@mateamargouy
Martin Nessi
En primer lugar quiero marcar la satisfacción de la salida de esta nueva ronda de Mate Amargo. Necesaria por varios sentidos.
Estamos sufriendo una serie de ataques sistemáticos y premeditados de los sectores más rancios y conservadores del país que cuentan con el apoyo de distintos medios de prensa y difusión de pensamiento que por su masividad tienen enorme capacidad de generar opinión que amparados en sus propios objetivos y con el fin de llegar a los mismos carecen de una mínima vacilación a la hora de tergiversar, atomizar y desgajar las distintas informaciones que hacen llegar día a día a los hogares con el fin de desprestigiar, desvalorizar y fulminar lo que han sido las diversas políticas de justicia, desarrollo e igualdad que se han llevado adelante en este país en los últimos 15 años. Por tanto la generación de canales de comunicación propios donde puedan existir otras visiones no representadas y mucho menos expresadas en esos grandes medios resulta altamente necesaria. Debemos decir que este Mate Amargo es una necesaria caja de resonancia, usina de información, reflexión e ideas para el pueblo uruguayo pero por sobre todas las cosas es también una herramienta de militantes para militantes con la idea de poder reproducir informaciones que nos permitan muñirnos de los elementos necesarios para salir a dar el debate del día a día en un territorio como el Uruguay al cual clasificamos hoy como “territorio en disputa”. Siendo esta una disputa que nos plantea la disyuntiva de continuar con un programa de desarrollo nacional, justicia y equidad social para todos y todas, contra una propuesta minimalista, restrictiva y tremendamente elitista entorno a la planificación de políticas de Estado y la definición de prioridades que como Estado Nación debemos tener.
El Uruguay ha visto con buenos ojos y en su gran mayoría se ha visto resarcido por una serie de políticas económicas, sociales y estatales que no han hecho otra cosa que mejorar en forma clara las condiciones de vida de uruguayos y uruguayas. En casi 15 años las cifras de desempleo siempre alejadas y menores al 10% y la inflación que no llega nunca a las dos cifras, junto a niveles de crecimiento económico sostenido (a pesar de los leves descensos de estos últimos años) han sido junto al acceso a derechos e igualdad, combinados con el asadito del fin de semana y una salidita de vez en cuando, algunas de las cosas a las que uruguayos y uruguayas nos hemos ido acostumbrando.
Claro está que esta realidad no está ni ha estado exenta de problemas y es también cierto que las políticas que han permitido la misma no ha escapado a la ejecución acompañada de errores y que hay poblaciones a las que el avance y los beneficios no les ha llegado. Eso esta para nosotros presente y claro, tan claro como que en contrapartida a todos los avances logrados hay problemas que se mantienen y que en algunos casos los conflictos y enfermedades sociales lejos de desaparecer florecen. Entre otras cosas a causa de ese mismo circulo cuasi epidemiológico que genera esa sensación de malestar y falta de felicidad permanente.
En esa disputa de un estado y un país para pocos, políticas restrictivas acompañadas del minimalismo del rol estatal y la planificación política, la vuelta a la patria financiera, el país desordenado y el menjunje de políticas atolondradas que nos propone la derecha contra la manutención de un estado de bienestar, la visión de desarrollo de país, políticas claras desde el punto de vista económico, industrial y social hay un elemento que es a nuestro entender central y definirá hacia uno u otro lado esta contienda: La actitud. Más que nunca esta nuestro convencimiento de que se gana en la cancha con actitud, explicándole a la gente que país vamos a seguir construyendo nosotros y que país quieren ellos. Diciéndole a la gente sí que hemos cometido errores, claro que los hemos cometido pero que estamos convencidos que nuestra propuesta de país es sustentable, posible y sostenible que lo hemos hecho bien y que además hemos demostrado por donde está el camino.
En tal sentido desde el Movimiento de Participación Popular en el documento titulado 4 Problemas, 4 Objetivos, 4 Propuestas, 4 Lineamientos para un Cuarto Gobierno* hemos dado a conocer de forma clara y concisa nuestras visiones referente a cuales son los problemas que como país y región debemos afrontar a la vez que planteamos 4 objetivos, lineamientos de trabajo y propuestas concretas rumbo a un cuarto gobierno del Frente Amplio continuar con las políticas de Desarrollo del empleo, innovación ciencia y tecnología con el plus de seguir adentrándonos en experiencias educativas que vayan en tal sentido uniendo todo esto a acciones vinculadas a la profundización de una política internacional que ha sido exitosa pero que viene de la mano de nuevas propuestas que implican una reformulación de las políticas económicas apostando a “
una política de aceleración del crecimiento y, para ello, se necesita incorporar elementos nuevos: mantener los incentivos a la inversión, pero a la inversión productiva que incorpore tecnología y mano de obra nacional, especialmente mujeres y jóvenes, direccionando la instalación de nuevas capacidades productivas que no compitan con la producción nacional, sino que mejoren las condiciones de inserción del país en cadenas de valor globales.
