Bó Ñato

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Por: Agustin Mazzini

Supongo que lo que molestó de las palabras del Ñato a cierta parte de la izquierda uruguaya, fue lo siguiente:

«-¿Qué discute la izquierda entonces?

-Yo qué sé. Está discutiendo la nueva agenda de derechos, que los homosexuales se puedan casar y cosas así. ¡Dejate de joder, hermano! Esa agenda la hacen Estados Unidos y la socialdemocracia europea, que inventaron ese radicalismo con las mujeres, los homosexuales, esto y aquello para no hablar de lo que importa realmente. Esa agenda no jode a nadie y somos tan giles que no lo vemos. El problema no está en si los homosexuales sí o los homosexuales no. El problema está entre los homosexuales ricos y los homosexuales pobres. Los homosexuales ricos no tienen ningún problema, nabo, no tienen ningún problema. El problema está en que hay ricos y pobres. Acá lo que pasa es que se olvidaron de la lucha de clases. ¡De la lucha de clases nada menos!»1Mateo Grille, Entrevista a Eleuterio Fernández, Caras y Caretas, 20 de setiembre de 2013.La única novedad radica en que el ministro lo dice «acá». Porque en Europa, esta discusión ya tiene un par de décadas y si nosotros recién lo estamos discutiendo… es por una deficiencia de la FESUR en imponer el tema. Lo que sí es claro es que, pese al desfasaje, lo impuso y de manera muy eficiente, hecho que se explicita al ver la reacción de algunos compañeros.

El ministro en una entrevista, que junto con la de Celso Amorim en Página 122Martín Granovsky, Entrevista a Celso Amorim, Página 12, 16 de setiembre de 2013., son muy importantes para entender la defensa regional y el vínculo militar entre los gigantes de Sudamérica. En la misma, no pudo profundizar en sus palabras, que en definitiva explicitan uno de los debates más importantes de la izquierda actual: que nuestros milicos estén pensando cómo defendernos conjuntamente de un enemigo extra regional y no como pelearnos entre países hermanos o en una represión a nuestros pueblos, es uno de los logros más significativos de nuestras izquierdas.

Unos de los autores que más se ha preocupado por estos temas es el esloveno Slavoj Žižek, uno de los más agudos y sagaces críticos de la ideología que tiene nuestro siglo. Profundizaré mi análisis basándome casi completamente en sus conclusiones. Para comenzar a hacer la crítica a la ideología debemos tener más o menos definido este concepto, digamos que para hablar todos más o menos de lo mismo. Las sociedades de clases están basadas en relaciones de dominación, relaciones de poder asimétricas, donde existe un subordinador y al menos un subordinado. Estas relaciones que a priori son insostenibles, se sostienen en dos pilares fundamentales: el uso de la fuerza y la ideología. La ideología entonces la definimos como el conjunto de ideas políticas, sociales y culturales que permiten mantener un sistema de dominación. Por otro lado tenemos las ideas utópicas o revolucionarias que nos impulsan a romper con el sistema hegemónico.

La pregunta entonces es: ¿el multiculturalismo es una ideología o una idea revolucionaria?

«Hay que reconocer, por supuesto, el impacto tremendamente liberador de la politización posmoderna de terrenos hasta entonces considerados apolíticos (feminismo, políticas gay y lesbiana, ecología, problemas de minorías étnicas y otras): el hecho de que esos problemas no sólo hayan sido percibidos como intrínsecamente políticos sino que hayan dado a luz a nuevas formas de subjetivación política rediseñó todo nuestro paisaje político y cultural. De modo que no se trata de dejar de lado ese tremendo progreso para reinstaurar alguna versión del así llamado esencialismo económico: el asunto es que la despolitización de la economía genera el populismo de la Nueva Derecha, con su ideología de la Moral de la Mayoría, que hoy es el principal obstáculo para la satisfacción de las numerosas demandas (feministas, ecológicas…) en las que se centran las formas posmodernas de subjetivación política. En suma, predico un “retorno a la primacía de la economía” no en detrimento de los problemas planteados por las formas posmodernas de politización, sino precisamente para crear las condiciones de la más efectiva satisfacción de las demandas feministas, ecológicas, etc»3Slavoj Zizek, Dije economía política, estúpido; Extraído de The Ticklish Subject (Londres, Verso, 1999), publicado por Página/30 Nro. 118, Mayo 2000..

En este párrafo el autor señala de manera un poco más elegante el problema del abandono de la economía política por el multiculturalismo de las izquierdas, al que sin dejar de reconocerles sus virtudes lo entiende por si solo como la “lógica cultural del capitalismo multinacional”.

Veamos entonces por qué el multiculturalismo es funcional a la ideología. La ideología capitalista a la que se enfrentó Marx era la de la recientemente instalada como clase hegemónica y hasta hace poco revolucionaria clase burguesa, funcionaba básicamente como un reflejo de sus necesidades, inquietudes y miedos. La ideología del capitalismo globalizado es un poco más refinada porque una ideología para ser eficiente debe lograr ser hegemónica en lo cultural y si solamente incluye las necesidades de la clase dominante es muy difícil que lo logre fuera de los momentos revolucionarios (los momentos revolucionarios son en esencia cuando una de las clases subordinadas logra imponer su programa a las otras clases subordinadas, rompiendo la hegemonía de la clase dominante).

El multiculturalismo tiene entonces la virtud de edulcorar la ideología del capitalismo globalizado, además de tener a nuestras izquierdas distraídas en combatir situaciones que son injustas, «nosotros estamos siempre, en todos los casos y con más decisión que nadie, a favor, (de dar estas luchas), ya que somos los enemigos más intrépidos y consecuentes de la opresión«4Lenin, El derecho de las naciones a la autodeterminación., pero que no atacan al núcleo central del sistema capitalista.

El patriarcado y el racismo fueron dos herramientas ideológicas centrales en dos momentos cruciales del capital, el primero en la formación de la propiedad privada, si la descendencia es colectiva la propiedad también. El racismo era una ideología necesaria para la esclavitud, por tanto era esencial en la formación de la acumulación originaria. Para el capitalismo globalizado estas no son ideologías necesarias, puede existir el capitalismo en su fase actual sin racismo patriarcado e incluso respetando algunos derechos individuales.

Por último se advierte que el sistema más allá de tener una nueva y eficiente ideología, en momentos de crisis, como los que hoy viven los países centrales, generan malestares que no están siendo canalizados por una izquierda que sustituyó la lucha económica, y que sí lo están siendo por la ultra derecha que tiene un discurso contra el capital financiero.

Referencias

Referencias
1 Mateo Grille, Entrevista a Eleuterio Fernández, Caras y Caretas, 20 de setiembre de 2013.
2 Martín Granovsky, Entrevista a Celso Amorim, Página 12, 16 de setiembre de 2013.
3 Slavoj Zizek, Dije economía política, estúpido; Extraído de The Ticklish Subject (Londres, Verso, 1999), publicado por Página/30 Nro. 118, Mayo 2000.
4 Lenin, El derecho de las naciones a la autodeterminación.

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