“Las cosas ocurrieron muy despacio y al principio no nos dimos cuenta. Al principio de una enfermedad no te enteras que puede hacerte daño. Sólo cuando ya no puedes andar comprendes que estás realmente enfermo. Cuando vimos que la tierra se moría, supimos que teníamos que hacer algo. Pero no sabíamos que hacer.” Jean-Marie Sawadogo, 55 años, cabeza de una familia que vivía cerca de Ouagadougo, capital de Burkina Faso1Citado por Paul Harrison y tomado por Christian (2004: 559-560)..
El crecimiento económico moderno, comenzó a fines del siglo XVIII y permitió un incremento paulatino pero constante de los niveles de productividad del sector agrario primero, e industrial después (aunque mucho más impresionante) cuyo origen es Gran Bretaña2Christian, David (2004) y Landes, David (1969).. El proceso de difusión e imitación (o no) de estas innovaciones es parte de una discusión que no daremos aquí, no obstante en el siglo XX se disparan la producción y población a los niveles más formidables de toda la historia de la humanidad3Arostegui, Buchrucker, Sabordio (2001: 417-435). Hobsbawm (1994: 10-12). “Los cambios producidos en el siglo XX han sido, en muchos aspectos, mayores que los producidos en toda la historia humana anterior. Cuando la revolución la capacidad productiva subió vertical: lo mismo ocurrió con el nivel de vida en las regiones axiales industrializadas, ya que los gobiernos y la clase empresarial acabó entendiendo que la satisfacción material de la població era la clave para construir una sociedad capitalista próspera.” Christian (2004: 551)..
La humanidad en su conjunto desarrolló en los últimos dos siglos una fabulosa transición de las energías orgánicas a las fósiles: en la escala planetaria en 1850 el 95% de las energías eran de origen orgánico, con el ingreso del carbón en la escena productiva hicieron falta casi cien años para que igualara el peso de éstas, complementariamente una vez que se pudo aprovechar las potencialidades del petróleo, las energías fósiles se apoderaron del 95% de la energía consumida ya hacia fines del siglo XX en todo el mundo. En términos absolutos, a principios de este siglo el carbón representaba la mitad de la energía que se usaba en el mundo y hacia el fin las nuevas energías multiplicaban por ocho a las tradicionales4Rubio, Mar. Curso Energía y Crecimiento, Presentación Power Point, “Energía y Crecimiento”, FCS-UdelaR, setiembre de 2006: 14. Madisson, A. (2005: 1; 2003: 9)..
Al menos hasta 1913, fue muy importante contar con recursos naturales para el crecimiento económico (las experiencias en América Latina, Estados Unidos y Gran Bretaña así lo expresan), luego de este período es difícil establecer una relación contundente entre la existencia de recursos naturales y el crecimiento, llegando incluso a existir voces que establecen una relación negativa. Por estas razones, podemos decir que los recursos naturales en sí no son una maldición o una bendición, sino que el tipo de relación recursos naturales-sociedad-economía-política, es lo que finalmente determina que sea positiva o negativa. Sin embargo son parte, imprescindible del proceso de producción mundial y la explicación “negativa” no explica por qué todos los países quieren tener recursos naturales (especialmente los estratégicos: petróleo), por qué se han desatado guerras por ellos… y por qué la principal potencia económica del mundo capitalista tiene en su origen y desarrollo una estrecha relación con éstos.
No obstante, los cambios que trajo aparejados la transición, fueron en términos históricos, lentos y graduales (si bien no existe un modelo único). En la gran mayoría de los países subdesarrollados las energías tradicionales (humana, animal y leña) siguieron siendo la regla y no la excepción hasta el presente, en muchos países desarrollados la transición no fue relevante hasta mediados del siglo pasado a no ser por el carbón y hacia 1960 comienza la transición energética a partir del petróleo5Folchi y Rubio (2003)..
