Vale la pena analizar el proceso electoral que acaba de culminar, y para ello es imprescindible entender la importancia de que el Frente Amplio esté gobernando el País desde hace diez años.
El Gobierno en manos de los representantes políticos de las minorías privilegiadas, condujo en un largo proceso a distorsionar los conceptos de democracia, libertad y justicia social, reduciéndolos a formas cómplices con la concentración de derechos que ostentan.
El Gobierno en manos del Frente Amplio, aún con una estructura económica capitalista está jugando un papel importantísimo en el proceso progresista de construcción de una hegemonía de las mayorías en el Gobierno Nacional. Es un proceso complejo, de larga maduración, de múltiples aprendizajes,con contradicciones, pero muy rico.
En las democracias políticas electorales, el Gobierno emerge de las elecciones, por lo que es muy importante analizar con un poco más de profundidad los procesos electorales
Uno de los asuntos centrales de los procesos electorales, es su desarrollo, consistente en la construcción del escenario electoral, seguido posteriormente por los actos electorales en si mismos.
La determinación de a quien votar, es un proceso complejo, determinado por creencias, expectativas, discusiones, rituales, simbolismos, gestos, mitos, y por la propia cultura política de las mayorías populares. Está universalmente aceptado que la credibilidad de sus resultados estará determinado por el juego limpio de los derechos de los votantes.
Poca importancia se le da frecuentemente a la ciudadosa preparación que hacen los representantes del poder del escenario en que se desarrolla la campaña. En nuestras condiciones, éste se preparó desde mucho antes, con medios de comunicación que mayoritariamente han construido una audiencia receptora, que no es crítica de los mensajes que absorbe. Para ello utilizaron informativos de T.V., titulares de prensa escrita, multiplicación radial, analistas económicos y políticos, editoriales que conducían a la necesidad de cambiar, consultoras económicas que avizoraban temores, y también penetración de las redes sociales. En las últimas etapas se agregaron analistas de mediciones de opinión pública.
La oferta de candidaturas fue luego cuidadosamente preparada para responder a esa agenda que fue meticulosamente articulada.
Así se produjeron los temas de la agenda actual, la inseguridad, la educación y la economía, que hasta su denominación es tendenciosa, pues no se les llama, violencia en la sociedad, aprendizaje de los jóvenes, o perspectivas de ingresos. Hubo una inversión coherente en titulares, noticias seleccionadas, análisis, organización de las noticias nacionales e internacionales, etc… sin descuidar detalles. No podemos pensar que esas priorizaciones salieron pacíficamente de la opinión objetiva e inocua de los ciudadanos.
En la sociedad contemporánea, los medios de comunicación juegan un rol central en las preocupaciones, las alegrías y las angustias de las mayorías, por lo que para entender las conductas políticas en el Uruguay no es suficiente el análisis de la ciencia política sola. Debe integrarse con nuestros valores culturales, con la estructura y funcionamiento de los medios de comunicación. Los informativos, los programas de entretenimiento y hasta las telenovelas está demostrado que juegan un rol determinante en definir los escenarios de las campañas electorales.
Paras ello recomiendo leer el trabajo de Venicio A. De Lima, “La construcción de un Presidente en Brasil” .
Pero hubo otra estrategia construida por diversos actores que están madurando en la construcción del progresismo de comienzos del siglo en el Uruguay.
El desarrollo político y cultural de nuestro País también condujo a que una parte de la ciudadanía Uruguaya fue construyendo, a veces conscientemente, y a veces intuitivamente otro escenario buscando escapar al cerco comunicacional que impusieron los mecanismos del poder. El mismo se integró con la visión más generalizada de como está cambiando objetivamente el País, entresacando las noticias que comunican los cambios progresivos y de fondo que se están produciendo, manteniendo una actitud crítica con los medios dominantes y seguros de que los rumbos del País están en la dirección de los intereses de las mayorías.
