La resistencia finlandesa contra la intervención soviética en la era de Stalin y Molotov justamente, copió el modelo de bomba incendiaria que los franquistas habían inventado durante la Guerra Civil Española. Las vueltas de la historia hicieron que el famoso cóctel se convirtiera en una de las armas de auto defensa popular más conocidas y utilizadas hasta nuestros días.
El “Bebe” Sendic ironizaba sobre el uso de botellas de Coca Cola por parte de los jóvenes peruanos para la fabricación de tal artilugio pirotécnico.
Uno podría leer en esa botella de vidrio con nafta, aceite y un trapo por mecha (o aquella más estilizada con la pastilla de Potasio) parte de la mejor historia de las luchas obreras y sobre todo estudiantiles también en Uruguay. Cuenta la leyenda que para aquella barra estudiantil del FER – 681Frente Estudiantil Revolucionario 1968, agrupación estudiantil afín al MLN-T. el cóctel era tan consumido como la grapa con limón. Pero también se pueden leer otros pasados, presentes y futuros.
Esa botella bien puede representar el pasado y el presente de una de las expresiones más tangentes, materiales, visibles, palpables del sometimiento y la dependencia uruguaya y de buena parte de los países del Tercer Mundo.
En la gráfica se puede observar claramente en un periodo histórico que se inicia en 1882 y culmina en 1997, poco más de cien años, el importante volumen que implica el petróleo y sus derivados como fuente y consumo de energía.
Como demuestra en su estudio Reto Bertoni la brutal dependencia en el pago de divisas hizo que el consumo de petróleo incidiera en el PBI; la historia de la matriz energética uruguaya es parte de la historia del sometimiento económico de nuestra soberanía, como se demuestra en el cuadro que sigue.
Pero aún hay más, porque comprender la importación de la fuente fue una de las características. La otra es en que se usó.
Analizando el periodo 1948 (impulso industrial de Luis Batlle) hasta el 2000, los sectores que caen estrepitosamente en su consumo son justamente los industriales y productivos, lógica de un sistema que se edificó en ancas del neoliberalismo en los servicios y lo financiero.
Las políticas públicas de explotación de los recursos hídricos significo un tibio avance en la búsqueda de ganar soberanía con respecto a la dependencia de importación, al igual que la creación de ANCAP en ganar independencia a la hora del procesamiento de la materia en crudo.
UTE se creó en 1912 y la lucidez de Don José Batlle ya permitía avizorar las causas y soluciones para el tema energético. El monopolio de los alcoholes se encontraba en discusión legislativa desde el año 1902, mientras que el de refinación de petróleo y fabricación de portland desde 1929. Diez años antes de la creación de ANCAP, don José Batlle y Ordóñez comenzaba, desde tribunas y en editoriales del diario El Día, su prédica a favor de la creación del ente energético: “La República envía al exterior en pago de alcohol, kerosene y bencina, más de seis millones de pesos por año. Una buena parte del oro que entra en ella, a cambio de sus productos, vuelve a salir inmediatamente a cambio de esos artículos. Y esa masa de dinero que se va, al par que aminora nuestra riqueza, contribuye poderosamente a inclinar en contra de nosotros la balanza del comercio internacional y a pagar las diferencias de cambio como las que agobian a nuestra importación”.
En otros escritos, el líder del Partido Colorado, señalaba: “La República, puede, no obstante librarse de los enormes tributos que pagamos, produciendo ella misma el combustible que necesita, pudiendo ahorrar anualmente, mediante su propia industria lo que ahora paga anualmente sin necesidad”.
Con la dramática crisis del capitalismo del año 1929 (año en que muere José Batlle y Ordóñez), muchos políticos parecieron tomar conciencia de la necesidad de que el monopolio del alcohol, junto con la importación del petróleo crudo, fueran un campo básico y una estrategia fundamental para la actividad económica de nuestro país. El 15 de octubre de 1931, se clausuraba el período de actividades legislativas de ese año. Diversas decisiones tomó en esa jornada la Asamblea General, varias de ellas referentes a la industria y a la ganadería.
