Por: Pedro Páez Pérez*
La estructura económica de los países están llenas de desigualdades, llenas de polarizaciones y llena de exclusión. Nos corresponde superar ese capitalismo de exclusión y permitir que nuevos actores puedan desplegar sus iniciativas y concreten sus sueños, para sacar a su familia, a su comunidad adelante. Justamente uno de los elementos centrales del neoliberalismo fue una compresión, una reducción de la capacidad productiva durante todas estas décadas, se invirtió menos y si usted siembra menos va a cosechar menos. El Gobierno Nacional ha podido revertir esa tendencia y tenemos los primeros resultados, no solamente en mayores niveles del crecimiento del producto interno bruto, sino una reducción sostenida del desempleo, el subempleo y de la pobreza. Desde que empieza el Gobierno más de 330.000 compatriotas ya están por encima de la línea de pobreza, han superado los niveles de pobreza y más de 190.000 ecuatorianos han superado los niveles de indigencia.
Estamos llevando una participación protagónica de un sector olvidado en las últimas décadas, el de la economía popular. Es decir, aquellos sectores de la mediana, la pequeña, la micro empresa, las comunas, las cooperativas, los emprendimientos asociativos, otro tipo de iniciativas que ni si quiera tienen nombre y que dan vida, dan medios para ganarse la vida a dos terceras partes o tres cuartas partes de la población ecuatoriana. Estos sectores que han estado olvidados e ilegalizados por el antiguo marco normativo, ahora son el elemento central del nuevo proyecto económico del país. Esa energía social hasta ahora reprimida, hasta ahora criminalizada por las leyes y por la constitución anterior se convierte en el elemento central de lo que es este nuevo modelo, más democrático, más participativo. Tenemos por ejemplo la nueva red de redes que incluye a las cooperativas, a los bancos comunales, a las cajas de ahorro local, a todo tipo de estructuras financieras locales, que van a permitir, conectadas con lo mejor de la tecnología, en una alianza estratégica con el nuevo esfuerzo de la banca pública, el Banco Central del Ecuador, el Banco Nacional de Fomento y Correos del Ecuador, para permitir fluir la paquetería, la información, el dinero, los impuestos, el pago del bono de desarrollo humano, las remesas de nuestros compatriotas en el exterior, hasta los recintos más alejados del país, con una capilaridad, con una intensidad que nos va a permitir irrigar aquellos sectores del cuerpo social del aparato productivo que hasta ahora han estado excluidos de cualquier capacidad de crédito.
La nueva red de redes: Fuente.-Banco Central del Ecuador-INEC
Este esfuerzo que lo estamos realizando con las organizaciones populares, movimientos sociales, los emprendimientos populares, a lo largo y ancho del país, forman parte de un proceso más completo, la nueva arquitectura financiera. Un elemento que nos va a permitir blindar la economía nacional frente a las turbulencias de la crisis financiera y monetaria internacional de consecuencias imprevisibles. Ahora vamos a llegar a los sectores más alejados del país hasta ahora excluidos, por ejemplo, del crédito, excluidos de las posibilidades del desarrollo, en una condición muchísimo más transparente, más segura, más ágil para las transacciones y los negocios cotidianos de los distintos emprendimientos populares. Con estas nuevas posibilidades vamos a crear un circuito de pagos alternativo, que va a permitir reciclar los recursos del ahorro doméstico generado en los territorios, para la inversión, para la generación de empleo en los territorios, en las comunidades; para el fortalecimiento del aparato productivo nacional, para evitar la fuga de capitales, para evitar esa vulnerabilidad tremenda que hasta ahora ha tenido el país al exponerse a las turbulencias internacionales.
Con la nueva arquitectura financiera vamos a concretar un nuevo tipo de relación, un tipo de articulación entre la economía popular, la economía de la empresa privada y la economía del Estado, para insertarnos, para llegar a los mercados internacionales con nuestra propia agenda, con una perspectiva distinta a la de ser simplemente productores de postres y de materias primas, con paradojas como la de ser un país petrolero que exporta su crudo y que tiene que importar todos los derivados con un costo altísimo, con unos niveles de competitividad muy bajos porque el costo energético para el aparato productivo ha sido hasta ahora el de los más altos de América Latina. Justamente estamos generando condiciones distintas, con mayor nivel de crédito de la banca pública de fomento, con mejores productos financieros y no financieros que justamente atiendan a las necesidades del productor directo con plazos y costos menores, con una reducción de las tasas de interés y la eliminación de las comisiones que permita que el empresario, el productor pueda acceder a un respaldo financiero más barato y de largo plazo, en coordinación con otras líneas de políticas públicas como son las exoneraciones tributarias, como la eliminación de los aranceles para muchos de los productos, la reducción de las tarifas para la importación de bienes de capital y de materias primas, al mismo tiempo que se dificulta la importación de ciertos productos suntuarios que bien pueden ser sustituidos con la producción nacional, la eliminación de una serie de trabas burocráticas, la reducción de costos como los energéticos en la planilla eléctrica, la posibilidad de incluir exoneraciones tributarias como la reducción del 200% a la contratación del nuevo personal y la reducción del impuesto a la renta en la reinversión productiva de las utilidades en maquinaria, equipo, tecnología. Estamos creando las condiciones para un nuevo pacto social en que la empresa privada, la empresa popular y la economía del Estado puedan trabajar conjuntamente para relanzar la inversión y prepararnos para un nuevo proceso sostenido de crecimiento en el que todos los ecuatorianos estemos incluidos.
Este es el Ecuador que estamos construyendo todos, superemos la etapa de la confrontación, superemos las mentalidades del pasado, el Ecuador de ahora está abriendo las puertas para que los sueños de todos puedan concretarse en la realidad, para que todos estemos conformando un nuevo pacto social que realmente permita al país insertarse de mejor manera en el escenario mundial y que permita dar una respuesta a todas las necesidades y cumplir con los derechos que están consignados en el nuevo texto constitucional. La nueva arquitectura financiera, la política económica de nuevo tipo, la gestión fiscal orientada a la satisfacción de las necesidades básicas ponen los fundamentos de un nuevo tipo de sociedad más humana, equitativa y solidaria.
* Superintendente de Control del Poder de Mercado, Ecuador