Miguel Estevez
Nos hemos acostumbrado, en estos tiempos de la rapidez en la circulación de “Información” y las Redes Sociales, a ver cada vez más intervenciones de Trabajo Voluntario y/o Brigadas Solidarias. Indudablemente este acceso más fácil a los acontecimientos deja en evidencia una tarea que se ha realizado históricamente; y no podemos poner en duda que este tipo de acciones son un paso relevante para caminar hacia una Sociedad diferente, hacia un presente y futuro mucho mejores.
En 1959, por ejemplo, se realizaba en Cuba la primera intervención de Trabajo Voluntario en la construcción de la Ciudad Escolar “Camilo Cienfuegos”: la misma fue encabezada por los Comandantes Ernesto “Che” Guevara y Manuel “Piti” Fajardo. La brigada estaba conformada por combatientes del Ejército Rebelde, Trabajadores y pobladores del lugar. Esto, de forma anecdotica, nos muestra un poco de la raíz histórica del tema, si bien se puede hablar de los inicios del Voluntariado por el siglo XI, ponemos énfasis en el tema con una visión Política y sobre todo Revolucionaria si se quiere. Posteriormente, en una alocución, cuando ocupaba el Ministerio de Industrias, decía el Che: “…lo importante es que una parte de la vida del individuo que se entrega a la sociedad sin esperar nada, sin retribución de ningún tipo, y solamente en cumplimiento del deber social. Allí comienza a crearse lo que después, por el avance de la técnica, por el avance de la producción y de las relaciones de producción, alcanzará un tipo más elevado, se convertirá en la necesidad social”.
Básicamente es esto que se plantea aquí, la vigencia de un pensamiento que nos muestra el Trabajo Voluntario como una enseñanza, como una real forma de emancipación del hombre. Nos demuestra que la visión no es ver el Trabajo como algo pesado, sino como un instrumento más para construir el “Hombre Nuevo”.
Trayendo esto a la actualidad y desde la imperiosa “necesidad militante” de sentirnos parte de los procesos, nos lleva a ponernos a pensar cuán importante es, darnos desde las diferentes formas de organización del campo popular, la oportunidad de generar esta metodología de trabajo. Nuestro país cuenta con una rica experiencia en esta materia, pero es necesario acentuar mucho en la permanente construcción de espacios en este sentido. Ni que hablar que las Brigadas Solidarias del SUNCA han sido vanguardia y han marcado un precedente (reconstrucción de Dolores, Plan Juntos, etc.), pero debemos destacar que no son las únicas. Hay muchas otras organizaciones que, sin tanta difusión, trabajan permanentemente de forma solidaria. Para seguir pensando en el camino al Socialismo, esta pata es fundamental, la posibilidad de ayudar a quienes están más jodidos; a la vez de compartir jornadas donde lo que nos unen son los Valores. Donde somos todos iguales y creamos, desde el sudor, un vinculo estrecho con “el de al lado”.
Jornadas donde tanto el que trabaja en la oficina, como el que anda con los pies adentro del barro se unen en la necesidad de dar una mano. Permitiéndonos conocer la realidad del otro de primera mano, sin tener que verla desde los medios, que como ya sabemos, nos deforman de sobremanera la visión. Esta pequeña semilla debe ser plantada en cada gremio, en cada organización barrial y en cada lugar donde tengamos la oportunidad. Trabajadores activos, Jubilados y Estudiantes caminando juntos para generar un camino mejor, bastión de las transformaciones en estos tiempos donde algunos nos quieren plantear el camino hacia un “Capitalismo más humano”.
La respuesta está acá, como siempre lo estuvo, en la Organización de las bases, en este caso desde el Voluntariado. Debemos destacar que quienes deben ponerse a la cabeza de esta avanzada, son los dirigentes, porque es imposible pensar en una conducción de las masas, sin compartir con ellas tan importante tarea. Es sabido que demanda de trabajo voluntario hay y mucha, debemos darnos la forma de encontrar los espacios para cubrirla.
Reflexionemos cuán importante es este tema, confiando en que es imposible caminar hacia una Sociedad más justa sin ver ni sentir el dolor del otro; miremos desde nuestro lado más humano y evaluemos la necesidad que tenemos de poner nuestras manos al servicio de un Proyecto de País verdaderamente justo y Solidario. La invitación está hecha para pensar cuan necesario es replegarnos hacia este tipo de iniciativas que tiran para el costado cualquier forma de individualismo y nos llevan a lo más profundo de las raíces de los Valores. Porque en definitiva es como lo expresara Eduardo Galeano: “Mucha gente pequeña en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas pueden cambiar el mundo”.