La formación en Educación no se detiene

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Estamos a favor de la creación de la Universidad de Educación y por tanto de que se apruebe el proyecto de Ley Orgánica que ya cuenta con media sanción de la Cámara de Diputados, el mismo será tratado el próximo miércoles 10 de setiembre en la Cámara de Senadores. Ahora bien, no solo estamos a favor y vamos a reivindicar nuestro parecer participando de la votación, sino que además tenemos muchos argumentos por los cuales decirle si a este proyecto, y eso es lo que haremos.

En su artículo primero, el Proyecto de Ley crea una Institución Pública, integrada al Sistema Nacional de Educación Pública, de ello se desprende que la misma se regirá bajo los mismos principios de la educación pública que emanan de la Ley General de Educación. ¿A qué nos referimos con esto? A que los principios de gratuidad, laicidad y de igualdad o equidad son inherentes a la Educación Pública del Uruguay, y por lo tanto son los principios que rigen a todos los institutos públicos del país, tal como lo expresa en su Art. 15 “Toda institución estatal dedicada a la educación deberá velar en el ámbito de su competencia por la aplicación efectiva de estos principios” Siguiendo la misma línea, son también preceptos de la Educación del Uruguay, y por tanto competencia de la nueva Universidad entre otros, la Libertad de Enseñanza y la Libertad de Cátedra, en el entendido de qué “el docente, en su condición de profesional, es libre de planificar sus cursos realizando una selección responsable, crítica y fundamentada de los temas y las actividades educativas, respetando los objetivos y contenidos de los planes y programas de estudio”.

Ahora bien, esta Ley no solo crea una Universidad Pública, sino que crea una Universidad Pública Autónoma y Cogobernada.

Nos detendremos para comenzar en la Autonomía lo cual implica varias cosas. En primer lugar, se expresa en la Ley la Autonomía tal como ha sido reivindicada históricamente por las diferentes organizaciones de expresión popular, sin injerencia del poder político ni de ningún actor que no sea docente, egresado o estudiante de Formación en Educación, en las definiciones que la Universidad con su Cogobierno tomen. No debemos perder de vista tampoco que para crear un ente autónomo se necesitan mayorías especiales (⅔ de ambas Cámaras), lo que implica que si en la actualidad está en riesgo la aprobación de la Ley por no contar con los votos de la oposición, más improbable será la creación de un ente autónomo en los próximos años en caso que fuera modificada la correlación de fuerzas en el Parlamento.

El principal argumento impulsado por quienes no apoyan este proyecto a nivel parlamentario es que no están dispuestos a dejar en manos de “corporaciones de docentes y estudiantes” la conducción de la educación del país, siendo ellos los únicos opositores al cogobierno en todos sus espectros.

Entonces, si de cogobierno se trata, nos remitiremos a esbozar la estructura definida en el Proyecto que crea tal Universidad. Primero remarcar que si existe cogobierno real, tanto a nivel nacional como regional. El Consejo Nacional estará integrado por los tres órdenes y con paridad en la representación de cada uno, así como la presencia de un rector electo a través de mayorías especiales por la Asamblea Nacional.

Dicha Asamblea es un órgano integrado por cinco miembros de cada orden de cada región, estando todo el país representado y habilitado para definir, entre otras cosas las modificaciones a los planes de estudio.

Por otra parte y en el mismo sentido se crean los Consejos Regionales, también integrados con paridad de los órdenes, electos por todos los actores de la Universidad, cada uno elegirá sus representantes. Dicho Consejo Regional será presidido por un miembro electo por concurso de oposición y mérito y será el Consejo Regional el que defina sus atribuciones, por lo qué el poder que tenga cada uno de los actores dependerá de la fortaleza de cada consejo, y ahí la importancia de tener a los órdenes organizados en pos de mejorar la Educación.

En todos los institutos funcionará un CAC, encargado de asesorar a los directores en los tema que compete pura y exclusivamente al funcionamiento. Los institutos serán unidades académicas y administrativas de la UNED, por lo que están bajo el control del CDN y Regional, los directores se encargarán de que eso se cumpla. Los mismos deberán acceder por concurso de oposición y mérito, por lo que deberán ser concursados todos los cargos actuales. Y si bien, no existe un consejo resolutivo a nivel de centro, entendemos que la creación de los Consejos Regionales y Nacionales es un gran avance.

