Cuando los compas de Mate Amargo me dijeron si me animaba a escribir una nota en el marco del mes de la diversidad, se me generaron una serie de dudas de por dónde encarar el artículo. Luego de pensarlo varios días se me ocurrió que quizás lo mejor era hablar sobre la relación entre izquierda y diversidad y su devenir en los últimos años. Pero el asesinato de Kiara, el séptimo de una chica trans en lo que va del año, la violencia y la frialdad de la ejecución,y por último la forma en como fue comunicado por los medios de comunicación con la persistente obstinación en violar la Ley de identidad de género (16820), me obligaron a cambiar de rumbo.
¿Por qué? Porque tanto Kiara como Pamela y las otras chicas asesinadas, tenían sueños, amigos y amigas, seguramente algún amor. Como tantas otr@s chicas trans, seguramente tuvieron que abandonar el liceo porque sus compañer@s se burlaban de ellas. Lo más probable que todas la puertas que golpeó cuando fue a buscar trabajo le fueron cerradas y que casi su única salida (o más bien su única estrategia de sobrevivencia) fuera el comercio sexual. Porque fue esta sociedad la que las condenó a la cadena perpetua de la exclusión y como si esto fuera poco parece que ahora las condena a la muerte.
Las reacciones de parte de nuestra sociedad fueron las mismas de siempre. Una muestra de ello pueden ser los “valientes” y anónimos comentarios que se hicieron en portales de Internet : “ Se lo buscó”, “los travas no son personas”, “lo que faltaba ahora es culpa de la sociedad que los putos se prostituyan”. De nuevo con toda su furia disfrazada de buenas costumbres el Uruguay conservador, prejuicioso y excluyente no se hace cargo de sus prácticas cotidianas.
Pero esto no se termina aquí, no son sólo ciudadanos anónimos los que plagados de desinformación y prejuicios atacan a l@s diferentes. Basta con mirar los reportes informativos de los principales medios de comunicación televisivos del país para ver que esto no se agota en el hecho anómalo de una banda de loquitos sueltos. La crónica roja del asesinato de Pamela, permanentemente la trató de “joven”, “el travesti”, desconociendo la identidad de género asumida y vivida por Pamela.
Estos medios de comunicación de forma irresponsable no sólo desinforman a la ciudadanía, sino que incluso violan ley. Si, violan la Ley. Por las dudas les aviso a los informativistas que en el Uruguay, gracias al trabajo de las organizaciones sociales de la diversidad y a los votos de representantes y senadores desde el 17 de noviembre del 2009, “Toda persona tiene derecho al libre desarrollo de su personalidad conforme a su propia identidad de género, con independencia de cuál sea su sexo biológico, genético, anatómico, morfológico, hormonal, de asignación u otro”. En conclusión, les guste o no les guste, entiendan o no lo entiendan, Pamela era mujer. Por lo tanto el haber descripto su asesinato como la muerte de un varón es violar su derecho de haber optado por vivir su vida como mujer. Ojalá algún día exista algún control estatal que permita penalizar estas actitudes. Y ojo, no digo que no puedan pensar diferente que lo establecido en el marco jurídico uruguayo, si lo piensan que lo digan claramente, que no lo presenten como información sino como la opinión editorial de un medio masivo. ¿Por qué no existe una Ley de Medios que controle estos desmanes y que aporte a construir una sociedad sin ignorancia y Transfobia?
A su vez, esta serie de asesinatos, que claramente ya no son una coincidencia, infunden miedo y a los que militamos en este movimiento nos hace preguntar ¿Cómo podemos ir a la Marcha por la Diversidad tras este crimen horrendo? La primera reacción es encerrarnos en casa, mascando nuestra rabia y dolor en soledad. ¿Pero no es eso lo que quieren los transfóbicos, lesbofóbicos y homofóbicos de siempre? La Marcha por la Diversidad significa, justamente, tomar la calle mediante la afirmación y la alegría, para decir con nuestros cuerpos, nuestras voces y nuestros corazones que queremos un país mejor, que no vamos a tolerar la injusticia ni el odio, y que nada ni nadie nos va a detener en nuestra lucha para que todas y todos seamos iguales en dignidad y derechos.
Por eso, más que nunca este año, todas y todos tenemos que estar, codo a codo, detrás de nuestras compañeras trans que llevarán la pancarta al frente de la Marcha por la Diversidad.
Por: Federico Graña