Engler visitó la Colonia Berro. Conversó, cantó y pintó un mural con un grupo de jóvenes internados allí.
«El medio debería recibirlos y reintegrarlos. No son sólo infractores. También son víctimas de muchos factores individuales y sociales que han fallado feo.»
La asociación civil Proyectos Culturales (PROCUL), coordinada por Mario Villagrán, desde hace años, desarrolla distintos talleres de música, pintura, cerámica, muralismo, radio, entre otros, con los jóvenes internados en la Colonia Berro. En este marco, en noviembre de 2012 se inició un Taller de Cine. Con él surgió la idea de proyectar la película «El Círculo», dirigida por José Pedro Charlo, Virginia Martinez y Aldo Garay, documental sobre la vida de Henry Engler durante los 13 años como prisionero político de la dictadura y en particular en su condición de preso rehén.
Invitado por PROCUL, Henry Engler, visitó por primera vez, la Colonia Berro y conversó con 30 jóvenes internados en los centros SER, Piedras, Ariel y Cerrito. Al terminar esta actividad, recorrió algunos centros para conocer dónde y como vivían. En uno de ellos, los muchachos le mostraron sus pinturas, dibujos y murales. En ese momento y de manera espontánea, le convidaron a Henry para pintar juntos un mural. De esta forma, después del cine y la charla, llegó una segunda etapa de trabajo: la pictórica.
¿Cómo surgió la idea de tu participación en la proyección de la película «El Círculo»?
La idea del documental salió de una iniciativa del cineasta José Pedro Charlo, cuando leyó un titular de Caras y Caretas que decía: «Un Tupamaro hacia el Premio Nobel». En el año 2002, yo presenté en la conferencia mundial de la enfermedad de Alzheimer los resultados preliminares de una investigación, donde se mostraba por primera vez en seres humanos la presencia de la toxina que provocaba la enfermedad. Se generó un impacto muy grande en la audiencia, dado que llevó 100 años desde que Alzheimer mostrara esa toxina en el cerebro de un paciente luego de hacer la autopsia, y ahora nosotros la mostrábamos por primera vez en seres vivos. La revista Science lo publicó como noticia de la semana, la BBC de Londres lo difundió, todos los periódicos de Suecia lo publicaron y la noticia recorrió el mundo y llegó a Uruguay. Los diarios decían que tres investigadores suecos habían mostrado la toxina (amiloide) por vez primera. Y que uno de ellos era uruguayo. En el artículo de Mateo Grille en Caras y Caretas se comenta que ese logro era muy importante ( y verdaderamente lo es), y que podría merecer el Nobel. Luego de allí salió que yo estaba candidateado al Nobel, como una extrapolación. En verdad, nadie sabe quienes son los candidatos hasta que pasan 50 años. las nominaciones son secretas. De modo que todo fue una especulación. Pero eso llamó la curiosidad de Charlo, que luego, con Garay y Virginia Martínez llevaron adelante la película «El Círculo».
¿Qué reflexión podés compartir con nosotros sobre el diálogo que tuviste con los muchachos con los que compartiste la película «El Círculo»?
El diálogo fue muy espontáneo y las cosas que les dije, me parece que son verdaderamente importantes, porque ellos buscan respeto y sin embargo lo hacen de modo equivocado. Ellos aplaudieron cuando entré, después que habían visto la película y eso me conmovió.
Al sentarte entre ellos, ¿cuáles fueron tus sentimientos?
Me sentí preso de vuelta. Sentí todo el sufrimiento que se siente al perder la libertad. Y después, no podía entender que estuviesen encadenados. Es que la mayoría están por hurtos o rapiñas y no por homicidio. Algunos parecen o más bien son, niñitos. Les vi la curiosidad en los ojos. Me preguntaban del aislamiento, de qué se siente, preguntaban sobre la tortura. Sobre el ciclo que yo dibujaba mentalmente.
¿Cómo surgió la idea de pintar el Mural «El Capincho Blanco» con los jóvenes?1El Mural se pintó en las paredes de la Escuelita Berro, con el aporte del Sindicato de Trabajadores de Pinturas Inca, que consiguieron la donación de 100 lts de pintura. Durante los meses de febrero-marzo y octubre-noviembre de 2013 pintaron el mural, con el apoyo del equipo de docentes de PROCUL. El diseño del mural fue realizado por Henry Engler, al igual que la letra del poema que lo acompaña, «El Capincho Blanco». En la pintura participaron junto con Henry, jóvenes de los centros Ariel y Cerrito. En diciembre de 2013, se realizó la inauguración con la participación de Cristina Fernández y Washington Carrasco que acompañaron a Henry Engler en la interpretación del poema musicalizado por ellos «El Capincho Blanco» y otras canciones de su repertorio. Un grupo musical integrado por los jóvenes de varios Hogares interpretaron algunas canciones y rap con letras de su autoría, dedicadas a Henry, Cristina y Washington.
