Entrevista a Gabriel Carrión de gvSIG España.
Gabriel Carrión pertenece a la Asociación gvSIG España. gvSIG s un proyecto de desarrollo de Sistemas de Información Geográfica en software libre surgido en la Generalidad Valenciana en 2004 que actualmente tiene una enorme adopción en el sector privado y público. En Uruguay se utiliza en distintos organismos públicos como el MTOP y la IMM. Recientemente se ha firmado un acuerdo de cooperación entre el Estado uruguayo y gvSIG para implementar gvSIG Educa, una herramienta orientada a la educación y destinada al análisis y comprensión del territorio mediante el acceso a mapas temáticos. El valor añadido de esta nueva herramienta es la posibilidad de crear y compartir información territorial libremente.
¿Cómo surge el proyecto gvSIG? ¿Fue en un clima político adverso?
Nosotros muchas veces para hacer un discurso que pensemos que puede llegar más a la gente o que promueva más el debate, nos gusta más hablar de conceptos que de etiquetas. A veces alguien dice el Software Libre es socialista, o capitalista, o anarquista y esa proclama ya te condiciona a una gran cantidad de población que ya va a estar a favor o en contra. Por otra parte, si hablamos de conceptos como colaboración, solidaridad o igualdad de condiciones para todo el mundo, eso aglutina, ya que sería raro encontrar gente que esté en contra de eso.
El origen de gvSIG surge inicialmente en el marco de un proyecto mayor de migración a Software Libre. Ese proyecto de migración surge de un Ministerio regional del Gobierno de Valencia y estuvo motivado por el cambio de política de los licenciamientos del software de las multinacionales del software. Estas impusieron que además de pagar por las licencias, había que pagar anualmente el “mantenimiento” de las mismas lo que se volvió económicamente insostenible para el Ministerio. Lo que se hizo entonces fue empezar a analizar un proyecto de viabilidad de migrar a SL toda esa administración y se terminó concretando.
En ese Ministerio Regional, el área de la información geográfica era fundamental y entonces se llegó a la conclusión que a diferencia de otras áreas de trabajo –en las que existía por ejemplo GNU/Linux, Open Office, etc.- no había una herramienta libre que cumpliera las necesidades de funcionamiento. Entonces en definitiva el proyecto gvSIG surge por una necesidad concreta de migrar a Software Libre y de contar con una herramienta de información geográfica.
Para nosotros el Software Libre es libre cuando se pone a disposición de toda le gente. En ese momento en España, las administraciones que desarrollaban SL hacían cosas como requerir el llenado de formularios, pedidos de información sobre el uso y en definitiva limitando la difusión y el uso. Nosotros en cambio nos propusimos sin preguntar a nadie, promoviendo la difusión, generamos listas de correos para promover su uso, etc. Conforme empieza a expandirse y a haber una cantidad de usuarios cada vez mayor empieza a notarse mucho impacto, incluso de trascendencia política.
Por eso es estratégico hablar de los conceptos, manifestarse a favor del compartir, el beneficio mutuo, etc. de forma que nadie pueda estar en contra. Eso permite llegar a una masa crítica y una forma de organización, que si se es fiel a los valores colectivos y a crecer en comunidad, pueda trascender a visiones político partidarias.
Es por esto que no hay que vincularlo a priori con una bandera de derechas o izquierdas, pero sí a los objetivos que estos puedan tener. Aquellos partidos que interioricen la soberanía como un objetivo fundamental o que pretendan ser actores independientes en el tablero internacional, deben apostar por el software libre.
¿Los gobiernos toman conciencia de esta realidad?
A esta conclusión no siempre se llega, incluso en las izquierdas clásicas que tienen cuadros históricos que sí tienen interiorizados conceptos como qué es la soberanía sin tener un control estratégico de los medios de producción, pero no relacionan esto con la tecnología. Hoy en día nos encontramos con gobiernos de izquierda latinoamericanos que hablan de manera muy firme de la necesidad de una reforma agraria, del control del petróleo, del gas o del control de los sectores estratégicos y no consideran la tecnología.
Incluso teniendo antecedentes como el sabotaje nacional del 2002 en Venezuela, es decir el paro petrolero por el que a través de las tecnologías informáticas consiguieron prácticamente parar el país previo al golpe de estado en contra de Chávez. Hay que ser conscientes de que la tecnología es la punta de lanza para poder ser soberanos e independientes, y entender que esta causa no es de segundo rango.
Es punta de lanza porque en otros sectores estratégicos es mucho más difícil. Tomemos por ejemplo, el tema de los Sin Tierra en Brasil, donde es mucho más complejo, porque hay un control mucho más directo de la oligarquía, por la existencia de una represión impresionante, grupos de paramilitares, etc. Por el contrario en las tecnologías, el campo de batalla es el conocimiento, y a los grupos de poder en algún sentido se les hace más difícil una represión porque estamos en otro plano.
