Parte 3: Plan nacional de desarrollo y diversificación productiva presentes en su pensamiento y en nuestro programa actual.
Continuaremos en este artículo contrastando algunas ideas de Raúl con nuestros ejes programáticos, impulsados y aprobados en el último congreso del Frente Amplio y hacia un tercer gobierno de este, y en definitiva también, nuestro frente grande. En el artículo anterior tratamos los temas relativos a la distribución de la riqueza y los bienes públicos. En éste otros dos temas impulsado hoy: Hacia un Plan Nacional de Desarrollo y la diversidad productiva necesaria. Culminaremos estos trabajos en un próximo artículo, no por casualidad, tratando la cuestión de la economía solidaria, profundamente impresa en el pensamiento de Sendic.
Y dice Raúl Sendic…
“…se ha rectificado el tradicional sistema de administración de empresas…el organismo planificador central ponía los llamados índices sobre lo que se podía gastar en insumos, energía, etc y también sobre la cantidad de productos que se exigía. Ahora… tienden a premiar al trabajador individual tanto por su calificación como por su esfuerzo… y a la empresa por la cantidad pero también por la calidad de su producción” (R. Sendic25 de enero de 1989, recopilado en “Sendic vive clandestino en el corazón del pueblo” Ed.TAE, 1990, pág. 87). “Los planes de las cooperativas…los hacen los cooperativistas que la integran; los planes… de la brigada los hace el conjunto de los brigadistas” (R. Sendic7 de agosto de 1986, recopilado en “Sendic vive clandestino en el corazón del pueblo” Ed.TAE, 1990, pág. 121).
En este caso, y como era de esperar en la década de los 80’, Sendic se refería a los países socialistas en general o particular. Pero sin duda era desde todo punto destacable para él la experiencia sobre las diversas formas de planificación existentes, estudios que deberíamos retomar hoy en virtud de los nuevos tiempos, pues mucho hay que aprender de ello.
Más, ante todo debemos tener presente que lo que Raúl con mayor interés destacaba era la participación de los trabajadores en estas experiencias de planificación económica.
Al respecto destacamos de las bases programáticas frenteamplistas 2015-2020: “Las fuerzas sociales son asimismo protagonistas relevantes de las transformaciones progresistas. La creación de un entramado social con redes más densas, integradoras y solidarias es parte de la estrategia y del objetivo.” Y continúa más adelante “Esta estrategia supone asignar al Estado un rol central en la construcción de objetivos, en la fijación de sistemas de incentivos y en la construcción ideológica y de valores. El rol del Estado, sin embargo, antes que el de sustituir a los diferentes actores sociales, es el de construir amplios consensos y liderar la construcción institucional, sobre la base del desarrollo de un denso entramado institucional y variadas formas de organización de la sociedad civil. Un Estado capaz de cumplir con su misión y una sociedad con un denso entramado social con múltiples canales de participación, son dos caras de la misma moneda”.
Precisamente esa “construcción de objetivos” en definitiva de plan estratégico al menos de mediano plazo, solo será sustentable, relevante en la práctica si asume la participación social, y muy especialmente de los trabajadores de los distintos sectores de la producción material e inmaterial, públicos y privados de las diversas modalidades (dependientes o de autogestión).
Dicho de otra manera, cambiar la pisada de la planificación puede ser una lucha de todos. Para ello se requiere dejar de entenderla desde sus instrumentos o haciendo central la complejidad de los mismos, pues los instrumentos tendrán que volver a simplificarse a los efectos de volverse precisamente eso: meros instrumentos.La planificación no trata de un juego de técnicos, sino de a dónde queremos ir y sobretodo con quienes queremos ir.
Y dice Raúl Sendic…
“…tenemos que ver los escollos que vamos a encontrar. El primero de ellos es que de nada vale montar un mecanismo para producir más allí sino se crea una demanda para los productos… La principal de ellas es la ampliación del mercado interno a través de la suba del salario real y las pasividades… Pero además hay que ver que en la medida que diversifiquemos los mercados de venta de nuestros productos las exportaciones pueden crecer bastante.” (R. Sendic “La tierra, la banca y la deuda externa” Ed.TAE, 1986, pág. 51).
Efectivamente ese plan nacional de desarrollo que destacábamos en el punto anterior integraría, entre otras cosas, la necesidad de continuar diversificando la producción. Pero como el proceso de producción se entiende como un todo – o sea integrado por la producción propiamente dicha, la distribución, el intercambio y el consumo -, es que su diversificación implica directamente la ampliación del mercado tanto interno como externo (expresión destacada arriba de Sendic).
En el artículo anterior tratamos la cuestión salarial, la distribución y la importancia del mercado interno en el cambio estructural. El tema de las estructuras productivas y el mercado externo, es así planteado en las bases programáticas hacia un tercer gobierno del Frente: “El cambio estructural en curso se basa en la dotación de recursos naturales, que se constituye en una plataforma desde la cual impulsar su continuidad, y en el surgimiento de nuevas actividades que están en condiciones de crecer con una perspectiva exportadora y de innovación: reducción de la exposición a mercados que presentan los mayores problemas de acceso; diversificación de la estructura de bienes y servicios; ampliación del porcentaje de esa estructura productiva que encuentra oportunidades de crecimiento en los mercados regionales e internacionales; transformación tecnológica de los sectores exportadores tradicionales (especialmente de aquellos más asociados históricamente a la ventaja en la dotación de recursos naturales); y surgimiento de nuevas actividades que están en condiciones de crecer con una perspectiva exportadora”.
De hecho, y sobre todo en estos temas puede verse lo avanzado en estos años, pero fundamentalmente lo mucho que nos queda por hacer.
Por: Gabriela Cultelli y Héctor Tajam