Raúl Sendic y la política económica

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Parte 4 “No hay mejor teoría revolucionaria que la que surge de la revoluciones hechas” Raúl Sendic.

Nos pareció interesante comenzar este artículo referente al pensamiento del Bebe Sendic y la Economía Social y Solidaria (ESS) con esta reflexión suya, muy conocida, pero que se adecua muy bien al tema que queremos enfocarnos, porque se ha tornado un actor central en el debate de alternativas al modelo capitalista dominante. Este artículo además constituye el último de la serie referida al pensamiento económico de Raúl Sendic.
 
Nos podemos encontrar con diversas definiciones de ESS, inclusive distintas formas de nombrarla, Economía Solidaria, del Trabajo, Cooperativa, Popular, Comunitaria, etc. Más allá de los nombres y de lo ajustado de la definición es un concepto con historia y ligado en general  a la lucha de los trabajadores de ahí lo del título de teoría revolucionaria.
 
Concebimos a la Economía Social y Solidaria con un enfoque sistémico, como una construcción política de la sociedad. 
 
Y dice Raúl Sendic…
 
“El modo de producción capitalista nunca pudo ocupar todos los espacios económicos que existen en una sociedad…Todos conocemos regiones o ciudades del interior de nuestro país donde lo que hay se ha dado en llamar “economía informal” predomina sobre la propiamente capitalista. En esta coexistencia de sistemas, de todas maneras, penetra abrumadoramente con su producción, pero no ocupa el sistema productivo local…” (Sendic vive en el Corazón del Pueblo, Ed. TAE, pg. 51).
 
Sendic señalaba en este párrafo la conformación de un modelo diferente al hegemónico en cuanto que constituye una construcción colectiva. Justamente una de las fortalezas de la Economía Social y Solidaria es que proviene directamente de la participación activa y consciente de los actores colectivos que los conforman.  De ahí que los logros son el resultado de una fórmula que combina solidaridad interna y una forma de identidad comunitaria y territorial.
 
Reflexiona también que esa coexistencia de sistemas en realidad trata de poner límites sociales al mercado capitalista y, si es posible, construir mercados donde los precios y las relaciones resultan de una matriz social que pretende la integración de todos con un esfuerzo y unos resultados distribuidos de manera más igualitaria.
 
Decía en el año 1987 «…ya hay integrantes de la clase trabajadora que dominan el proceso de producción en su fábrica,… desde atrás de la pantalla de las computadoras. También hay sectores cooperativos que son como pequeños islotes en un mar capitalista que trata de asfixiarlos. Puede haber otras formas: esos pequeños talleres y laboratorios de alta tecnología, los campos embargados por los bancos…» (Ob.cit,pg.52).
 
Por un lado señala las características identitarias de la ESS como son la propiedad y la gestión basada en el trabajo y no en el capital, así como la responsabilidad compartida en la gestión (autogestión), la propiedad colectiva de los medios de producción. 
 
Por otro lado el énfasis en el trabajo humano significa una revalorización del mismo como forma de dignificación de la persona, el trabajo pasa a ser para las personas una actividad autogratificante y no una forma de reproducción mecánica del sistema, una forma  de alienación del individuo, que solo actúa como un insumo dentro de un plan de otro/s, como generador de beneficios para la acumulación capitalista (plusvalía).

Respecto al concepto de autogestión nos interesa mencionar su carácter multidimensional: social, económico, político y técnico, porque de esta forma podemos pensarlo más allá de una modalidad de gestión.  

Mirada desde este enfoque la autogestión es el resultado de un proceso capaz de engendrar acciones y resultados que afectan tanto a las personas como al grupo que depende de la misma. 
Desde el punto de vista económico responde a relaciones sociales de producción que se definen por las prácticas que enfatizan, como decíamos anteriormente el factor trabajo en detrimento del capital.
Mirada desde el carácter político es el resultado de una construcción colectiva que pasa por el poder compartido de opinar y decidir como una práctica social innovadora y liberadora. Citando las palabras del Bebe “la lucha será predominantemente reivindicativa, pero también de poder popular”(Ob cit.p.52).
 
Nos gustaría aclarar el concepto porque el pensamiento hegemónico toma elementos de la autogestión para confundir los términos, los trastoca. No se debe confundir con las nuevas formas de organización del trabajo (New Management) que sostiene y da fundamento al toyotismo o pos fordismo (técnica gerencial que permite reducir defectos de producción y aumentar la productividad), y por tanto no solo neutraliza su carácter de crítica radical al modelo capitalista, sino que también habla de formas de auto explotación del trabajador (círculos de calidad toyotista).
 
Concluyendo,  la autogestión a que hacemos referencia entonces, está vinculada a una acción social que busca a través de la reapropiación de su fuerza productiva generar no sólo la promoción del desarrollo del individuo como sujeto social sino resignificar las prácticas sociales relacionadas a la organización del trabajo asociándolas a la idea fuerza de cambio radical y de transformación de la sociedad capitalista. ( P. Peixoto de Albuquerque, “Autogestión”, en “La otra Economía”,pdf.)
 
El trabajo humano en la forma autogestionaria  es en sí una actividad creativa y creadora de valor colectivo, y por tanto germen de transformación social, o como decía el Che, del Hombre Nuevo.

Por: Lilián Galán

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