“Si me preguntan que hago en la política, la respuesta es macramé”
@pepi_goncalvez
La comunicación digital ha modificado profundamente al ser humano. A partir del uso de las tecnologías y las comunicaciones sociales las personas cuentan con nuevas herramientas a través de las cuales expresarse, la comunicación dejó de ser plana para ser tridimensional. Las nuevas herramientas permiten insertar imágenes, editar videos, grabaciones, blogs, hipervínculos, chats, una forma particular de comunicación en capas superpuestas hecha a la medida que cada uno prefiera darle.
Estas nuevas formas de comunicación en red son promotoras de movimientos sociales. No solo tienen que ver con la apropiación de la tecnología por parte de las personas (ciber-militantes, ciber-activistas) sino con la búsqueda insistente de nuevos caminos de participación que promuevan formas más horizontales y democráticas que incidan en la vida social y política generando nuevas realidades.
La era digital ofrece infinitas posibilidades de conexión, el “ser en red” es una persona conectada, interactuando con otros y parte de procesos colaborativos sin importar la ubicación geográfica, ya que se está navegando inserto en la propia red.
El espacio en Internet sin la activa participación y conexión de las personas es un espacio sin vida ya sea para crear contenidos, o para debatirlos: el espacio digital precisa de la insistente y activa participación de quienes lo habitan.
Aquellos que desde las redes frenteamplistas se convocaron en Uruguay para demostrar que otra forma de hacer política era posible en el 2008, como quienes lo hicieron en el 15M en España, o los estudiantes que en respuesta al líder del PRI Enrique Peña Nieto en México provocaron el movimiento #yosoy1321Como demuestran los estudios de los investigadores Javier Toret en @datanalysis sobre el 15M o Paola Ricaurte del Tecnológo de Monterrey en México., lo hicieron motivados por generar acontecimientos que cambiaran el sentido de la apatía y la disconformidad. En Uruguay redes humanas y digitales confluyeron utilizando sus lenguajes, poniendo en juego sus cuerpos. Generaron nuevas formas de comunicación que unieron historias, saberes y capacidades, y zurcieron nuevamente las expectativas de muchos militantes “de a pie” al mostrar su potencia en las calles cargando de energía la campaña electoral del 2009 que llevó a ganar a la fórmula Mújica- Astori del Frente Amplio.
Para entender la comunicación en las redes se hace necesario hacerlo desde dentro y con el vértigo que genera el propio movimiento, reconociendo como tal al espacio auto-controlado y autónomo donde nadie impone y manda, los espacios se transforman en colectivos, y las claves se dan en términos no ya de interpretación del otro para poder representarlo, sino en clave de participación.
Las redes no han servido solo para construir o coordinar las acciones sino sobre todo para tejer y encontrarle sentido a la propia acción, generando desde allí los impulsos que permitan ponerlas en las calles incorporando los estados de ánimo y los sentimientos a la política, dándole una dimensión humana y generando identidades nómades.
Por lo tanto cuando se plantea el concepto de participación virtual, este no puede estar en contraposición con la participación real o tradicional, sino que es una forma de ser y de comunicarse que produce, nutre, abre posibilidades, y genera vínculos entre las personas.
Los militantes y activistas hoy pueden desdoblarse en múltiples proyectos que encuentran en la conjunción de las actividades tecnopolíticas y en el territorio urbano su potencialidad. Estas explosiones desbordantes de gente que se siente “convocada” son el momento visible de un largo camino subterráneo que, lejos de ser actos puramente espontáneos, están precedidos por prácticas colectivas que suceden lejos de la atención de los medios y de la profesionalización de la política y los partidos.
Estos movimientos surgidos desde la red no fueron “actos solamente espontáneos”; pensarlo así es un error de conceptualización, ya que en estos fenómenos no se reconocen dirigentes; sí nodos organizativos móviles, que mutan y devienen en el tiempo.
Hoy las Instituciones políticas (partidos) son atravesados y perforados por la comunicación fluida, horizontal y dinámica de las personas que interactúan en redes. La tecnología tiene un rostro humano y social, el uso de herramientas como Facebook, Twitter, Tumbler, Whatsapp, Youtube demuestran el poder de la información y la capacidad de generar contenidos desde lo individual a lo colectivo. La tecnología, lejos de deshumanizarnos, nos ha llevado al encuentro con el otro.
