Por: Diego Pons y Juan Miguel Martí
Este trabajo es una primera aproximación para tratar de entender el impacto de la «computación en la nube»1Traducción literal del término inglés cloud computing., (concepto tecnológico reciente) en nuestra sociedad. Si bien toda tecnología es inherentemente neutra en cuanto a lo económico y lo político, dependiendo de cómo se utilicen ciertas tecnologías fortalecen modelos económicos y políticos al servir de vehículo de implantación2Por ejemplo, la tarjeta de crédito como modelo tecnológico le dio un impulso enorme a la banca, y en diferentes momentos creó situaciones de alto endeudamiento personal con efectos económicos y políticos. a intereses económicos concretos.
En los últimos años no es posible leer un documento de política informática – ya sea del Gobierno o empresarial – sin toparse con la frase «computación en la nube» o «servicios en la nube». Es la última frase de moda entre los informáticos postmodernos y, como toda frase de moda, muchos la repiten sin entenderla por completo. Nuestro propósito no es solamente iluminar el significado literal de la frase «computación en la nube» sino también buscar los posibles significados de su uso para el ciudadano común desde el punto de vista económico y de sus libertades y derechos.
Un poco de historia
Primero fue la explotación de los recursos de la tierra, valían (y plus) y el sistema comerciaba con ellos.
Luego vino la industrialización que pasó a ser más valiosa desde el punto de vista del comercio, y en detrimento de los recursos de la tierra, valía (y plus) más que los propios recursos. Siguiendo cronológicamente, vinieron los autómatas y los robots, abarataron la industrialización, comenzaron a producir productos con obsolescencia programada y se bajaron los costos nuevamente, pero el mercado, aunque exacerbado por las campañas publicitarias seguía siendo finito.
Comenzamos a producir servicios, y no siendo éstos tampoco suficientes, comenzamos a inventar “mercadería” comercializable, es así que se patenta casi cualquier cosa (p.ej.: las semillas alteradas genéticamente para no reproducirse) y se lucra con eso.
El producto ideal sería vender algo que no tenga costo (p.ej. el software que tiene un valor –y plus- de construcción y se puede vender luego n veces sin costo más que de facturación) El sistema sigue manteniéndose “vivo”.
Todavía no se han animado, pero aquello de pagar por el aire que respiramos no dentro de mucho podría ser realidad: la nube global.
Definición inicial de nube
«Computación en la nube» se refiere a un modelo tecnológico donde los datos de los usuarios están disponibles a través de un servicio en la red3Normalmente la Internet, aunque existen nubes en redes de datos privadas.. Un caso común es el de los servicios de correo tipo gmail: no importa desde dónde uno se conecte, el acceso es similar y los mismos datos están disponibles desde cualquier punto accediendo a la Internet. La creación, manipulación y visualización de los datos se hace generalmente a través de herramientas informáticas integradas que residen en la nube, y no en la estación de trabajo del usuario. Esto se ha extendido a otros tipos de datos: documentos de texto, almacenamiento de archivos, mapas, medios audiovisuales, etc. Muchas veces estos servicios comerciales4A los programas disponibles se los llama en inglés software-as-a-service, que junto con los servicios de red, de identidad, de almacenamiento, de infraestructura, etc, se los denomina x-as-a-service. (uso de aplicaciones, almacenamiento de datos con límites de tamaño razonablemente altos) son gratuitos para el individuo, pero no siempre para entidades: de algún lado salen las pingües ganancias de Google5Google anunció a fines de 2012 que sus servicios de nube a empresas ya no serán gratuitos. y otros. El modelo de nube permite lo que se ha dado en llamar X-as-a-service, donde podemos reemplazar a X por software, infraestructura, etc. El software no es ya una posesión del usuario, es un servicio que la nube provee para manipular los datos que residen en la misma.
Atractivos del modelo nube
Lo que lleva a muchos usuarios individuales a usar este tipo de servicios es la creciente disponibilidad de servicios de acceso a la Internet de buena calidad ya sea desde el trabajo, el hogar y aun en sitios públicos usando tecnologías wifi y celulares. Eso satisface una necesidad de usar el universo de datos de la persona con autonomía geográfica.
Un poco diferente es el caso de entidades, ya sean estatales, educativas o comerciales. Además de compartir las motivaciones del usuario común, lo que las lleva a los servicios de nube es la simplificación: para usar la nube necesitan menos personal especializado y reducen la complejidad de las instalaciones informáticas propias.
