Conocida es la propuesta de creación de una Sistema Nacional de Cuidados (SNC) por parte del Frente Amplio en caso de lograr un tercer gobierno. Este desafío tiene un gran camino recorrido que comienza en el 2010, a nivel estatal, a través de un decreto presidencial que permite conformar un equipo de trabajo intersectorial que tiene la finalidad de diseñar este SNC.
Uno de sus productos es un catálogo de documentos1https://www.sistemadecuidados.gub.uy/ de acceso público, que este artículo pretende sistematizar brevemente.
Es necesario detenerse en el proceso de diseño del SNC. Ha pasado por etapas de consulta y debate con organizaciones sociales, de consultorías técnicas y de evaluación de los programas que se han implementado y que quedarán dentro de la órbita del SNC, una vez creado.
No quiere decir que sea infalible, pero si se tiene en cuenta que el cuidado en Uruguay fue discutido durante un año por mas de 1800 personas, más de 1200 organizaciones en todo el país, se puede pensar que tiene importantes criterios de realidad. Este proceso de consulta permitió la construcción común del cuidar y el aporte de las distintas experiencias locales para pensar un diseño universal.
Se contrataron consultores para que, analizando las poblaciones objetivo del SNC, pudieran generar perfiles de demanda y sugerencias de acciones.
Las experiencias estatales puntuales de cuidado, que más adelante se describirán, han sido evaluadas ya sea a través del impacto y/o de sus procesos, acompañando y calibrando la implementación en caso de que haya que hacerlo.
El considerar como parte del diseño el análisis de lo que se precisa, de lo que ya está y cómo mejorarlo y el respaldo de la consulta técnica, es una forma distinta de hacer política que centra a los distintos tipos de usuarios y sus derechos en el centro de la estrategia.
Se define al SNC como acciones coordinadas que apuntan a preservar y promover la autonomía y autodeterminación de las personas dependientes desde la perspectiva de derechos.
Es entonces que el Sistema reconoce cuatro poblaciones objetivo: primera infancia, personas con discapacidad, adultos mayores y cuidadores/as.
A su vez diferencia dos tipos de cuidados: dentro y fuera del hogar.
Las combinaciones entre las poblaciones y los tipos de cuidados configuran las distintas prestaciones que se proponen.
El cuidado en tanto se entienda como promoción de la autonomía tiene fundamental importancia en los primeros años de vida. La estimulación temprana y oportuna asegura herramientas para un desarrollo fomentando al máximo el potencial de cada niño y niña.
Se reconoce entonces, dentro de la primera infancia, la necesidad de profundizar los alcances de las prestaciones en los niños menores a 12 meses.
Los criterios de elección de estos niños y niñas será en base a la combinación del déficit de tiempo para la dedicación al cuidado, niveles de ingreso, tipo de hogar y condición de empleo de quien está cuidando.
Las estrategias diseñadas para dentro del hogar están vinculadas a las licencias y el Programa Nacional de Cuidados Domiciliarios2Se brindarán cuidadores/as capacitados/as para cumplir esta función. El programa cuenta con componentes de capacitación y certificación para quienes ya realizan esta tarea. Esta estrategia se repite en las otras dos poblaciones: personas con discapacidad y adultos mayores.. En los casos de fuera del hogar las propuestas son el respaldo y profundización de las propuestas a través del modelo CAIF y los bonos a través de los cuales se haría uso de lo ocioso de los centros privados.
Para las personas con discapacidad es importante resaltar que no todas son dependientes, así como no todas las personas que necesitan ayuda de otra para realizar las actividades de la vida diaria – definición de dependencia – tienen la misma necesidad de asistencia. Es por ésto que se precisan de instrumentos de medición que permita diferenciar los dependientes leves, moderados, severos y aquellos que no tienen dependencia.
