El Bebe Sendic fue sin duda el compañero que en nuestro país, más supo interpretar y luchar junto a los pobres del campo. Para los olvidados de la tierra fue como un “faro agrario” a diferencia de la mayoría militante de la izquierda uruguaya, tan marcada por lo urbano.
Pensamos que a 25 años de su desaparición, la mejor manera de recordarlo, es continuar hoy planteando el tema agrario.
¿A qué modelo de desarrollo rural se apuesta en los gobiernos del Frente Amplio?
El despoblamiento de nuestra campaña
La pérdida permanente de familias de productores rurales va en aumento durante las últimas décadas. Los últimos resultados indican que la población rural es del 5%, siendo el país con el campo más despoblado de Latinoamérica. ¿Por qué se da esto?
El avance del proceso capitalista en el agro uruguayo tiene una tendencia similar, aunque más intenso, a otras regiones de Latinoamérica y del mundo. Las leyes naturales del sistema capitalista, conducen hacia la concentración, tanto de la propiedad de la tierra como de la producción, causada por la intensificación del capital. Esto trae como resultado la exclusión de los sectores más vulnerables como los que integran la agricultura familiar.
Esta situación parece darle la razón a la visión marxista que ha sostenido que con el avance del capitalismo en el agro, la mayoría de los campesinos se transformarán en proletarios.
Antes de ser gobierno el Frente Amplio fundamentaba que esas pérdidas de familias productoras, eran fruto de las políticas neoliberales de los partidos tradicionales. Ahora bien, el período de mayor reducción del número de productores según los datos del último Censo General Agropecuario se concreta durante los dos gobiernos del Frente Amplio.
En una reciente alocución sobre el tema, realizada por el presidente Mujica, este manifestó que “En Uruguay, en nuestro caso, uno de los problemas que tienen los productores pequeños es la cuestión familiar, porque frecuentemente los hijos no siguen y la tierra se va concentrando y está muy cara” identificando en “cuestiones familiares” una de las causas de la concentración de la tierra, así como de su valor. Tal vez deberíamos plantearnos que éstas son consecuencias y analizar las causas en las políticas que se aplican en el agro.
¿A dónde van los desplazados del campo?
Las familias desaparecen como productores, pero no desaparecen como seres humanos. En este marco se produce una marginalización de las familias, y un proceso de proletarización de sus integrantes que pasan a ser mano de obra abundante y disponible, creándose un escenario muy favorable para las trasnacionales. Unos pocos logran inserción como trabajadores urbanos, otros como trabajadores rurales precarios y la mayoría continúa en un camino marcado por la pauperización de su sistema de vida.
Los dos gobiernos del Frente Amplio no han impulsado un plan de desarrollo rural inclusivo de los sectores populares del campo. El CGA del 2011, así lo demuestra con la pérdida de 12 mil productores, que marca una aceleración del proceso capitalista. Y por supuesto, con la entrega del 40% de nuestras tierras a las transnacionales. Ambas cosas son expresiones de la política que se aplica al agro: concentración de capitales y expulsión de gente. Para mitigar estos resultados, disponen del INC, el cual reparte tierras a una velocidad tan inferior a la compra de buenas tierras por parte de las trasnacionales, que se puede calcular que en un par de décadas más, ya casi no quedarán productores familiares. En Uruguay existen hoy aproximadamente 20.000 productores familiares y el ritmo de desaparición de estos es de 1.000 por año.
¿Y la discusión sobre el modelo de desarrollo?
No existe, y no parece haber interés de que exista. En la izquierda deberíamos estar estudiando y debatiendo sobre la agricultura familiar y su proletarización forzada, los asalariados rurales y su calidad de vida, la soberanía alimentaria, los modos de tenencia de la tierra, la educación en el medio rural, de cómo avanzamos hacia el socialismo en el campo, entre otros temas. La falta de debate crítico termina dando espacio a las posiciones obsecuentes, defensoras de todo lo que se haga, si viene del gobierno. Y es muy difícil construir nuevo pensamiento desde ahí.
¿Cuál es la posición del actual gobierno sobre el futuro de nuestros pequeños productores, agricultores familiares, campesinos o como quiera que se les llame?
¿Sobre quienes se apoyará una política de soberanía alimentaria?
¿Será con los Agricultores Familiares o se la confiamos a un par de trasnacionales?
El debate que de respuesta a estas preguntas aún está ausente.
Olvidadas van quedando consignas como reforma agraria, lucha por la tierra y contra su extranjerización, que contenían ideas revolucionarias de cambio y justicia social por las cuales luchó Raúl Sendic.
Por: Antonio Vadell