Cuando ambos tipos de consumidores de nube la adoptan, posponen todo análisis del impacto a largo plazo en ellos y la sociedad, enfocándose en sus intereses más inmediatos.
Impacto económico y político de la nube
Insinuábamos, y no muy sutilmente, que aunque el modelo nube es una propuesta tecnológica, habilita una propuesta económica y hasta una política.
En lo económico crea un enlace difícil de resolver entre el usuario y el proveedor de servicios de nube, y si lo servicios no son gratuitos, crean una erogación permanente a los usuarios sin término ni amortización, más parecido a un alquiler que a una hipoteca que algún día se salda. Esto crea un modelo de dependencia donde el usuario no puede cambiar de proveedor porque pierde el servicio (y hasta los datos) y el proveedor tiene un flujo de ingresos independiente de sus costos. Es el paraíso terrenal de los proveedores de servicios: su propio impuesto a la población: extracción-as-a-service.
El modelo está justificado por sus proveedores porque maximiza la eficiencia de recursos, pero si bien esto es cierto para el proveedor, para el usuario no lo es y pierde significado si el monto que erogan los usuarios excede lo que se pagaría por estos recursos en otro modelo. Es más: cuantos más usuarios tiene un servicio, más aumenta el porcentaje de ganancia de los proveedores, que en general, o por lo menos es así en el tema que nos ocupa, tiene un pedestal de costos y lo demás es incremental.
Otro tema no menor, y cuyo costo no se puede medir en dinero, es la pérdida de autonomía, soberanía y libertad.
¿Qué sucede si hay una disputa acerca de los datos en la nube?. Dado que todo, datos y servicios están en la Internet, ¿en la jurisdicción de quién están? Supongamos que alguien requiere que todos sus datos sean borrados permanentemente, ¿cómo lo garantiza un proveedor no necesariamente sujeto a las leyes locales? Supongamos que para una investigación criminal se requiera un embargo de los datos, ¿cómo saber dónde ir a ejecutar la orden judicial? La nube puede no tener dirección establecida, país o razón jurídica. Una entidad estatal que terceriza sus servicios de nube no puede saber si el servicio radica o no en el país y está sujeto a sus leyes, o si está en alguna nación (o fragmentado en muchas), fuera de su jurisdicción y soberanía. Aquí es donde vemos la mayor debilidad de la ejecución del modelo.
Otro tema que nos preocupa es que la nube pone a los usuarios en una especie de pecera, donde todas sus acciones frente a los servicios, sus vínculos con otros usuarios y los sitios web visitados quedan almacenados en bitácoras. Estas bitácoras son indexadas y explotadas con fines económicos por quienes manejan los sitios6Si tiene alguna duda de esto haga la siguiente comprobación: abra una cuenta de correo de gmail (si ya no la tiene) luego abra un correo cualquiera de su bandeja de entrada mire a la derecha de su pantalla y constate si la publicidad que le aparece en ese espacio no está relacionada con todos sus correos y en particular con el que está leyendo., o por terceros a quienes les venden sus datos, y en este caso decimos “sus” por los suyos: lector. Aquí volvemos al modelo, y el modelo es el del consumo que necesita esta sociedad capitalista para seguir con vida. Alguna gente dice, no queda del todo claro si en broma o en serio, que si los sitios sociales – tales como facebook, gmail, twitter- no existieran, los servicios mundiales de inteligencia los crearían.
Contrarrevolución
Se conoce que la llamada revolución de los PC, comenzada a mediados de los años ’70, fue alimentada por el empoderamiento de los usuarios, que antes estaban a merced de servicios, disponibilidad de datos y costos determinados por los centros de cómputos y sus proveedores. La revolución del PC hizo que el usuario tuviera control total de los datos y servicios de software, produciendo un cimbronazo en la estructura económica de la informática que todavía sacude la economía mundial.
Desde este punto de vista, el concepto de «computación en la nube» es contrarrevolucionario al regresar el poder y el control de datos y servicios a los centros de cómputos. “La nube” lleva esta contrarrevolución aun más lejos: borra la definición geográfica y por tanto nacional de este centro de poder, haciendo inexistente la soberanía jurídica sobre procesos y datos.
Hacia un modelo de nube socializante
Es posible que en lo puramente tecnológico el modelo de nube sea irreprochable: racionaliza costos a través de la centralización y uso común de hardware y software, crea modelos horizontales de servicios de software que le dan homogeneidad a la calidad de éstos, permite formas productivas como el trabajo a distancia, y se podrían agregar más cosas a esta lista.