La aparición de los convertidores fósiles, posibilitaron un formidable aumento de la cantidad de energía por persona, la nueva sociedad industrial funcionó como un estimulo para nuevas energías: cuanta más energía se producía, más se buscaba6Cipolla (1994): Historia económica de la población mundial, Crítica, Barcelona, pp. 53-87, citado en: Folchi y Rubio (2003).. La forma más sencilla de ver este proceso es comparar aquellos países que se convirtieron rápida y eficientemente a la energía fósil con los que no.
Fueron los países desarrollados los principales actores de esta transición: siendo evidentemente los que poseen mayor PBI/cápita, los que presentan mayor correlación de energía/PBI, y con mucho los que consumen más y mejor energía fósil. Los países subdesarrollados consumen menos energía por persona y en muchos de ellos la mayor parte de ella es de origen orgánica7Naciones Unidas, Yearbook Of World Energy Statics, Nueva York, 1979 y 1990 cuadro citado por Rubio, Mar. Curso Energía y Crecimiento, Presentación Power Point, “Energía y Crecimiento”, setiembre de 2006, p. 19.. Si en la producción no parece evidente que la correlación con el crecimiento sea significativa, sí lo es en el consumo.
Es un hecho que el crecimiento económico está ligado al avance demográfico de la humanidad. Desde el origen del homo sapiens hasta el presente se ha utilizado cada vez mayor cantidad de energía, aunque el rendimiento por unidad de energía necesaria para producir ha mejorado en el tiempo (como ya indicáramos), el hecho sobresaliente es el cambio en el peso relativo de los usos que a ésta se le ha dado. En el comienzo, la mayor parte de la energía se utilizaba para la búsqueda de alimentación, hace relativamente poco tiempo (5000 a.C.) se comenzó a dividir entre las producción y los usos domésticos, unos cuántos milenios después (1400 d.C.) fue necesario abocar energía al transporte y este fenómeno no ha parado de crecer desde entonces, hasta ocupar por parte casi iguales transporte, industria-agricultura y usos domésticos8Ídem. p. 1..
Los primeros estudios concluyeron que la relación iba desde el producto al consumo energético, estudios más exhaustivos demostraron que en los países desarrollados, la tendencia correlativa era más pronunciada que en los subdesarrollados, así como, otros indican que en el corto y largo plazo ésta es muy pronunciada para estos países9Kraft y Kraft (1998) estudian EEUU y encuentran una relación que va de PBI a energía; Chotenawat, J., L. Hunt y Pierse (2004) con una muestra de 180 países encuentran que para la OECD la relación energía PBI es del 57% y para los que no lo son es de 33%; por su parte Lee, Ch. (2005) encuentra en el corto y largo plazo una relación similar, citados por Rubio, Mar. Curso “Temas sobre economía, energía y recursos naturales en el largo plazo”, Presentación Power Point, “Energía y Crecimiento”, setiembre de 2006: 21..
No hay posibilidades que un país se desarrolle sin el recurso energético, ningún país desarrollado ha prescindido de las energías fósiles para lograr un crecimiento económico sostenido y una de las diferencias más evidentes entre los países desarrollados, refiere al abismo entre unos y otros en la utilización per cápita de energía consumida lo cual debería dar una pista a la respuesta correcta10Madisson, A. (2005: 1; 2003: 9)..
La ciencia tiene el compromiso social, político, ético y moral de intentar visualizar los desafíos a los que nuestros hijos y nietos deberán resolver y en caso de ser posible evitarlos.
