A mediados de siglo pasado, las operaciones ilegales de ciertos grupos militares extranjeros en el continente, instituciones internacionalmente conocidas, causaron injerencias tras bastidores durante fines de los sesentas, en algunos casos hasta la década de los ochenta. Siendo patrocinado el conocido “Plan Cóndor”. Operación estratégica, política y económica, enfocada en paralizar los movimientos sociales de Izquierda que para ese entonces levantaban sus voces a una en el mundo entero, tomando fuerza en varios países de suramérica.
Más tarde según el concepto de David Ricardo “La mano invisible del mercado” seducía a ricos empresarios a unificar criterios, en materia económica, petrolera, estratégica y política de forma corporativa, transnacional. Para consolidad el control de las masas y estrangular la capacidad adquisitiva del pueblo con “La Libre Ley de la Oferta y la demanda”, comprando conciencias con sueldos bajos de la mano de obra calificada, controlado por una diabólico sistema bancario de créditos e intereses, teniendo a su favor un ejército de obreros “esclavos” prostituyendo los poderes públicos y estableciendo el control hegemónico, geopolítico del llamado por ellos “El Patio Trasero”. Por esta razón la gran mayoría de las empresas privadas se mantuvieron al margen durante la dictadura en favor de sus ganancias y su propio interés.
Muchas fueron las proclamas y aún mayor las batallas de aquellos que se resistieron a tal atropello cruel. Muchos los martilles, la sangre de los patriotas, cual el ejemplo bíblico de Abel: hermanos matando a sangre fría a sus hermanos, clama desde el polvo de la tierra por Justicia y Libertad.
Ya han transcurrido muchos años desde entonces, mucha ha sido el agua que ha pasado bajo el puente. Aún que la realidad no es diferente. En palabras del poeta “Las venas abiertas de América Latina” siguen sangrando a acusa de sus heridas. Los efectos de todo un sistema de cultura apátrida, donde el individualismo se antepone a la existencia del ser humano en sí mismo, en que el dinero es su principal razón de vida y los beneficios que este ofrece, el precio por el alma.
En la actualidad a muchos los atormenta el fantasma de su pasado, su propia conciencia que por ambición fue cauterizada, saben cuál es su destino, y ven claramente la moraleja “Puedes matar al hombre pero no la idea”
Las voces se siguen levantando en todas partes, cada vez con más fuerza, Uruguay, Argentina, Venezuela, Bolivia entre otros. Con más ánimo y con un poder que emana directamente del pueblo en pro de los desprotegidos. Como diría Simón Bolívar en palabras de Hugo Chávez: Para darle al pueblo la mayor suma de felicidad social, estabilidad política y económica; mejor dicho la mayor suma de felicidad posible.
Por: Robin Martínez