Cuando hablamos de logros es costumbre enumerar hechos concretos, datos, números, comparaciones con el pasado y cosas por el estilo. Todo esto está bien y hay que seguir haciéndolo, pero no hay que olvidar que uno de los mayores logros del Frente Amplio fue y es que José Mujica ocupe la Presidencia de la República.
¿Por qué es un logro el Pepe? Por lo que representa. Es el primer presidente en la historia reciente del país que construyó su imagen siendo uno más. Esto suele ser criticado por algunos -casi siempre la derecha, aunque a algún compañero se le escapa- como una actuación barata, una pose. De más está decir que no lo es (al menos que tenga escondida la mansión y el BMW en uno de los tres cuartos de su casa). Mujica no lidera desde el Olimpo, Mujica lidera desde el llano.
Un Presidente es más que un gestor -teléfono para Lacalle Pou- un Presidente es un líder. Un líder que además de dirigir el país, tiene que inspirar a los que lo eligieron para llevar adelante esa tarea. Mujica es el primer Presidente que logró interpelar a la sociedad. Desde su cargo logró poner sobre la mesa muchísimas contradicciones de nuestra sociedad y en la mayoría de los casos logró que todos entendiéramos las mismas.
Acá es cuando varios tiran sobre la mesa que el viejo está lleno de contradicciones. Que vive como vive porque no tiene hijos. Que gestiona mal. Que afuera da discursos contra los grandes capitales y acá vivimos de la inversión extranjera. Pero todo eso, más allá de dejarlo como un hipócrita, lo deja como lo que es: un miembro más de la sociedad.
En una época plagada de hipocresía, egoísmo y falta de compasión con el otro, Mujica logra lo que varios de nosotros no logramos en el día a día: hacer una crítica constructiva de la sociedad para sembrar las semillas del cambio. Todo esto desde el cargo de mayor responsabilidad Política que existe en Uruguay. Esto no solo es admirable, sino que es inédito.
Un Presidente producto de esa sociedad hipócrita y esquizofrénica. Un Presidente que antepone la humildad al protocolo. Un Presidente que invita a reflexionar, que cuestiona la propia sociedad que ayudó a crear e invita a todos a aportar a ese razonamiento para poder seguir cambiando. Si eso no es un logro, no se qué es.
Lejos estuvo de resolver esas contradicciones y muchas veces en el planteo dejó entrever algunas de las suyas y las de su propio discurso: y eso es lo que importa. Si no nos cuestionamos nuestras propias dicotomías no podemos tener un debate honesto sobre el país que queremos construir.
Por: Federico Imparatta