Uno de los problemas más formidables que debe enfrentar la humanidad en el presente, refiere al uso de energías modernas (fósiles) y al impacto que éstas provocan sobre el medio ambiente11“Tan espectacular como los cambios económicos y tecnológicos del siglo fue la creciente influencia humana en la biosfera, que creció más rápidamente que en toda la historia anterior. A principios del siglo XXI las sociedades humanas ejercían ya una influencia innegable en toda la biosfera y cada vez eran más contundentes los indicadores de que los humanos estaban viviendo por encima de los límites sostenibles. La aceleración del ritmo y la escala del cambio es quizá es aspecto más asombroso y (para los contemporáneos) más aterrador de la historia del siglo XX. La escala de los impactos humanos en la biosfera y en otros humanos es hoy tan grande que los cambios del siglo XX se advertirán en la escala de la historia del planeta.” Christian, 2004: 551-552.. En este debate se introducen fuertes discusiones entre los investigadores ¿Hubo o no cambios climáticos en el pasado remoto? ¿Todo el cambio climático es consecuencia de la acción del hombre? ¿Cuánto más puede soportar el medio ambiente? ¿En qué medidas somos capaces de articular los cambios en el uso de energías, sin afectar el crecimiento económico? y finalmente ¿La humanidad debe seguir en un modelo de crecimiento constante?
La combustión de derivados del petróleo supone la emisión de CO2 al medio ambiente provocando el efecto invernadero que en sustancia aumenta la temperatura de los mares, provocando entre otras catástrofes la descongelación de los casquetes polares y fenómenos climáticos violentos (inundaciones, huracanes, tormentas eléctricas, tifones, etc.). La emisión de CO2 sería la mayor en toda la Historia de la Humanidad provocando el mayor cambio climático de la Historia del Planeta Tierra12Los autores J.R. Petit y J. Jouzel. “Climate and a tomspheric history of the past 420.000 years from the Vestek cor in Antartica”, UNEP, Nature 339, pp-429-436, 1999 entienden que existe una estrecha relación entre la cantidad de CO2 que hay en el medio ambiente y la temperatura promedio del planeta (citado por Rubio, Mar en Power Point Limites y Futuro Curso “Temas sobre economía, energía y recursos naturales en el largo plazo”, septiembre 2006). Del mismo modo las estimaciones indican que el aumento de la temperatura promedio en los próximos 100 años variarían entre 1º y 6º centígrados siendo la segunda la opción más probable. “Intergovemmental Panel on Climate Change” 2001 Report citado en Mar, R. et. al, pp. 12-13..
Se vuelve de esta forma a problemas antes planteados, son los países desarrollados los mayores responsables de la emisión de CO2 al ambiente como los principales consumidores de energía moderna… el consumo se multiplicó por setecientos en los últimos doscientos años (y teniendo presente que el de biomasa lo hizo por cinco) el vertido de CO2 se ubicó por quinientos cincuenta. Este fenómeno provoca que el vertido per cápita de CO2 haya pasado de 0.0012 toneladas en 1820 a 1,12 en la actualidad13Madisson, 2005: 7., lo que deja como asombrosa conclusión, que si bien los humanos hemos sido capaces de aumentar nuestra población en progresión geométrica, el costo en términos ambientales y energéticos ha sido demasiado alto. Las previsiones más optimistas suponen que en tres décadas alcanzaremos los niveles de emisión de CO2 más altas de toda la historia planetaria suponiendo que seremos capaces de reducir la velocidad de ésta14Rubio, Mar en Power Point Limites y Futuro Curso Temas sobre economía, energía y recursos naturales en el largo plazo, septiembre 2006: 2-7.. Por otro lado reducir la emisión de forma sustancial sería un golpe de gracia al crecimiento económico (panacea de los economistas liberales y también endogenistas, dependentistas, estructuralistas, institucionalistas)…
Desde nuestro punto de vista, el crecimiento económico podrá ser sostenible en términos de tasas para los países desarrollados pero no será sustentable con este modelo de desarrollo dado el intensivo uso de energías fósiles en el mediano plazo, parece ser muy probable que los seres humanos seremos capaces de destruir nuestro medio ambiente antes que el último pozo petrolero diga basta, solo un gran acuerdo geopolítico podría dar marcha atrás al proceso.