En las actas de ese día, se puede leer, que con el número de Ley 8.764, “El Senado y la Cámara de Representantes de la República Oriental del Uruguay, reunidos en Asamblea General decretan: Artículo 1º.- Créase un Ente Industrial del Estado, que se denominará: “Administración Nacional de Combustibles, Alcohol y Portland”, con el cometido de explotar y administrar el monopolio del alcohol y carburante nacional y de importar, rectificar y vender petróleo y sus derivados y de fabricar portland. A tal fin, se declara de utilidad pública el derecho exclusivo a favor del Estado y sugirieron la creación de una flota petrolera y asegurar el suministro del crudo por parte de la Unión Soviética.
Los esfuerzos de la CIDE tampoco lograron plantear un panorama esclarecedor para el sector energético, a pesar del claro desarrollo institucional de lo petrolero y el sector eléctrico. En este sentido tanto para conducción de UTE como de ANCAP se plantea limitar las funciones ejecutivas de los directorios políticos para amortiguar los bruscos cambios de orientación cada 5 años. En el “cepalino” Plan de desarrollo de la CIDE, la idea fundamental era proyectar la demanda planificando la oferta, teniendo como una de las alternativas la interconexión regional (Represas de Palmar y Salto Grande). También ya se proponía que las tarifas expresaran los costos reales y que los sectores subsidiados (bajos ingresos o de promoción) fueran objeto de una explícita decisión. Todas medidas tendientes a lograr un autofinanciamiento de los entes energéticos.
Ambos entes, al que luego se sumarían ANTEL, y OSE debieron soportar los embates de la ola neoliberal de los 90. El debilitamiento institucional, las prácticas de “compartimento estanco” también expresadas en las oficinas públicas uruguayas y la falta de una clara definición de una Política Pública de Energía, era el estado de situación energético Institucional.
En 1907 se dan los primeros pasos de creación Institucional de lo que hoy conocemos como Ministerio de Industria Energía y Minería, quien define y conduce también la política energética, y coordina la participación de los diversos actores con empresas estatales líderes, eficientes y dinámicas, como principal instrumento de aplicación de las Políticas Públicas, la participación regulada de actores privados, según las condiciones definidas por el Poder Ejecutivo en un Marco Regulatorio transparente y estable que brinde garantías a empresas y consumidores. Para lograr esa tarea de coordinación de todos los actores y el diseño de la política pública de energía se fortaleció dentro del MIEM la Dirección Nacional de Energía, la URSEA y se instauro el Fondo Sectorial de Energía, junto a una actualización legislativa y fuertes inversiones en UTE y ANCAP.
Sin embargo debió llegar el gobierno del Frente Amplio para desarrollar una decidida transformación de la matriz energética.
En el 2006 el petróleo representaba el 64,6% de las fuentes energéticas. Para el 2010 se redujo al 45,6 %, con el crecimiento y utilización de otras fuentes energéticas: biomasa, eólica, hidroeléctrica de ciclo compuestos, gas, leña y está previsto que para el 2015 pueda minimizarse hasta el 39 %.
Respeto muchísimo a los compañero/as que en defensa del medio ambiente se han plantado en contra de la instalación de otras fuentes energéticas, porque creo que honestamente omiten discutir en estos términos. Hay otros que manejando esta información radicalizan su discurso al punto de parecer misioneros de las Exxon Móvil, la BP, o la Royal Dutch Shell por nombrar solo algunas de las mega empresas petroleras cuyas ganancias anuales superan el PBI de muchos países.
Estas medidas forman parte de las batallas por la Liberación Nacional y el socialismo, para quienes hace mucho aprendimos que Gobierno y Poder son dos categorías distintas.
Por: Ricardo Pose
Referencias
↑1 | Frente Estudiantil Revolucionario 1968, agrupación estudiantil afín al MLN-T. |
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