Pero su impacto creando dependencia y funcionando como herramienta de erogación permanente de dinero hacia los proveedores nos lleva a cuestionar el modelo seriamente, y advertir de los riesgos que trae aparejados si no se toman y a tiempo las precauciones y prevenciones necesarias.
¿Es posible un modelo de nube socializante? Con cierto nivel de regulación, creemos que sí, siguiendo estas características y quizás otras que tengamos que definir:
1. Intransferibilidad de los servicios
Un riesgo que acecha es la emigración descontrolada de datos y servicios: lo que es un servicio informático nacional, que respeta la legislación nacional , se puede transferir transparentemente a una empresa que los localiza en el extranjero, donde ya no haya manera de hacer valer las leyes del país. Una solución es impedir la tercerización de los servicios de nube.
2. Presencia geográfica en nuestro territorio para tener soberanía jurídica
El mero hecho que los servicios de nube se acceden a través de la Internet hace que, como decíamos antes, no haya garantías jurídicas sobre la gestión de los datos.
3. Contratos claros que le den a los usuarios garantías de soberanía sobre sus datos
Los derechos de los usuarios deben quedar claramente marcados en contratos que irrevocablemente protejan a éstos, dándoles derecho a privacidad, creación y destrucción de información, y límites al uso de los mismos por parte de la nube tales como indexación, publicación, ejecución de órdenes judiciales de países extranjeros.
La nube nacional
El modelo nube, aplicado de la manera más salvaje y globalizadora creemos que es contrario a los intereses nacionales, ya sea usado por el Estado, las entidades educativas o entidades privadas. Abre un modelo de explotación y colonización que a la larga sólo favorece a las empresas multinacionales más grandes y nos deja dependientes tecnológicamente y pagando un impuesto eterno para poder acceder al uso de recursos informáticos y hasta de nuestros datos.
Pero el modelo puede ser orientado hacia un modelo económico al servicio de nuestro desarrollo tecnológico como país, de nuestra libertad, nuestra independencia y nuestra soberanía.
Para ello es necesario que se definan ciertos límites, derechos de usuarios y deberes de proveedores de tal manera que las eficiencias del modelo se traduzcan en el bienestar nacional7Nacional puede ser reemplazado por regional donde se justifique..
Sugerimos estos requisitos:
● Crear o modificar legislación que garantiza la soberanía jurídica respecto a datos y servicios almacenados en las nubes usadas en nuestro territorio, mínimamente en lo que respecta a datos y servicios usados por el Estado y sus dependencias.
● Que los datos y servicios no sean transferibles por medio de tercerización a empresas que puedan violar la cláusula anterior.
● Que exista un contrato de derechos de los usuarios (ya sean personas físicas, jurídicas o el mismo Estado) que le otorguen derechos plenos a sus datos, con una protección semejante a la otorgada al correo epistolar.
● Que se proteja la privacidad de cada usuario, no permitiendo la recolección de datos personales de uso de nube para crear redes de relaciones tales como grafos de los vínculos que establecen entre usuarios. La historia nos enseña que aún si estos datos son anonimizados, es una pérdida de privacidad que tarde o temprano llevará a una pérdida de libertad.
Cumpliendo estas condiciones estaremos apuntando al uso realmente neutral de la tecnología de nube de una manera socializante y constructiva, beneficiándonos de las ventajas y no perjudicándonos con sus problemas, sin crear dependencia y manteniendo nuestra independencia y soberanía.
Referencias
↑1 | Traducción literal del término inglés cloud computing. |
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↑2 | Por ejemplo, la tarjeta de crédito como modelo tecnológico le dio un impulso enorme a la banca, y en diferentes momentos creó situaciones de alto endeudamiento personal con efectos económicos y políticos. |
↑3 | Normalmente la Internet, aunque existen nubes en redes de datos privadas. |
↑4 | A los programas disponibles se los llama en inglés software-as-a-service, que junto con los servicios de red, de identidad, de almacenamiento, de infraestructura, etc, se los denomina x-as-a-service. |
↑5 | Google anunció a fines de 2012 que sus servicios de nube a empresas ya no serán gratuitos. |
↑6 | Si tiene alguna duda de esto haga la siguiente comprobación: abra una cuenta de correo de gmail (si ya no la tiene) luego abra un correo cualquiera de su bandeja de entrada mire a la derecha de su pantalla y constate si la publicidad que le aparece en ese espacio no está relacionada con todos sus correos y en particular con el que está leyendo. |
↑7 | Nacional puede ser reemplazado por regional donde se justifique. |