Hemos visto, como ha evolucionado el uso de los recursos naturales para obtener energía y como las energías fósiles ocupan el primer lugar en el consumo mundial liderado por los países desarrollados. La eficiencia energética es creciente en la gran mayoría de los países15Smil, V. (2000: 25)., no obstante la matriz energética mundial, tiene su talón de Aquiles en que los recursos fósiles son en última instancia escasos, suponiendo que el escenario político-económico mundial logra realizar un radical viraje en el consumo y no será a causa del deterioro medio-ambiental, sino por la necesidad de su propia salud sistémica detrás del afán de lucro16“Hemos visto que el capitalismo es la fuerza motriz de las innovaciones en el mundo moderno y que las economías capitalistas dependen del aumento de la producción y las ventas. ¿Es compatible este crecimiento con la sostenibilidad? La respuesta no está clara, pero hay motivos para creer que el capitalismo podría ingeniárselas para coexistir por lo menos con algunas de las primeras etapas de la transición a la sostenibilidad. ‘Los gobiernos podrían mediante impuestos y subvenciones afectar precios y cambiar tendencias del mercado'(…) Pero ¿existe voluntad política para poner en práctica estas medidas? Para que la respuesta sea afirmativa han de ocurrir dos cosas: el peligro ecológico debe ser innegable para quienes ejercen el poder en el mundo moderno (los gobiernos pueden reaccionar con rapidez ante las crisis cuando no caben dudas sobre su seriedad y magnitud) las actitudes populares, sobretodo en los países más ricos, deben cambiar. Las actitudes son de importancia decisiva. La convicción general de que el crecimiento continuo de la producción es beneficioso en sí mismo es uno de los principales obstáculos de la reforma. Esta convicción se mantendrá mientas sigamos concibiendo el vivir bien como nos lo enseñó el capitalismo consumista, como el consumo incesante de bienes materiales en cantidad y calidad crecientes. Modificar las definiciones de lo que es vivir bien podría se a la postre un paso decisivo hacia una relación más sostenible con el medio ambiente.” Christian (2005: 570-571).. Sin un viraje hacia las energías renovables, el capitalismo podría detonar en una crisis planetaria a nivel productivo y concomitantemente financiera: global.
La pregunta surge entonces, como evidente ¿Cuáles son las energías alternativas que con el aumento acuciante de consumo energético podrían sustituir a las “poderosas” energías fósiles? El reto energético del futuro, será sustituir el consumo de energía fósil por energía combinable con un desarrollo sustentable del medio ambiente y con el desarrollo de los países pobres.
La mayor parte de la energía que el mundo consume se utiliza para el transporte y la generación de electricidad, suponiendo que la población se estabilizará alrededor de 10 billones de habitantes hacia 2050 el mundo precisará al menos 32,3 TW comparado con los 13,2 que se consumen actualmente, hoy ese consumo se cubre en un 83% con las energías fósiles. Gran parte del problema se centra en el aumento constante de éste, donde Estados Unidos es el mayor responsable del mismo, ocupando 25% del total, presentándose Asia como el mayor potencial consumidor del mundo, China con sus astronómicas dimensiones está desarrollando un rol fundamental, con un crecimiento económico y demográfico así como la urbanización son los fenómenos que empujan este aumento de la demanda17Ídem, p. 21-27. Smil, V. (2000: 21-22).. Si los países asiáticos logran llevar su matriz energética al igual que lo hacen los países occidentales (en términos de consumo de carbón, gas y petróleo) es probable que las previsiones de precios y reservas mundiales deberán ser radicalmente revisadas.
