Editorial

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“Es un derecho y un deber que las organizaciones revolucionarias colaboren con sus máximas posibilidades en la construcción y elaboración de la estrategia continental.
Las tareas nacionales e internacionales se complementan. Es necesario coordinarlas y conectarlas. No deben perjudicarse mutuamente.”

“La mejor forma de anular o disminuir las consecuencias negativas de la intervención imperialista es obligar a las fuerzas intervencionistas a cubrir muchos frentes.
Por ser la revolución continental, la estrategia será continental. Estamos dispuestos a hacer los máximos esfuerzos por insertar nuestra estrategia nacional en el marco de una estrategia continental común.”
1967 | DOCUMENTO No. 1 | MLN-TUPAMAROS

En este nuevo número del Mate, es nuestra intención reflexionar juntos, tratando de echar luz sobre el nuevo escenario que se dibuja en América Latina.

Ríos de tinta se han escrito sobre este nuevo tiempo, en donde los partidos y frentes de izquierda y progresistas han accedido a los gobiernos, abriendo una nueva etapa  para la Política Continental, despertando la esperanza de los pueblos sumidos en la larga noche neoliberal.

Tanto más se ha escrito sobre la necesaria y estratégica integración política, social y cultural de nuestra América, sobre la cual se ha avanzado significativamente, pero sobre la cual prácticamente todos los actores políticos coinciden en que han sido más que insuficientes las acciones políticas para profundizarlo, y cuyo desarrollo práctico queda subsumido muchas veces en la intrincada burocracia de los organismos internacionales, o presa de las propias tensiones y contradicciones que, como es lógico en todo proceso político, se manifiesta a la interna de los propios países y se anclan en las estrategias,- no sólo de desarrollo-, sino también en las políticas internacionales.

Dentro de este «mar de contradicciones» propias de la etapa, hay señales que se vienen dando y a las cuales no podemos ser ajenos…

Por un lado, es innegable que estamos, desde el punto de vista económico, frente a un nuevo dibujo, y en donde el continente, de la mano de Brasil, y éste a su vez de los BRICS, tiene un lugar «privilegiado». Pero esto está atado también a la distribución que se hace -la cuál siempre nos es ajena- de «los roles» que deben cumplir las regiones subordinadas dentro del mapa económico mundial, y la relación -y dependencia- que tienen nuestras economías a los commodities y la llamada «primarización».

Lo cierto es que este nuevo escenario, que tiende a la multipolaridad, -lo que habilita una nueva relación entre los viejos imperios y las nuevas potencias emergentes-, son nuevas formas que emergen dentro de una LÓGICA CAPITALISTA, regidas por las «leyes del mercado», y que reproduce, no sólo las relaciones de producción, sino que tiende a reproducir las dinámicas centros periferia. Todo lo antes dicho no quita que este nuevo escenario mundial sea muy favorable para el desarrollo de políticas nacionales nuevas, que además de la reproducción y acumulación de capital, piensen en la distribución de la riqueza y la generación de políticas sociales en beneficio de las grandes mayorías.

Por otro lado, es evidente que existe, dentro de este escenario tan complejo, una nueva re articulación de las derechas -cada vez más coordinadas-, donde es también evidente que, dentro de su clásica habilidad camaleónica, ha podido adaptarse, a veces mejor que nosotros, a este escenario neo-postmoderno.
Ya hemos hablado de los planes desestabilizadores que, más o menos con un mismo formato, han querido detener procesos como el Venezolano, a través de los llamados “golpes blandos”, a través del fraude directo como el caso de Honduras, el discurso de terror en el caso de El Salvador, el intento de golpes de estado en Bolivia o Ecuador, o el alevoso golpe de estado parlamentario en Paraguay. Pero esta nueva forma de penetración e injerencia en los escenarios políticos nacionales no es la única táctica dentro de esta estrategia de recomposición de la/las derecha/derechas en el continente.

