Cortometraje de ficción nacional que ha participado en varios festivales nacionales e internacionales.
La gran mayoría de los cortometrajes filmados en Uruguay se hacen con poca plata, entre 1000 y 50.000 pesos, que se consiguen por aporte de los creadores o financiación de empresas privadas y aportes en servicios. Es muy difícil que los técnicos cobren por su trabajo, no así los actores que a veces se les paga. Teniendo en consideración que un largometraje sale entre $4.000.000 y $20.000.000, los $50.000 ahora no suena tanto dinero en comparación.
Hay una línea de apoyo a cortometrajes en los Fondos de Fomento del Instituto de Cine del Uruguay (ICAU), y cada ganador recibe unos $200.000 que es lo que el ICAU entiende que cuesta hacer un cortometraje profesional.
Es común en el medio audiovisual quejarse por la falta de dinero para producir, porque con ésta viene la falta de recursos profesionales, porque después de va a notar que al corto «le faltó plata».
Mañana Lunes es un claro ejemplo de lo contrario, de cómo la falta de dinero le dio a este grupo de individuos todas las libertades y no los condicionó para tener bellas imágenes narrativas, un buen diseño sonoro, buenas actuaciones y una trama interesante. Las 4 patas de la mesa audiovisual.
No dependían de un productor jefe, no le debían nada a nadie, simplemente se fueron para una casa de balneario, con una cámara, unos micrófonos, los cuales eran de ellos, 2 actrices compañeras y 3 amigos con una idea a investigar.
No siempre se necesita de dinero y un guión de hierro para hacer una gran película, hay veces que las ganas y la escasez de recursos nos devuelven frescura y libertad de expresión, de pensamiento, de compromiso.
El audiovisual es una de las artes más cara. Uno puede pintar en una pared, esculpir en barro, bailar en la calle, actuar en un ómnibus. Filmar una película de ficción requiere de una cámara y micrófono mínimo, y atrás de eso las mil y un condiciones a las cuales nos hemos acostumbrado, corte de calles, luces para simular soles, trípodes, extras. Los vicios del mundo profesional.
Cuando con tan poco a veces uno logra tanto
A diferencia de lo que se piensa, salir de las formas clásicas de producción audiovisual solo debería abrir nuevas puertas. Pues todo el mundo ya filma de esa manera, y cuando uno encuentra películas que han intentado salir de esos modos, se sorprende. Es verdad que nos enteramos solo de los buenos resultados, pero casi siempre son un placer.
Filmar con poca plata no significa filmar en las mismas condiciones con opciones más baratas. Sino que significa reinventar las formas, hacerlas propias, acondicionarlas a nuestras necesidades. Las formas clásicas rinden muy bien con cierta cantidad y calidad de recursos, no se puede pretender que funcionen igual de bien frente a otras condiciones.
Esto no es nuevo, lo sellaron los italianos en el neorrealismo, los franceses de la nouvelle vague, los nórdicos del dogma 95. Menos luces artificiales, menos recursos, más cine.
En esta etapa de florecimiento audiovisual en la que nos encontramos es necesario hacer todo tipo de pruebas, filmar todo tipo de películas, caras, baratas, austeras, con efectos. Los que también es necesario es saber si cómo las filmamos es acorde a la historia, al mensaje, al discurso detrás e interno de la película.
Por: Flor Abbondanza