¿Qué era para mí un Mundial de fútbol? El momento de encuentro de varios países, cada uno con sus tradiciones, idioma, estilos de fútbol, etc… Pensaba cómo era posible distraernos del trabajo, de estudiar por mirar un partido de fútbol.
Yo lo pensaba así. Ni lo miraba.
Hace unos años, un jugador hablaba no del fútbol, sino de ese negocio que usaba al fútbol… No podíamos obviar el negocio que mantenía en vilo a tanta gente a través de ese deporte. Me pareció hasta ridícula la multitud que se agolpaba a verlos en manifestación callejera.
Recuerdo sí, cuando en 1978 en Argentina, el equipo de Holanda se perfiló como posible campeón. Casi todos sus miembros firmaron una carta a NNUU, pidiendo su intervención frente a la política de desaparecidos del gobierno argentino de entonces. La respuesta del Dictador no se hizo esperar; como por casualidad, Argentina fue campeón y Holanda vice. Y la copa la entregó Videla: era una bofetada al equipo holandés. La delegación de Holanda se negó a recibir la copa de manos del Dictador. Quizás haya habido otros equipos deportivos con mucha dignidad a través de la historia. No lo sé.
Mi adhesión a este equipo celeste comenzó al enterarme de detalles de su pasaje por Sudáfrica en 2010. Toda la infraestructura que ese país, terriblemente pobre, había preparado en las pequeñas ciudades quedó casi sin usar… excepto por la selección de Uruguay, donde nuestro querido Mº Tabárez puso un límite incluso a los gastos diarios de cada uno de los jugadores. ¿Desarraigados en ese lugar? Fue tal la relación de nuestro equipo con la población local que, hasta la alcaldesa de la ciudad, salía a hinchar por Uruguay!!!
Este equipo gana dinero, es el resultado de esfuerzos, entrenamientos, sacrificios, pero, está dispuesto a compartirlo también. Mi adhesión se afirmó luego que nuestro equipo donara 300.000 U$S para obras sociales; y más tarde, luego del campeonato latinoamericano, en Argentina, nueva donación de algunos jugadores para infraestructura deportiva en Canelones. Nuestro equipo no vive en una nube, es parte de la sociedad, vive sus problemas.
Hablando de dinero ¿les sobra dinero? Nuestro Mº Tabárez es el que gana menos de todos los directores técnicos del Mundial. Igual “es más rico que esos que agrandan” sus riquezas. Cuando la mayor parte de los equipos del mundo basan su relación en el dinero, el equipo nuestro está dirigido por alguien en quien predominan las relaciones deportivas, humanas…
En 2010, ganamos un balón de oro. En 2012, nuestro equipo embolsó otro campeonato, otro premio al mejor jugador, no al mismo jugador que en 2010, sino a uno nuevo. El Maestro había podido formar nuevos jugadores. Como si una fábrica se hubiera puesto en marcha…
El Uruguay está impregnado de consumismo, de relaciones ligadas al dinero, ni decir a nivel mundial. Pero, nuestro paisito, chiquito, modesto, había comenzado a procesar cambios, entre ellos en la selección de fútbol. Empezó a pedir compartir el dinero de las ventas de los jugadores con todos los docentes que habían formado a cada estrella de este juego (asimílese a negocio). Le deben haber rechinado los dientes a más de uno frente a semejante ocurrencia de un país de cuarta (y sobre todo después de quedar 4º a nivel mundial en fútbol). Y seguía avanzando nuestro equipo… 2014 nos encuentra siempre avanzando con nuevos jugadores, que no se pelean entre ellos, que no se asustan de los relevos que van apareciendo en la Selección. Basta recordar el abrazo de Lugano a Godín al finalizar un partido: había sin duda un relevo asegurado. Cuando en otros equipos muchos se cuidan de quién pueda hacerle sombra… Estos valores tiene nuestro equipo.
Y en el Campeonato mundial (=negocio), esos valores no deben triunfar, no pueden, léase NO PASARAN.
El negocio-fútbol se transformó en otra multinacional, que tiene el poderío de pasar por encima de naciones, de dictarle las leyes. Y a estos nuevos emperadores, quien los enfrenta puede terminar crucificado, como frente a cualquier otra multinacional.
Quien manda con dinero, no se puede imaginar que existan jugadores (que echan los bofes cinchando) y que además les sobre energía para tener dignidad. Están acostumbrados a tener lacayos como piezas de recambio de una máquina, que los usan y los tiran cuando no les sirven más. Y les conviene más que así sea, porque, de esta manera, aislados, temiendo uno al otro, los pueden usar a su antojo. Basta recordar la imagen lamentable que dejaron algunos jugadores de Francia e Inglaterra que, una vez eliminados del Mundial de Sudáfrica, como piezas de una máquina que no los necesita más y los tira a un costado, se emborracharon como diversión. Y NUESTRO equipo, derrotado en Sudáfrica, vino a festejar con los uruguayos.
Este, “nuestro” equipo, no espera que nadie venga a calentarle los zapatos para un partido, modestos, como un trabajador en su puesto de trabajo.
Cuentan que Mahatma Gandhi se decidió por el pacifismo porque consideró que era el mejor método para vencer a sus enemigos en su país. Pero entendía perfectamente conveniente usar otros métodos para derrotar grandes imperios, en esas luchas de David contra Goliath… ¡Qué miedo sienten esos emperadores, apenas, alguno muestra los dientes! Y hasta dan risa si se imaginan que una multa monetaria sirva para acallar las actitudes que se levantan contra la perversión del fútbol dominante.
Porque ése, NUESTRO equipo, por ahora, no muerde más, pero mordió a toda la humanidad en la búsqueda de un fútbol diferente.
Porque un mundo diferente es posible y un fútbol diferente es posible. Eso mostró NUESTRO equipo.
Muchas gracias, Luis Suárez, sin tu mordida, si fue tal, lograste “morder” a muchos, como a mí, para ayudar ahora a buscar un fútbol diferente. MUCHAS GRACIAS.
Por: Beatriz Barneche