Hoy vemos como con un discurso vacío, basado totalmente en el marketing (con los mismos nombres de asesores y empresas publicitarias “apuntalando” a los diferentes “paladines” de los partidos de derecha), propagandas y consignas totalmente carentes de contenido político, líderes que se venden -literalmente, en el sentido más comercial de la palabra- como la “alternativa  de la renovación”, ponen en riesgo la consolidación de los procesos progresistas y de izquierda, y donde la contradicción evidente entre la restauración conservadora o la consolidación de  éstos, nuestros gobiernos, se ve disimulada por una gran cortina de humo comunicacional.

Más allá de críticas y autocríticas, (referidas a nuestra responsabilidad en esta situación) existen elementos que a nivel internacional deberíamos tener en cuenta, y que más que “aclarar”,  generan más dudas que certezas:
– que relaciones se podrían establecer, más allá de diferencias, entre el fracaso de las socialdemocracias europeas y la reconfiguración, -también como antesala de lo que sucede en nuestro continente-, de la derecha europea,
– que tanto han acumulado realmente nuestros procesos en fuerza viva para garantizar mínimamente los cambios por la vía electoral,
– qué problemas comunicacionales (los errores de comunicación son, de forma reconocida, uno de los talones de Aquiles de nuestros gobiernos) hemos tenido de forma permanente, y que nos ha impedido generar conciencia clara de los logros materiales que nuestros gobiernos han conquistado para nuestros pueblos,
– qué errores tácticos se han cometido, que hacen que éstos logros no generen sentido de pertenencia en los desisores que, en períodos regulares de tiempo deben ratificar o no nuestro mandato en elecciones,
– si hemos sido capaces de construir estas condiciones tan favorables en nuestros países, y gran parte de ese éxito se atribuye sin duda a la sinergia generada por la política regional, que factores han incidido para seguir concluyendo que seguimos fallando en la construcción de estrategias políticas comunes y consolidación definitiva de los espacios políticos de acción  regionales,
– que tan agotado está el proceso de acumulación en esta estrategia dentro de los “parámetros de desarrollo capitalista” que hacen que pueda “confundirse”  tanto, por parte de nuestros pueblos, en cuanto a qué proyectos o quiénes son los que “administran” nuestros respectivos estados,
– y qué bases se están constituyendo como posibilidad o alternativa real al modelo vigente -más allá de crisis eternas-, como modelo efectivo y justo que nos aproxime a otras formas de entender tanto la economía, como las matrices culturales hegemónicas.

Y por último, como primer esbozo en cuánto a lo nacional, creemos que como todo análisis “en caliente” -en tiempos históricos- estamos carentes aun de un relato que narre cómo, cuanto y en que medida hemos -con un profundo sentido de colectivo- incidido, afectado y redefinido en alguna medida, el “imaginario” en cuanto al SER POLÍTICO; las maneras en que se perciben los discursos, las sensibilidades que se movilizan y cómo lo hacen en cada acto político, a partir de la figura paradigmática -como síntesis máxima de una línea de pensamiento histórico (hablo del SER Tupamaro)- de nuestro querido compañero presidente, Pepe Mujica.
Quizá otros tantos ríos de tinta  se escriban sobre esto. Lo cierto es que indudablemente, la relación del “tipo de a pié” con “la política” ha cambiado, creemos que para bien, en cuánto a expectativas y demandas hacia “la política” .

Y ha sido este hecho en la política nacional, creemos, uno de los máximos ejemplos de renovación en la política. En lo que quizá hemos estado carentes es en el poder interpretar esos cambios de los que hemos sido parte…

Todas estas discusiones y dudas hay que saldarlas, sobre todo para poder profundizar realmente en este proceso de cambio, pero lo real y determinante es que para poder dar estas discusiones, tanto sea en Brasil y Bolivia, cómo en Uruguay, -y el resto del continente-, es importante GANAR LAS ELECCIONES NACIONALES EN NUESTROS RESPECTIVOS PAÍSES, y disponer todas las fuerzas populares en esta tarea. Porque este “TRANSITAR EL CAMINO DE LAS MASAS”, requiere el hacer confluir todas las fuerzas en el trabajo de consolidar este PROYECTO POLÍTICO en el que se nos va la vida.

Por: Colectivo Mate Amargo

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