Muchas son las posibilidades de cambiar las energías fósiles por energías alternativas (nuclear, hidroeléctrica, eólica, geotermal, hidrógeno, solar, etc.) ¿Cuáles son las “reales”?. La energía nuclear, aún cuando sea posible construir todos las plantas necesarias (cosa poco probable dados los altísimos costos) para las necesidades mundiales las reservas de uranio no alcanzarían para más de 50 años aún teniendo presente que es posible encontrar nuevos yacimientos… tampoco es una energía 100% limpia y los episodios recientes de Fukuyama hacen parecer que no goza de su mejor momento, por lo que como opción estratégica pierde camino frente a otras alternativas. Todos los ríos y arroyos del planeta no serían suficientes para cubrir solos la demanda mundial de TW en el 2050. Los costos actuales de producción, a partir de energía solar son demasiado elevados. La energía eólica de gran crecimiento tiene algunos detractores por la matanza de aves y la polución visual. La biomasa tiene los efectos de CO2 similares al petróleo, gas y carbón aunque con la atenuante de ser más ecológica que éstos. El biodiesel presenta como principal escollo la competencia con la producción alimenticia, por lo tanto de la lucha por la tierra y el agua dulce. Los avances en nanotecnología y uso del hidrógeno parecen por su parte brindar soluciones abundantes y duraderas18Ídem, p. 27-35. aunque no en el corto plazo.
¿Debería este panorama inducirnos a pensar que el conjunto de la humanidad camina hacia la insuficiencia energética? No. La articulación de diferentes opciones, la racionalización del consumo de la humanidad toda, la promoción en I & D en energías limpias podrían llevarnos a cambiar radicalmente la matriz energética mundial. El sol es el origen de la vida junto al proceso crucial de la fotosíntesis19Christian (2005: 149). y hay investigaciones en torno a la nanotecnología para aprovecharla más eficientemente. No existe una solución mágica, las energías alternativas pueden cubrir las necesidades energéticas del futuro, pero para que ello sea posible es necesario realizar enormes inversiones en el desarrollo de las nuevas tecnologías de forma que la misma sea accesible para todos los países del planeta para que el aprovechamiento pueda ser global, y no como hasta la actualidad. Pero en el fondo, lo que debemos responder es si este modelo de desarrollo económico, social y cultural es sustentable en el mediano y largo plazo y si la respuesta es negativa: ¿Qué debemos cambiar de nuestro estilo de vida?
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Por: Tati Sabini
Referencias
↑1 | Citado por Paul Harrison y tomado por Christian (2004: 559-560). |
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↑2 | Christian, David (2004) y Landes, David (1969). |
↑3 | Arostegui, Buchrucker, Sabordio (2001: 417-435). Hobsbawm (1994: 10-12). “Los cambios producidos en el siglo XX han sido, en muchos aspectos, mayores que los producidos en toda la historia humana anterior. Cuando la revolución la capacidad productiva subió vertical: lo mismo ocurrió con el nivel de vida en las regiones axiales industrializadas, ya que los gobiernos y la clase empresarial acabó entendiendo que la satisfacción material de la població era la clave para construir una sociedad capitalista próspera.” Christian (2004: 551). |
↑4 | Rubio, Mar. Curso Energía y Crecimiento, Presentación Power Point, “Energía y Crecimiento”, FCS-UdelaR, setiembre de 2006: 14. Madisson, A. (2005: 1; 2003: 9). |
↑5 | Folchi y Rubio (2003). |
↑6 | Cipolla (1994): Historia económica de la población mundial, Crítica, Barcelona, pp. 53-87, citado en: Folchi y Rubio (2003). |
↑7 | Naciones Unidas, Yearbook Of World Energy Statics, Nueva York, 1979 y 1990 cuadro citado por Rubio, Mar. Curso Energía y Crecimiento, Presentación Power Point, “Energía y Crecimiento”, setiembre de 2006, p. 19. |
↑8 | Ídem. p. 1. |
