Este es el primer articulo de un serie sobre Trabajo y Sociedad.
“La producción, fuente del bienestar será más fecunda cuando los productores mismos puedan organizarla, multiplicando su rendimiento en beneficio colectivo. Conviene para ello educar los hábitos de cooperación entre los hombres, en los gremios, en las comunas, en los pueblos, en la humanidad”.
José Ingenieros, «Las fuerzas morales».
Hablar de trabajo es, sin lugar a dudas, hablar de desarrollo.
No existe desarrollo sin el trabajo, esto lo planteo porque en estos días he escuchado a sectores políticos opositores al gobierno hablan de «renovación», son los mismos que aplicaron políticas de corte Neo-Liberales, que casi hacen desaparecer al país. Los mismos que promovieron la venta de nuestro patrimonio, las empresas públicas, los mismos que con sus políticas económicas desalentaron la inversión en el sector industrial manufacturero, promoviendo un país de servicios sin mano de obra nacional. Los mismos que no llamaban a las negociaciones colectivas entre trabajadores y empresarios, que colocaron en leyes de promoción de inversiones, artículos que atentaban contra los derechos de la clase trabajadora. Los mismos que pretendieron hacer desaparecer la organización obrera. Podría seguir enumerando infinidad de políticas que han aplicado los sectores de la oposición, que hoy se declaran renovadores. Es increíble, que crean que el pueblo no tiene memoria. Este pueblo depositó su confianza en una propuesta de gobierno, que transformó nuestra sociedad.
El Frente Amplio demostró que se pueden aplicar políticas de estrategia, que impulsen y promuevan el desarrollo de forma seria, con inversión nacional y también extranjera, con políticas económicas alternativas, de carácter social. Este gobierno no tuvo que destruir la organización de trabajadores, no tuvo que aplicar en la ley de promoción de inversión, artículos que atentaran contra la clase obrera. Ttodo lo contrario. Se eliminó de esa ley, aquellos artículos que atentaban contra los derechos de la clase obrera. Y pese a los fantasmas, se sigue invirtiendo en el país. La organización obrera creció. Se volvieron a convocar los Consejos de salarios, en el marco de la negociación colectiva. Se votó la ley de 8 horas para el trabajo rural y mejoras en las condiciones laborales del sector. Se promovió y se constituyó la organización del trabajo doméstico. Se promovió, dentro de un Plan de Economía social, en el primer período de gobierno de los 9 años, la recuperación de emprendimientos productivos en manos de los trabajadores. Y, en el segundo período, se creó el Fondo de desarrollo social FONDES, promoviendo los proyectos auto gestionados por los trabajadores.
No hay duda que el principal elemento económico distribuidor de la riqueza es el salario. Si tomásemos tanto la cantidad de empleo, como la evolución del precio del trabajo, que son indicadores fundamentales de distribución.
Podemos decir que nunca hubo más empleo tomando en cuenta los últimos 45 años que en los últimos 9 años.
Podemos decir tomando en cuenta los últimos 45 años, que el empleo nunca ha aumentado tanto como en los últimos 9 años.
Podemos decir que nunca hubo menos desempleo que en los últimos 9 años.
Podemos decir que ningún gobierno fue capaz de generar tanto crecimiento real de los salarios (precio factor trabajo), como el generado por el gobierno del Frente Amplio, en los últimos 9 años.
Tomando como referencia los últimos 45 años; si la cantidad de uruguayos empleados nunca fue mayor y si el precio del trabajo, nunca aumento tanto como en los últimos 9 años, es inequívoco concluir que ningún gobierno distribuyo mas, que los dos gobiernos del Frente Amplio.
Si a todo esto le agregamos políticas educativas, de vivienda, de energía, de seguir profundizando el desarrollo, de fortalecer los procesos productivos de auto-gestión, de carácter de capital social colectivo.
Debemos continuar. Debemos seguir construyendo. No podemos detener el rumbo. Nuestro rumbo es de carácter cultural hacia la Liberación Nacional y el Socialismo.
“Por esto el cambio de sistema implica una larguísima marcha de construcción de otra cultura y estos, los cambios culturales, son más lentos y difíciles, pero si no cambia la cabeza no cambia nada en esencia” José Mujica.
Por: Daniel Placeres