Uno de ellos que vio los cuadros que yo pinté mientras estaba preso, dijo: ¿ Y si pintamos algo juntos? De allí salió la idea de hacer un Mural. Yo había hecho un cuadro que le regalé a mi hija y le puse: «Historia del Capincho Blanco en la Tierra Purpúrea» y luego hice una canción que se llama así y está basada en el cuadro.
¿Cuál es el mensaje del mural y de la canción, que vos transmitiste a los jóvenes?, ¿porqué el Capincho Blanco?
Al cuadro le hice una letra y ustedes se preguntarán que significan algunas cosas. La Tierra Purpúrea es el nombre que un escritor, que pasó por el Uruguay, le puso a nuestro país, cuando estaban las guerras entre blancos y colorados. Como se mataban entre ellos, decía: «tiene sangre la tierra». Después la letra habla del Paraná Guazú que es el verdadero nombre que tiene el Rio de la Plata, los indios no le decían Rio de la Plata, ese es el nombre que le dio Solís. El Capincho Blanco representa la inocencia. La inocencia no significa que uno sea tímido, sino que deja de pensar en «joder» a otra persona y empieza a tratar de ayudar. Eso hace que uno, a través del respeto, se sienta bien. En el mural, no hay sol en la bandera de Uruguay, sino que hay una bota dada vuelta, y en la canción decimos que la bandera se quedó sin sol, porque realmente nosotros, los Tupamaros, pensábamos que con nuestro accionar, mediante las armas, íbamos a ganar respeto, pero me parece que lo que empezamos a meter en el país fue miedo, nos tenían miedo pero no respeto. Yo creo que no hay que confundir el miedo con el respeto, porque las armas dan miedo, pero si te das vuelta y te pueden pegar de atrás, lo hacen. El respeto es diferente, porque cuando vos lográs que te respeten los que tenés atrás te van a defender, y esa es la gran diferencia. A partir del miedo se genera el odio del otro, pero el respeto hace que la gente se junte contigo y marche para adelante. Considero que el respeto viene por cosas que uno hace, como el cuadro que pintamos, un cuadro que está pintado por presos, yo estuve preso y a mí me han dicho de todo un poco, durante trece años fui un «pinche asesino», pero las cosas pueden cambiar, uno cuando está preso piensa que las cosas no tienen salida ni solución, sin embargo, las tienen.
En nuestra pintura se ve mucho de eso de que uno puede dar vuelta la situación y cambiar su vida exactamente como uno quiere, si tiene voluntad se logra el respeto de la gente, y eso es lo que realmente a nosotros, al fin y al cabo, nos hace sentir bien, que nos respeten, porque después tenemos gente que está dispuesta a jugarse con nosotros y a ayudarnos. Nosotros los Tupamaros cuando salimos, después de trece años presos, pudimos cambiar las cosas, no salimos con las armas, cada uno se puso a trabajar en su campo determinado y hoy en día «Pepe» Mujica es el Presidente de la República y muchos son ministros. Todos tenemos el potencial, aunque estemos en algún momento mal y pensemos que no tenemos salida, de demostrar a los de afuera que somos dignos de respeto, y eso es un poco de lo que trata la canción. La letra es también de ustedes porque son la sangre joven de este país, son esa juventud y esa sangre la que cambia los países, cambia las circunstancias.
Entonces la pintura representa una etapa muy fulera para el país, representa gente que desapareció porque estábamos en guerra, representa muchísimos muertos, representa también la capacidad que tenemos los seres humanos de hacer nuestra voluntad y de hacer nosotros lo que nosotros queremos, y tenemos los instrumentos para hacerlo, con la música, con la escritura, con la educación, con los libros, siendo un buen carpintero, siendo un buen plomero. Lo importante es que le miren a uno el trabajo que está haciendo, eso es generar respeto. El Capincho Blanco además representa la pureza de los pensamientos, representa la diversidad y la tolerancia, dado que el color blanco contiene los colores del arco iris, que están representados en la bandera de la diversidad. Representa además la ternura y la tenacidad. Representa en suma: no hacer daño. La inocencia no es lo mismo que ingenuidad.