↑9 | Kraft y Kraft (1998) estudian EEUU y encuentran una relación que va de PBI a energía; Chotenawat, J., L. Hunt y Pierse (2004) con una muestra de 180 países encuentran que para la OECD la relación energía PBI es del 57% y para los que no lo son es de 33%; por su parte Lee, Ch. (2005) encuentra en el corto y largo plazo una relación similar, citados por Rubio, Mar. Curso “Temas sobre economía, energía y recursos naturales en el largo plazo”, Presentación Power Point, “Energía y Crecimiento”, setiembre de 2006: 21. |
↑10 | Madisson, A. (2005: 1; 2003: 9). |
↑11 | “Tan espectacular como los cambios económicos y tecnológicos del siglo fue la creciente influencia humana en la biosfera, que creció más rápidamente que en toda la historia anterior. A principios del siglo XXI las sociedades humanas ejercían ya una influencia innegable en toda la biosfera y cada vez eran más contundentes los indicadores de que los humanos estaban viviendo por encima de los límites sostenibles. La aceleración del ritmo y la escala del cambio es quizá es aspecto más asombroso y (para los contemporáneos) más aterrador de la historia del siglo XX. La escala de los impactos humanos en la biosfera y en otros humanos es hoy tan grande que los cambios del siglo XX se advertirán en la escala de la historia del planeta.” Christian, 2004: 551-552. |
↑12 | Los autores J.R. Petit y J. Jouzel. “Climate and a tomspheric history of the past 420.000 years from the Vestek cor in Antartica”, UNEP, Nature 339, pp-429-436, 1999 entienden que existe una estrecha relación entre la cantidad de CO2 que hay en el medio ambiente y la temperatura promedio del planeta (citado por Rubio, Mar en Power Point Limites y Futuro Curso “Temas sobre economía, energía y recursos naturales en el largo plazo”, septiembre 2006). Del mismo modo las estimaciones indican que el aumento de la temperatura promedio en los próximos 100 años variarían entre 1º y 6º centígrados siendo la segunda la opción más probable. “Intergovemmental Panel on Climate Change” 2001 Report citado en Mar, R. et. al, pp. 12-13. |
↑13 | Madisson, 2005: 7. |
↑14 | Rubio, Mar en Power Point Limites y Futuro Curso Temas sobre economía, energía y recursos naturales en el largo plazo, septiembre 2006: 2-7. |
↑15 | Smil, V. (2000: 25). |
↑16 | “Hemos visto que el capitalismo es la fuerza motriz de las innovaciones en el mundo moderno y que las economías capitalistas dependen del aumento de la producción y las ventas. ¿Es compatible este crecimiento con la sostenibilidad? La respuesta no está clara, pero hay motivos para creer que el capitalismo podría ingeniárselas para coexistir por lo menos con algunas de las primeras etapas de la transición a la sostenibilidad. ‘Los gobiernos podrían mediante impuestos y subvenciones afectar precios y cambiar tendencias del mercado'(…) Pero ¿existe voluntad política para poner en práctica estas medidas? Para que la respuesta sea afirmativa han de ocurrir dos cosas: el peligro ecológico debe ser innegable para quienes ejercen el poder en el mundo moderno (los gobiernos pueden reaccionar con rapidez ante las crisis cuando no caben dudas sobre su seriedad y magnitud) las actitudes populares, sobretodo en los países más ricos, deben cambiar. Las actitudes son de importancia decisiva. La convicción general de que el crecimiento continuo de la producción es beneficioso en sí mismo es uno de los principales obstáculos de la reforma. Esta convicción se mantendrá mientas sigamos concibiendo el vivir bien como nos lo enseñó el capitalismo consumista, como el consumo incesante de bienes materiales en cantidad y calidad crecientes. Modificar las definiciones de lo que es vivir bien podría se a la postre un paso decisivo hacia una relación más sostenible con el medio ambiente.” Christian (2005: 570-571). |
↑17 | Ídem, p. 21-27. Smil, V. (2000: 21-22). |
↑18 | Ídem, p. 27-35. |
↑19 | Christian (2005: 149). |