¿El modelo de conocimiento compartido es más eficiente que los modelos tradicionales de construcción del conocimiento?
Existe una cita de Bernard Shaw que dice “Si tú tienes una manzana y yo tengo una manzana, e intercambiamos las manzanas, entonces tanto tú como yo seguiremos teniendo una manzana. Pero si tú tienes una idea y yo tengo una idea, e intercambiamos ideas, entonces ambos tendremos dos ideas”. En otras palabras, al poner ese conocimiento en común ambos crecemos. Si tenemos un problema que resolver, ¿cómo lo resolvemos más fácil? ¿Si usamos un modelo donde los veinte talentos que más saben de ese problema se pongan a colaborar para resolverlo o si creamos tres o cuatro grupos pero que al mismo tiempo defienda empresas con diferentes intereses cuyo principal argumento para el desarrollo sea la especulación con el conocimiento adquirido?.
Esto se da en todas las disciplinas del conocimiento humano. Los avances de las ciencias se construyen sobre otros desarrollos pasados y actuales. Es por la acción de las multinacionales del software, del lobby y la fuerza mediática que a veces se imponen barbaridades como que con el software libre no se puede innovar, que no se generan productos de calidad, etc.
¿Hay espacio para el lucro de las empresas y el sector privado en este nuevo modelo?
Muchas pequeñas y medianas empresas de la tecnología, para comenzar a funcionar tienen que ser “partners” de una gran transnacional. Es más, muchas veces estas PYMES son las primeras que sufren las condiciones con las grandes transnacionales, porque lo único que hacen es ser intermediarias entre esas empresas y el cliente y no tienen ningún tipo de respuesta ante sus reclamos más que trasladarlos a la transnacional sin obtener respuestas, pero no tienen alternativas porque están en una relación de sumisión y están insertas en ese modelo. Muchas de esas PYMES se creen especialistas en tecnologías pero sólo son especialistas en marcas, ya que no conocen el funcionamiento real de las tecnologías que venden.
Por eso cuando hablamos del espacio para el beneficio económico para el sector privado, hay que separar entre estas empresas PYMES que se beneficiarían con un cambio de modelo y grandes empresas como Microsoft, Oracle, ESRI, etc. que viven de la especulación con el conocimiento adquirido. En estas empresas es probablemente donde se den las mayores contradicciones y el combate al modelo actual sea más agudo.
¿Cuál es el rol que tiene el Estado en fomentar el cambio del modelo? ¿Se debe legislar al respecto?
El rol del Estado es fundamental. En una primera época, las grandes multinacionales del software llegaron a ser hegemónicas en el Estado porque los gobiernos de turno fueron los que promovieron la adquisición de una marca. Es decir, que se decidió ‘aquí solo se va a utilizar Windows’. Es curioso que sean esas grandes compañías, que ante la llegada del software libre a las administraciones públicas exijan políticas de neutralidad al Estado.
El concepto de neutralidad me resulta muy curioso ya que yo pensaba que los Estados tenían que hacer las mejores políticas para sus ciudadanos. Yo no entiendo lo que sería una política de ‘neutralidad educativa’ o de ‘neutralidad sanitaria’, pero entendería que el Estado haga una política para que la educación y sanidad sean las mejores posibles para los ciudadanos.
Es importante que los Estados con la soberanía como meta promuevan leyes y decretos pro software libre, pero también hay que ser conscientes que las leyes no cambian los sistemas de pensamiento y las concepciones y dependencias adquiridas que tenemos de toda la vida. Una ley puede ayudar a trabajar o debatir sobre un sistema de pensamiento, pero hay que considerar que ese no es el fin del camino, sino más bien el principio. Si un Estado no impulsa su uso o incorporación, debemos ser capaces de seguir trabajando, organizando y promoviendo que existan las condiciones para fortalecer esta lógica.
El argumento de la “neutralidad tecnológica” es el que se ha esgrimido para instalar Windows en algunas computadoras del Plan Ceibal, ¿qué opinión te merece esta situación?
Yo me imagino el escenario en que la gente que tiene que decidir sobre el Plan Ceibal tiene incorporado el concepto de soberanía, de libertad, de independencia y que ven realmente lo importante que es la educación, que consideran fundamental que todos los niños tengan acceso a la tecnología pero al mismo tiempo disocian estos valores de la herramienta para lograrlos. Aquí no estamos hablando simplemente que los alumnos tengan mejores medios para aprender, sino de que aprendan por ellos mismos desde la independencia y la soberanía. Esto último sólo es posible si se conoce la tecnología sobre la que se está trabajando, y eso sólo se logra con Software Libre.
Por: Colectivo Mate Amargo