Conversar y compartir a lo largo y ancho del planeta tiene un significado especial, opinar y recomendar adquieren nuevas dimensiones en la comunicación.
El desarrollo de las redes, las propuestas colaborativas, el construir nuevas dimensiones en la comunicación, potencian la creación y cuestionan el paradigma del individuo solitario solo preocupado por sí mismo. El desarrollo de estas nuevas formas de comunicación desafía a nuestras sociedades, a nuestros partidos, a buscar en estos medios una proyección a largo plazo, así como a los ciber-militantes a encontrar en ellas formas de participación más allá de las puramente expresivas o catárticas. De esta forma la comunicación, la generación de contenidos, la información y la distribución de la misma no están ya solo en manos de los dueños de medios tradicionales de comunicación; mass media, ahora los nuevos medios están en manos del colectivo, se da un resurgimiento de la opinión pública, en el sentido de opinión que crea tendencia y ejerce presión sobre la sociedad.
Hoy son los ciudadanos los que informan, logrando una ciudadanía más plena, que tiene su base clara apoyada en la confianza de aquel que nos cuenta lo que pasa. La tecnopolítica abre un nuevo espacio público donde nos movemos y creamos nuestro ser, la capacidad de ubicuidad ahora es posible gracias a las “nuevas tecnologias”.
El fenómeno de las @redesfa fue posible sobre todo por los motivos y sentimientos que movieron a esa multitud de frenteamplistas a desarrollar una campaña electoral sin precedentes. En ella pudieron ponerse por delante del partido que impulsaban y “hacer que este se sacudiera” y tuvieron la capacidad colectiva de utilización de la red para inventar formas de acción que pueden darse o partir en la red pero que no acaban en ella. Multitudes de este tipo surgen en conexión con ciertos acontecimientos que se extienden gracias a la posibilidad de preparar el evento, vivirlo y post vivirlo a través de la reproducción y repercusiones que el mismo tiene en los medios y en las redes; los cambios no son el uso de las Tics sino las posibilidades que brindan estas de construir seres protagonistas.
Las redes han sido el sostén donde estos acontecimientos se basaron se transformaron en el elástico que dio el impulso desde donde saltar a la acción colectiva; permitieron tejer significados,vconstruir conocimientos y pensamiento en torno a sus acciones; en definitiva contribuyeron a la construcción política de la sociedad.
El entusiasmo en el hacer sobrepasó la dimensión tecnológica de la política, la sensación de ser necesarios, de contribuir, la posibilidad de tomar la palabra sin intermediarios aumento la energía positiva de la propuesta.
Las redes frenteamplistas encontraron en el uso de la tecnología el instrumento ideal para resonar multiplicándose, pero pensar que son posibles por el uso de las redes tecnológicas es un error de análisis ya que son fundamentalmente entramados de relaciones entre personas, que en determinados momentos se conjugan en las calles y otras se encuentran en el mundo digital.
Las ganas y el deseo se combinan en los encuentros callejeros que reclaman y marcan un tiempo de actividades en secuencias y eventos, movidos por una potente fuerza que se multiplica en los propios encuentros, así como se propaga la energía vibratoria en el sonido del diapasón.
La potencia de la propia red es justamente la propagación en la conexión y la sensación vívida por aquellos que la navegan y la viven como la posibilidad de estar construyendo una alternativa que incide en lo social y político y que encuentra sentido en el camino de las transformaciones sociales.
La tecnopolítica, debido a su horizontalidad y sus posibilidades de inclusión así como el contagio y la viralización de contenidos, tiene la posibilidad de acercar fronteras y achicar distancias. Conectados estamos más cerca y juntos podemos creer más en en nuestra potencia.
Por: Andrea Apolaro
Referencias
↑1 | Como demuestran los estudios de los investigadores Javier Toret en @datanalysis sobre el 15M o Paola Ricaurte del Tecnológo de Monterrey en México. |
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