Debemos luchar porque exista cogobierno en los centros, claro que debemos hacerlo, pero mientras tanto no podemos permitir seguir con lo que tenemos hoy por hoy. Negar todo el proyecto, con los grandes avances que significará para la formación en educación es no visualizar que se pueden alcanzar los objetivos desde diferentes lugares. No compartir la estrategia, no significa que no busquemos las mismas cosas, por lo pronto aquí seguiremos luchando por el cogobierno en las bases, pero no dejaremos escapar todo lo otro. Porque hay muchos, los que deben votarlo, que no quieren que tengamos una Universidad ni siquiera con el cogobierno que en ella se expresa.

Tener una Universidad de Educación, ésta que se está discutiendo, nos permitirá mejorar nuestra formación en todos los aspectos, agregando la extensión y la investigación como pilares fundamentales de ella. Esto no es menor, pues permitirá revalorizar nuestra profesión, reconociéndonos como creadores de conocimiento, y no como meros reproductores como creen algunos.

Que el título tenga carácter universitario implica que seremos reconocidos a nivel internacional, reconocidos en todas partes del mundo como profesionales de la educación, abriendo nuevos campos de formación y cooperación a nivel regional.

La creación de esta Universidad permitirá el desarrollo de la formación universitaria a nivel Nacional, desmitificando que para ser universitario solo debemos viajar a Montevideo. Todos tenemos el derecho a acceder a una educación de calidad, no solo los que cuentan con recursos para ello.
De esta forma la voz del interior se reflejará a nivel regional y nacional, rompiendo con el centralismo actual, pues si bien hay que reconocer que el ocupar un lugar en el CFE ha significado avances, falta mucho aún. Negarse a generar cambios que representarán mejoras en nuestra formación, y no retrocesos, es alarmante.

Que los estudiantes se animen a denunciar las cosas que pasan en sus institutos, que se haya aumentado el número de becas, que se crearan las comisiones de carreras y ámbitos en que la voz de los estudiantes fuera escuchada, entre otras cosas es un gran avance. Y hay quienes cuestionan que las comisiones de carreras no son resolutivas, y no, no lo serán porque en la actualidad el único órgano para generar cambios a nivel de planes y programas es CODICEN, y hasta que la Formación en Educación no salga de la órbita de la ANEP, hasta que no sea autónoma ninguna comisión podrá tomar definiciones que no pasen por el CFE. Y ésta es la oportunidad de empoderar a los órdenes, dándoles autonomía para actuar, sin esta Universidad, seguirá siendo el Consejo centralizado en Montevideo el que resuelva. ¿No será que la creación de esta Universidad genera más cosas de las que creemos?

No debemos no visualizar este momento histórico, en que nos jugamos nuestra carrera, sin dejar de comprometernos con seguir organizándonos y luchando por el cogobierno a nivel de base, ahora mientras tanto, no nos detenemos.

¿Acaso no es un avance que los docentes deban concursar cada cinco años y que hagan carrera de acuerdo a su formación no a su edad?

Son muchos los estudiantes que hemos seguido luchando por la defensa del espacio de participación que como estudiantes a nivel nacional definimos participar, luchando por generar ámbitos de participación y discusión, cuidando a los compañeros y escuchando sus reclamos, generando las condiciones para que no sientan que están solos, de que puedan reclamar sus derechos sin ser reprimidos, intentando crear condiciones más justas en todos los niveles, y no nos permitimos detenernos, mucho menos retroceder. El verdadero desafío estará en dar el rol que se merecen los consejos regionales, porque un consejo regional fuerte implica una organización por parte de los órdenes más fuerte aún.

El próximo miércoles 10 vamos a estar todos apoyando este proyecto, que podría ser mejor, pero que así representa muchísimos cambios significativos a nuestra formación.

No nos detenemos, avanzamos, y nunca retrocedemos, porque acá se juega la educación que le vamos a brindar a las futuras generaciones.

Por: Camila Souto, Anita Viganico, Estefi, Barragan Gorski, Rocío Martínez

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