Las propuestas de cuidado dentro del hogar son las horas asistente personal para realizar actividades dentro y fuera del hogar, teleasistencia y Programa Nacional de Ayudas Técnicas.
Para la estrategia fuera del hogar hay pasos previos que cumplir como la regulación y creación de estándares mínimos de calidad. Las propuestas contemplan los centros diurnos con perfiles de rehabilitación y estimulación psicosocial, centros residenciales temporales o definitivos y viviendas tuteladas para aquellas personas con algún grado de autonomía.
Pensar el cuidado en adultos mayores tiene los mismos desafíos descritos en discapacidad, es fundamental el uso de instrumentos.
Se piensa en dos áreas de impacto con esta población: la mejora en la calidad de los servicios dirigidos a las personas que viven en instituciones de larga estadía, y servicios de apoyo a personas (y a sus cuidadores/as) que viven en sus hogares.
Por cuidados dentro del hogar, el ya mencionado Programa Nacional de Cuidados Domiciliarios y la teleasistencia.
Por fuera del hogar se agrega un componente de regulación que tiene como objetivo asegurar una calidad asistencial acorde a los objetivos del SNC de aquellos residenciales de larga estadía, sean públicos o privados; centros de día y centros de referencia.
La cuarta población no son dependientes, pero si destinatarios de cuidados. El SNC se propone cuidar a quien cuida a través de la formalización y mejora de las condiciones laborales, Sistema Nacional de Formación en Cuidados y capacitación, acreditación de los saberes e instancias de formación de los que ya cuidan.
Desde el 2005 se han implementado propuestas que tendrán lugar dentro del futuro SNC. Algunos ejemplos son: centros de larga estadía públicos y privados; cupos cama para la incorporación en los mismos; centros de cuidado y estimulación diurnos, en algunos de ellos combinando mas de una población (CAIF en los que están incluidos niños y niñas con discapacidad); programas estatales de asistentes personales y subsidios para la contratación de los mismos; teleasistencia (personas con discapacidad y adultos mayores).
Es evidente que las políticas en infancia, discapacidad y adultos mayores no se acaban, ni son abarcadas por el SNC en su totalidad. En primer lugar por la intersectorialidad que debe acompañar a las estrategias de cuidado (salud, educación, vivienda, etc.), y en segundo lugar porque no todas las personas son dependientes. Claro es el ejemplo de las personas con discapacidad. La relación entre la discapacidad y la dependencia no es lineal, y por lo tanto compleja de combinar. Distintas personas con igual deficiencia o diagnóstico no necesariamente tienen igual grado de discapacidad y/o dependencia; así como personas con mismo grado de discapacidad no tienen por qué tener mismo grado de dependencia. Personas con discapacidad con una correcta rehabilitación, ayudas técnicas y otros apoyos, pueden ser personas autónomas. Para ésto son necesarias las políticas en discapacidad que garanticen el desarrollo al máximo de su potencial autonomía, mas allá de la severidad de su dependencia.
Sin estos respaldos sectoriales e institucionales el SNC se vuelve un parche que si bien cubre algunos agujeros no funcionaría como el promotor de derechos y transformador cultural que pretende ser en los documentos citados.
Tomando las consultorías a las que se hizo referencia se espera que para el 2020 ingresen al mercado laboral como cuidadores mas de trece mil personas. Siguiendo esta proyección al 2020 se cree que los beneficiarios en acciones vinculadas a primera infancia estarán alrededor de los casi 78000, adultos mayores mas de 118000 y personas con discapacidad 40500. Se habla de un total de casi 237000 usuarios del SNC.
Por: Julia Córdoba
Referencias
↑1 | https://www.sistemadecuidados.gub.uy/ |
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↑2 | Se brindarán cuidadores/as capacitados/as para cumplir esta función. El programa cuenta con componentes de capacitación y certificación para quienes ya realizan esta tarea. Esta estrategia se repite en las otras dos poblaciones: personas con discapacidad y adultos mayores. |