Estos sectores de nuestra sociedad escapan al cerco mediático funcional a los intereses de los sectores minoritarios, y mantienen la idea de que la política, la identidad de las mayorías con sus diversidades, los derechos de los trabajadores y los ciudadanos, se están desarrollando positivamente. Hay una posición racional definida o en muchos casos intuitiva clara, de quien defiende a los poderosos que concentran privilegios, y quienes defendemos los derechos del pueblo que trabaja todos los días, en una máquina industrial o con un tractor, con una computadora o con libros de estudio, haciendo negocios de exportación o proveyendo servicios, produciendo cultura o investigando, como sea, pero trabajando todos los días.
A ello se debe agregar la estrategia del F.A., que desde los cargos de Gobiernos o desde la fuerza política, o la militancia social, siempre estuvo atenta a interpretar los hechos con una visión propia y defendiendo el accionar de las fuerzas progresistas.
La campaña diseñada por el Partido Nacional estuvo dirigida a la idea tramposa de renovación asociada a lo etario, a presentar un candidato que “no es un político profesional”, rodeado de asesores nuevos despegados de los viejos carcamanes conservadores que están atrás suyo, y utilizando un lenguaje de marketing inocuo que no habla de política con lo que pretende ocultar el verdadero programa del Partido.
En general, en los Países que se utilizó con éxito ésta estrategia, se hizo en situación de descrédito mayoritario de la política y los políticos en la sociedad y con candidatos por fuera de los partidos conocidos. En Uruguay, si bien hubo una campaña de la derecha de desprestigiar a los Parlamentarios y al Parlamento, no tuvo mayor eco, y tampoco el candidato elegido es un outsider.
Culminada la campaña de Octubre, la estrategia elegida no tuvo el éxito que tuvo en la interna de su partido.
Por otro lado, si el candidato del Partido Nacional es un desconocido político profesional , no lo es el candidato a Vice, ni el del Partido Colorado que ocupó tres Ministerios en el desastre de gobierno que tuvo el Uruguay a comienzo del siglo. Todo ello conspira contra el éxito del diseño de la campaña, consistente en la presentación de figuras “nuevas”, que además no se pueden sacar los apellidos y son parte de historias que todos conocemos.
La estrategias de enfrentar al Gobierno del Frente con un producto “nuevo” tiene otros inconvenientes en nuestro País, que no lo tuvo en otros lares.
Existen dos partidos tradicionales muy consolidados que tienen un dilema muy fuerte, que aún no han decidido. Tienen que optar entre fortalecerse compitiendo políticamente, en una continuidad histórica de sus luchas, o construir un bloque opositor al mayoritario Frente Amplio fundiéndose para crear un partido de laboratorio.
¿ Cual es su prioridad ? ¿Fortalecerse como partidos, con su historia, sus símbolos y sus principios,o desaparecer para intentar detener el proceso de cambios progresistas?
Seguramente que en la búsqueda de respuestas a éste dilema van a participar actores que no son sólo políticos, y quien sabe si no vendrán algunos del extranjero a asesorarlos., porque es mucho lo que está en juego en éstas elecciones. Los grupos dominantes del Uruguay tienen intereses más allá de nuestro territorio, y además están vinculados a grupos financieros y de capital a quienes interesa mucho conocer con quienes tendrán que negociar en del futuro.
Además en nuestro País hay un vigoroso Frente Amplio que se expresa políticamente en todas las circunstancias, con fuerte arraigo en el sistema político, y organizaciones muy fuertes en la sociedad, como el movimiento sindical y muchísimos otros que funcionan regularmente.
En política, como en biología, lo local es determinante, y estrategias que pueden haber sido exitosas en otros lugares no se pueden copiar mecánicamente, y nuestro pueblo nos dio una gran enseñanza, pues demostró que tiene capacidad de análisis y comprensión que lo llevan a tener claro como sortear la estrategia tramposa de la derecha y defender la construcción de un País que no se detiene.
Por: Ernesto Agazzi