Choque de trenes

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Pablo Caggiani

Advertencia. No escribimos esto desde las alturas de nada, más bien desde quien participa activamente de diferentes instancias en donde sujetos colectivos intervienen un poquitito la historia, así con minúscula. Tiene entonces, olor a escuela, a asamblea, a guiso, a los diferentes lugares donde se construye lo educativo. No van a encontrar en estas líneas un texto periodístico, mucho menos académico, sino un texto que se escribe desde la arena donde se disputa el sentido de la educación pública y cómo se financia.

Cuando algo pasa una vez, es una casualidad, cuando pasa dos son dos casualidades, cuando pasa tres…

Los debates en torno al presupuesto que se destina a la educación han sido una constante en los tres gobiernos del Frente Amplio. Solamente en dos períodos fue planteado en términos de número dentro del programa del FA. En el primer período de Tabaré y en el actual mandato. Durante el primer período la discusión llevó a que el Ministro de Economía de entonces, el mismo que hoy, presentara su renuncia y se dispararan las negociaciones para que no lo hiciera. Finalmente no lo hizo, y se logró alcanzar un presupuesto educativo del 4,5% del PIB, con todos los peros que se quieran agregar.

En 2015, otra vez hay una definición del programa del Frente Amplio. Otra vez tenemos problemas. En momentos que se decide la asignación presupuestal se decreta la Esencialidad.

Circula un montón de información que es incorrecta; por lo tanto hay juicios sumarios de varios lados y en estas horas hay que bajar la pelota al piso para no comenzar a construir una derrota de los que colocaron eso en el programa, los que tuvieron los votos pero no mandan en la liga.

El 21 de agosto se firmó un Acta de Entendimiento que pasaba a consideración de cada una de las Federaciones y respectivas filiales de la Coordinadora de Sindicatos de la Educación1https://www.anep.edu.uy/anep/phocadownload/Noticias_Doc/2015/acta%20negociacin%2021-08-2015.pdf. Ese fin de semana únicamente Fenapes (Secundaria) rechazó la propuesta. El lunes el gobierno decreto la Esencialidad2https://www.mtss.gub.uy/web/mtss/noticia-ampliada/-/asset_publisher/PC7v/content/mtss-declara-esencialidad-en-servicios-de-educacion-publicos. Sindicatos en huelga el lunes: Ades Montevideo. El resto con paro votado o nada votado y considerando el convenio propuesto.

El decreto firmado es un error de porte, que aún no reporta consecuencias políticas al interior del gobierno. El Poder Ejecutivo solito y sin ayuda se metió en un corral de ramas. Cuando todo converge a que ha sido un gran error, caben algunas preguntas: ¿Quién o quienes asesoran al Presidente sobre estos temas? ¿Cuál era el objetivo de declarar la esencialidad en medio de un proceso de negociación? ¿A quiénes beneficia la situación construida? ¿A quién beneficia que no se pueda salir del corral de ramas?

Las respuestas a las que llegan los lectores seguramente sean correctas o no, pero nos interesa que nos preguntemos quienes están sentados a la mesa de este lío.

El Poder Ejecutivo se equivocó y feo en el divorcio que construyó con todos los trabajadores y estudiantes y padres al decretar la Esencialidad. No se puede instrumentar esta medida sobre más de 50.000 trabajadores, más de 700.000 uruguayos entre los involucrados directos. Es declarar la esencialidad a la segunda Intendencia del país. Una burrada de proporciones no mensurables aún. Quien asesoró en este tema debería de retirarse sin lugar a dudas.

Puso en jaque al movimiento sindical en el momento de la historia en el cual tiene mayor cantidad de afiliados. Instaló un clima en la educación que no está claro cómo se va a recomponer, en caso de que sea posible hacerlo.

Obvió, por creer lo que muchos repiten, el lugar de la escuela pública y los maestros en la sociedad uruguaya.

Las salidas del laberinto

Está claro que de esta encrucijada se sale solo con negociación. Pero una que sea de verdad, que vuelva a ubicar el eje de la conversación en la cantidad de recursos que la sociedad uruguaya está dispuesta a colocar en la educación pública. Las cifras del país en esto no son tan buenas como se quisiera. Por supuesto que esto incluye los salarios docentes, y por supuesto que no se termina allí. La extensión de la cobertura del sistema educativo, la pertinencia de las propuestas con una estrategia de desarrollo, los insumos de una calidad razonable, la infraestructura educativa, etc. Son tan innegables los avances de los últimos diez años como la necesidad de acelerar la mejora de la inversión en educación pública. El pensamiento de izquierda así lo indica y diversos estudios dan cuenta de la evidencia para que esto sea así.

