Por: Saeb Erekat*
Es una alegría iniciar mi columna en Público hablando del gran apoyo que ha recibido Palestina en Naciones Unidas. Ese apoyo refleja claramente la voluntad de los ciudadanos del mundo que durante décadas se han solidarizado con la causa del pueblo palestino por la libertad y la independencia. En ese contexto, el apoyo del pueblo español, así como el de los pueblos latinoamericanos, ha sido realmente determinante.
El voto en la ONU no va a liberar a Palestina de la colonización y el Apartheid impuestos por Israel. Sin embargo, es un gran paso en la dirección correcta. Es la consolidación del gran apoyo internacional al derecho a la autodeterminación del pueblo palestino, lo que sin duda es la única forma de lograr el objetivo común de un Oriente Medio de paz, democracia y prosperidad.
Las amenazas recibidas para no presentar nuestra demanda en la ONU tuvieron más tono de guerra que de paz. Fue la confrontación directa entre la agenda colonial israelí y nuestra agenda de paz. Pero nosotros hemos vencido una batalla importante y creemos que con ello podemos impulsar aún más nuestra agenda diplomática y no violenta para lograr la independencia de Palestina.
Según el derecho internacional, la autodeterminación es un derecho inalienable reconocido universalmente, y que bajo ningún concepto podemos negociar. Nuestra independencia no será parte de ningún proceso de paz y el llamarnos Estado no tiene nada que ver con la voluntad de nuestra ilegal potencia ocupante. En otras palabras, el derecho a la autodeterminación de cualquier pueblo no es negociable, y créanme que nosotros no seremos los primeros que lo hagan. Nuestro proceso en Naciones Unidas es simplemente un paso en el lugar correcto, buscando entregar algo de justicia para nuestro pueblo y que así pueda gozar en parte de los valores universales consagrados en la Carta Fundamental de las Naciones Unidas.
¿Quién podría argumentar que la ocupación israelí de Palestina es legítima? ¿Quién podría negar el derecho del pueblo palestino a la autodeterminación? Reconocer a Palestina es simplemente reafirmar lo que ya se ha dicho por décadas y comenzar el proceso de implementación de tales memorandos. Hemos de reforzar los derechos del pueblo palestino para poder vivir en paz, construir esa paz tan esquiva en base a la justicia y no a la negación.
Hay quienes en pura exaltación de la propaganda han querido decir que nosotros buscamos deslegitimar a Israel. Si ellos creen que Israel son las colonias, entonces sí. Nuestro objetivo es acabar con la ocupación, no con Israel. Nuestro objetivo es adherir a Palestina al mapa, no borrar a Israel de él. Pero las políticas de apartheid de Israel nos están llevando a un abismo en el que perdemos todos. Acudimos a la ONU para intentar, en parte, evitar eso. Nuestra respuesta a las sistemáticas violaciones de nuestros derechos es la búsqueda del respeto al derecho internacional. Nada más.
Habiendo negociado por más de dos décadas, ha llegado el momento de la verdad. El problema no son las negociaciones, sino el interés israelí de convertir el proceso de paz en una cortina de humo para continuar su colonización. Nuestro reconocimiento de Israel ha sido desafiado con una aceleración sin precedentes de la ocupación israelí y el número de colonos se ha triplicado prácticamente. ¿Qué esperan? ¿Qué nos quedemos de brazos cruzados?
Al llevar a cabo esta iniciativa, le pedimos al mundo que reafirme que nosotros no somos una excepción a la regla y que no seremos castigados por perseguir nuestra libertad a través de las armas que nos entrega el derecho internacional. Son 193 países los que tienen la posibilidad de quedar en el lado correcto o el lado errado de la historia. Si elegir el apartheid o la libertad. Nuestra llamada se dirige a mantener viva la esperanza de que es posible una solución pacífica para poder terminar con la ocupación. Ya es hora.
*Jefe negociador palestino