Un viaje en ómnibus de Pocitos a Manga tiene una duración aproximada de una hora. En esas hora y venidas, como Conductor-Cobrador comparto un tiempo con diferentes personas, que repetidas varias veces en el día van dando tantas miradas como paisajes llenos de realidad. En este espacio se generan un sin fin de imágenes que son capaces de trascender lo inmediato. La incomunicación, las quejas, los malestares cotidianos, nos alejan día a día de las personas.
Este trabajo es una búsqueda de acercamiento, entre mis compañer@s y el pasajero, intentando así entrar en la piel del otro, del que espera, del que pregunta, del que toca bocina, del que se queja, y así me encuentro en el mismo lugar donde ya estuve alguna vez. Por ello se me hizo necesario, esta «simple devolución» al colectivo.
Por: Nicolás Vidal