El pecado original

El primero en mover debería ser el Poder Ejecutivo. De hecho fue el primero en mover mal. Produjo la profundización del conflicto y la renuncia de todos los consejeros electos de la ANEP. Se ha mantenido un canal abierto de diálogo pero el Poder Ejecutivo no se mueve de su posición. Solo se levanta la Esencialidad si no hay medidas de parte de los sindicatos. Pero sucede que si no hay Esencialidad no hay ningún impedimento para las medidas. Claramente las propuestas no están a la altura del problema. En estos momentos se sigue conversando.

Los trabajadores organizados

Dentro de los sindicatos prima la lógica en espejo. No hay negociación posible con un Decreto de Esencialidad. La discusión debería ser el presupuesto que la sociedad está dispuesta a dar a la educación y las propuestas que se desarrollan en las instituciones educativas. Se ha mantenido el diálogo y reiteradas veces se ha solicitado la negociación. Pero se han votado medidas con el propósito de avanzar en la lucha presupuestal. En algunas federaciones o filiales departamentales se ha demostrado que quienes dirigen no están a la altura del problema. De forma que se terminan colando en la lucha de los sindicatos de la educación propuestas que son reclamos más difíciles de comprender por el general de la población.

Es probable que lo más preocupante sea cierto regocijo, o pulseada instalada y no dicha, esta idea que debemos quebrar algunas dirigencias sindicales, como si los trabajadores respondieran estrictamente a sus dirigencias o como si se pensaran políticas sindicales para 20 trabajadores (políticamente recontra convencidos). Esta óptica no permite ver que al crecer la participación en las asambleas, la mayoría no tiene la experiencia de los supermilitantes en lo que la participación implica. Si se toma en cuenta la cantidad de participantes en las asambleas de los sindicatos se observará que no superaban los 300. Cuando de un día para el otro se pasa a 3000, ordenar la discusión, salir de la euforia lleva un tiempo y en todo caso el Presidente tiene que tener claro que más importante que el ego, es dar señales para no producir fracturas que a mediano plazo pueden costarle muy caro a la izquierda uruguaya.

Foto: Piero Sabini

Foto: Piero Sabini

Cabe la pregunta de si el Poder Ejecutivo está en la línea de “cortar con el poder de las corporaciones”, ¿tendrá la misma actitud para romper las corporaciones empresariales del transporte? ¿O de la atención médica? ¿De la construcción?

Estará tramando una estrategia en este sentido, porque la miopía nos puede llevar a ignorar cuales son los sectores de nuestro pueblo que aportaron a la acumulación para que hoy podamos decir que el Uruguay está invirtiendo en educación como nunca en lo últimos 70 años de historia de nuestro país.

A ley del juego…

Las negociaciones para destrabar el conflicto entraron en una especie de círculo vicioso de desconfianzas mutuas que incluyen el Decreto de Esencialidad. El Poder Ejecutivo, en esto de que la política son gestos, debería de suspender la Esencialidad. Básicamente porque no la puede aplicar sin agrandar el tamaño del problema. La destrucción de los sindicatos de la educación, por acción u omisión, significa obturar la posibilidad de cambios que los hijos de nuestro pueblo necesitan.

Los trabajadores de la educación han demostrado que están dispuestos a dar batalla. Por el presupuesto y por las propuestas.

Vale el comentario de un compañero frente a la movilización de uno de estos días, “un pueblo que lucha es un pueblo vivo”.

«- Si ordenara a un general volar de una flor a otra como una mariposa, o escribir una tragedia, o convertirse en ave marina, y si el general no ejecutara la orden recibida, quién estaría en falta, él o yo ?

– Sería usted – dijo con firmeza el Principito.

– Exacto. Debe exigirse de cada uno lo que cada uno puede dar – prosiguió el rey. – La autoridad se fundamenta en primer lugar en la razón. Si ordenas a tu pueblo que se tire al mar, hará la revolución. Yo tengo el derecho de exigir obediencia porque mis órdenes son razonables». Antoine de Saint-Exupéry – El Principito.

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