Hace tiempo que en conversaciones de amigos o familia digo que si yo me mirara el ombligo, si definiera mi opción político partidaria y mi opinión sobre los diferentes candidatos por lo que me pasa a nivel profesional, quizás ya estaría militando en otro lado o hubiera cambiado mi voto.
Soy maestra, y la verdad que en Educación es tanto lo que falta por hacer, como cuanto se ha hecho en forma errada. Parece que no es fácil dar en la tecla de lo que realmente se necesita, y muchas veces las soluciones que se dan no van a las causas reales de los problemas, sino que ofician de puro parche para tapar agujeros.
Ni que hablar de muchos de los discursos que llegan a la prensa, donde se critica por criticar, o se cae con todo a los docentes, o se defiende lo hecho sin la más mínima autocrítica, sin comprender o demostrar que se comprende la complejidad del fenómeno de enseñanza – aprendizaje.
Pero reconozco que también hay de las otras. No necesito apelar a los folletos institucionales o las propagandas político partidarias para saberlo; lo veo cotidianamente. La mayoría de los grupos de primaria se acercó bastante al número ideal de niños por clase (25), muchos están francamente por debajo. En las fichas de los niños ya no se ve aquel “sin cobertura médica”: todos tienen atención, ya sea en mutualistas privadas o en ASSE. Existe una nueva figura en el sistema, la maestra comunitaria, que vincula a la escuela con la comunidad, que hace trabajo de campo y apoya a los niños en el seno de su familia para que no sólo no abandonen la escuela, sino que entre todos puedan sostener un mejor proceso de aprendizaje. Las maestras gozamos junto a nuestros bebés de 6 meses de licencia para amamantar, lo cual favorece a nuestros hijos y también a los niños con que trabajamos. Finalmente se comenzaron obras de refacción en una cantidad enorme de escuelas y hay material para el trabajo diario de clase en nuestros armarios, como hojas, lápices, colores, pintura.
Pero en realidad, mi voto se debe a otras razones. Se trata de un convencimiento que va más allá de los múltiples avances que el país ha logrado. Porque se avanzó, se avanzó dentro de un capitalismo feroz y se logró que miles de uruguayos tengan una vida mucho más digna que lo que hubiera sido en gobiernos de otro color… pero que sigue marcada por las reglas del capitalismo. Aún hay uruguayos que viven en casas de chapa, aún hay gente viviendo en zonas inundables. Aún vendemos nuestra tierra, aún dependemos de quienes nos compren monocultivos. Aún somos una sociedad que excluye, aún vivimos un proceso de agravio de la educación pública… por sólo nombrar algunas de los aspectos que amenazan un proyecto de país justo y solidario.
Mi opción se debe a mis sueños, y los de tantos otros. Yo anhelo cambiar el mundo. Yo quiero algo diferente para la humanidad. Y para eso, es necesario cambiar la sociedad, culturalmente, desde sus bases, toda su estructura. Y me he convencido de que no puede darse un cambio como ése sin amplias mayorías de población convencida. Aquello de las condiciones objetivas y subjetivas, no?
Entonces los caminos se re-crean, se vuelven sinuosos, y van mutando según quienes los vayan construyendo. Para fortalecerlos hay que fortalecer las organizaciones sociales, hay que educar en participación, hay que ensayar en experiencias de asociación y cooperación. Hay que distribuir mejor la torta.
Creo que hay muchos que trabajan día a día para un cambio cultural, para que sea el movimiento social el protagonista de los avances a favor de mayor equidad y justicia social. Pretendo que desde el gobierno se acentúen las políticas que permitan que el trabajo colectivo llegue a buen puerto.
Estos logros no se darán en solitario. No es posible en el mundo actual un cambio a partir de pocos iluminados. Se necesitan muchos convencidos. Y para ello la herramienta sigue siendo la misma. Juntar voluntades y trabajar para que las ideas se fortalezcan y otros se apropien de ellas. Porque no renuncio a mis sueños, porque aún creo que se puede crecer en planteo, porque es necesario un gobierno que pelee por los más pobres, porque aún podemos fortalecer desde la coalición el vínculo con el continente, porque estoy convencida que se puede trabajar desde dentro para hacer más y mejor por la mayoría, con crítica, autocrítica y lealtad, mi voto este 26 de octubre es 609; yo voto FA.
Por: Gabriela Dobal