Por: Pablo Álvarez
Después de varias vueltas, frenadas y retomadas se presentó el proyecto de Ley sobre los Servicios de Comunicación Audiovisual.
Es más notable el silencio de los principales medios sobre el tema que el escándalo preanunciado.
La Ley trata de varios asuntos vinculados al tema. Podríamos resumir que trata de Democratizar, Diversificar, Pluralizar el sistema de medios de nuestro país. A la vez que busca la promoción de la producción de contenidos nacionales y la protección de la audiencia, en particular de los niños y niñas, frente a los contenidos emitidos.
Tiene un fuerte componente programático y a la vez opera directamente en la desconcentración en la propiedad de medios. El debate parlamentario podrá afinar y avanzar en algunos de los temas planteados.
Queda claro en la ley la salvaguarda de la libertad de expresión y la protección de los derechos de los trabajadores frente a las propias empresas de comunicación como establece el art 41 del proyecto enviado por el Poder Ejecutivo.
Otro punto en que entendemos necesario discutir respecto de lo que establece el proyecto es lo referido a los medios públicos. El desarrollo de la tv y las radios públicas estatales en los últimos 8 años ha sido realmente importante. Es momento de seguir avanzando en materia de su institucionalidad (separarlos del MEC) como también, en el fortalecimiento presupuestal. Pero es mas significativo aún definir el objetivo de los mismos.
Los medios públicos, aunque no se lo propongan, están en competencia con el sector comercial. Pues si se procura hacer buenos contenidos es para que estos sean vistos y escuchados, pero no por ello se debe mover en base al concepto de rating para definir su programación. Por lo tanto debe tener condiciones operativas que le permitan cumplir con sus cometidos y objetivos de la mejor forma, y muchas veces las disposiciones genéricas de la administración central ya sea en procedimientos administrativos o contractuales atenta contra el propio medio. Por ello es importante evaluar este punto.
En general, la ley recoge muchos de los grandes puntos que desde hace mucho tiempo desde diferentes ámbitos sociales, académicos y políticos se expresan en virtud de mejorar el sistema de medios. Desmonopolizarlo, darle diversidad y pluralidad. Hacer transparente el acceso y dejar claras las responsabilidades de los titulares en el uso de las señales. Promover la integración y los derechos de todas las personas, en particular de las personas con discapacidad.
Incorpora también la obligación de los titulares de disponer de tiempo gratuito para campañas de interés público.
En este sentido creemos que uno de los principales aportes de este proyecto es que sea largamente debatido socialmente. La posibilidad de pensar críticamente a los medios de comunicación es tan o mas importante que una legislación. Por eso uno entiende el silencio que sobre la misma existe. Tal vez los grandes medios sienten que no los jode mucho y poner el tema arriba de la mesa los pone en el banquillo de la crítica. Vemos entonces que es una tarea importante multiplicar las actividades que a través de la discusión de este proyecto de ley nos permita pensar los medios.
Por lo dicho creemos que en términos generales el proyecto presentado es un significativo avance. Es probable también, mas allá de nuestras propias convicciones, que esta ley sea una ley vieja. Si pensamos en unos años para adelante parece altamente probable que no sea la TV tal cual la conocemos la que tenga un papel predominante en un sistema de medios. Hoy mismo si observamos el comportamiento de los mas jóvenes el uso Internet iguala o supera (depende para que uso) en cantidad de horas dedicadas a la tv, y sin duda la superará extensamente. Por lo que aún siendo profundamente necesaria esta ley debemos seguir mirando más adelante para poder comprender los desafíos que se avecinan y junto a ellos las oportunidades.