Como científico, ¿cómo influyen en la conducta de los jóvenes privados de libertad, las condiciones de encierro en las que viven?
Los jóvenes están desarrollando su cerebro y hasta los 25 años ese proceso continúa. Tienen una impresionante necesidad de ayuda, apoyo, seguimiento y como los arbolitos que arrancan torcidos, necesitan un tutor que los mantenga derechos en su crecimiento. Necesitan dos componentes: ternura y firmeza. No necesitan brutalidad ni desprecio. No se les puede llamar «pichis», como nos llamaban a nosotros. No se les puede destratar. Ellos tienen que aprender a ganarse el respeto mostrando que son capaces de alejarse de la criminalidad a través del desarrollo del deporte, las artes, los oficios, la educación, el cultivo de valores morales, etc.
¿Qué cosas se pueden hacer para ayudar al desarrollo de la conducta social de los muchachos internados?
Yo estoy muy admirado del trabajo de Mario Villagrán, de Jorge Voituret y de los músicos, pintores, maestros, voluntarios que interactúan con ellos. Me parece fantástico que se los encamine con esos ejemplos de emulación. Creo que hay que invertir tiempo y dinero en estos jovencitos y evitar que niños más jóvenes terminen en estos lugares de reclusión, que a mí me impresionaron. Cualquier persona, al igual que yo, estaría espantado si un hijo fuese a parar a la Colonia Berro. Porque es una cárcel que impresiona negativamente. Algunas cosas, me produjeron un enorme rechazo, porque quizás estamos preocupados de que no se escapen, en lugar de esforzarnos en reintegrarlos a la sociedad. A estos niños no basta con tenerlos un tiempo encerrados. Si han roto la barrera moral, va a llevar mucho tiempo reconstruirla. Si salen al rechazo y el miedo social, van a seguir la conducta anterior y volver al crimen, una y otra vez. Los tutores deben seguir por años el desarrollo de estos cerebros. El medio debería recibirlos y reintegrarlos. No son sólo infractores. También son víctimas de muchos factores individuales y sociales que han fallado feo. Hay que mostrarles que hay otra vida y que la sociedad no es una flor carnívora.
Historia del Capincho Blanco en la Terra Purpúrea
A las orillas del Paraná-Guazú,
se halla la Tierra Purpúrea
con su cielo verde, verde de esperanza y nubes violetas de añoranza.
Que tienen paraguas y semicorcheas
y pueden lograr que un ciego vea.
Cuando la noche más larga se abatió
sobre la bella bandera,
le apagó los soles y las primaveras,
y el amor se fué por la frontera.
Cuando la aurora temblando regresó
por un camino cualquiera,
no encontró a los hijos que escondió la fiera,
en el mar y entrañas de la tierra.
Pero no estamos solos, tú y yo
sobre la faz de la tierra,
Que un capincho blanco,
blanco de inocencia
vino a devolvernos la conciencia.
Y hace que los huesos vuelvan de la guerra,
porque a la verdad nadie la entierra.
A las orilla del Paraná-Guazú
late la Tierra Purpúrea,
con su sangre jóven y sus voces altas
que nos traen los nombres que nos faltan.
Y acorralan fieras y arrinconan bestias,
para que el amor nunca se muera,
ni se vaya más por la frontera…
Por: Jorge Voituret
Referencias
↑1 | El Mural se pintó en las paredes de la Escuelita Berro, con el aporte del Sindicato de Trabajadores de Pinturas Inca, que consiguieron la donación de 100 lts de pintura. Durante los meses de febrero-marzo y octubre-noviembre de 2013 pintaron el mural, con el apoyo del equipo de docentes de PROCUL. El diseño del mural fue realizado por Henry Engler, al igual que la letra del poema que lo acompaña, «El Capincho Blanco». En la pintura participaron junto con Henry, jóvenes de los centros Ariel y Cerrito. En diciembre de 2013, se realizó la inauguración con la participación de Cristina Fernández y Washington Carrasco que acompañaron a Henry Engler en la interpretación del poema musicalizado por ellos «El Capincho Blanco» y otras canciones de su repertorio. Un grupo musical integrado por los jóvenes de varios Hogares interpretaron algunas canciones y rap con letras de su autoría, dedicadas a Henry, Cristina y Washington. |
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