: Pablo Caggiani
Referencias
↑1 | https://cultura.mec.gub.uy/innovaportal/file/17153/1/proyecto_de_ley_iude.pdf |
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