Priorizar el desarrollo y fortalecimiento de las empresas nacionales, sobre todo las pequeñas y medianas empresas y los emprendimientos cooperativos y de economía social; considerar al Estado como escudo de la Nación y, por ello, fortalecerlo para cumplir esa función, así como fortalecer también a las empresas nacionales; privilegiar con incentivos importantes a la pequeña y mediana empresa rural, sobre todo a los tambos, producción familiar, hortifruticultores y algunos sectores dedicados al cultivo de arroz.
La industria nacional, así como la pequeña y mediana empresa deben ser protegidas con fuertes incentivos que disminuyan el peso de sus costos fijos y mejoren el acceso al crédito que financien la incorporación de tecnología para incrementar su productividad, que les permita competir en mejores condiciones para la captación de mercados.
Para ello hay que construir políticas productivas diferenciales que promuevan su desarrollo y defensa de los abusos de mercado que realizan los grandes capitales.
Las compras públicas deben orientarse hacia lograr buenos precios y calidad de los bienes y servicios que adquiere el Estado, pero sin olvidarse de privilegiar la industria y el trabajo nacional.”
Vemos a su vez necesario el encare a fondo de una reforma urbana que priorice infraestructuras viales y productivas que garanticen el desarrollo y la democratización de los espacios para todos y todas. Es indispensable obviamente y junto con esto continuar profundizando y profesionalizando las políticas de seguridad y convivencia que tanta preocupación sabemos generan a Uruguayos y Uruguayas en forma cotidiana. Todos estos puntos y algunos otros que no hemos detallado están en el documento antes mencionado, que invitamos a leer ya que fue escrito para la gente (actor principal de toda esta historia) de forma clara, concisa y en lenguaje bien llano a fin de que sea entendido divulgado y discutido de norte a sur y de este a oeste.
En síntesis, queremos seguir construyendo un Uruguay que nos incluya a todos y todas, donde cada vez nos resulte menos extraño por ejemplo que el hijo de una familia de trabajadores pueda ir a la universidad, recibir educación de calidad y que lo haga sentado al lado de los hijos e hijas de los que más tienen y que si los que más tienen no aceptan estas situaciones, sean ellos los que definen que mandaran a sus hijos a otros centros educativos, allá ellos… pero es importante que esa educación esté garantizada para toda la ciudadanía. Eso es un orgullo de las cosas que hemos logrado y tiene que ser un logro defendido por todos y todas, que ver sentados en una facultad a gente de diferentes clases sea un valor a resaltar y cuidar entre todos y todas, que en nuestras clases haya pibes y pibas de todos los barrios es una batalla que hay que seguir dando independientemente de las épocas de elecciones, entre otras cosas por que eso es ser solidario, ser solidario en lo que duele, en lo estructural y no es posible que se nos meta la idea de que ser solidario no está bueno, que se nos haga creer que el ser humano no puede cambiar y es por tanto mejor que el Estado no lo atienda con mi plata porque estoy bancando un vago. Ese es el verdadero peligro porque además seguramente la cuenta que no sacamos nunca es cuanto se invierte en nosotros y lo que podría llegar a pasar luego, si al momento de elegir un gobierno ponemos enfrente del mismo a quienes fomentan ese discurso que seguramente nos terminará expulsando del lugar que hoy tenemos.
Claro que alguien puede decir que este ejemplo no es del todo acertado y que el ejemplo de la educación para hablar de inclusión social no es bueno ya que la educación en el Uruguay ha sido siempre pública y gratuita en todos los niveles, sin embargo los datos de estos últimos años son claros y marcan que más del 50% de los estudiantes universitarios en el Uruguay son dentro de su familia la primera generación universitaria y tienen padres y abuelos con un nivel de educación formal menor al que ellos poseen. Aun más, yendo al caso de la Universidad Tecnológica estos números son altamente mayores y marcan que más del 90% son estudiantes de primera generación. ¿Y esto que quiere decir? Quiere decir nada más y nada menos que acá la educación siempre fue pública y gratuita pero que por diferentes razones ya sean estructurales, materiales y/o culturales la gran mayoría de uruguayos y uruguayas no podían acceder a la misma en ciertos niveles y hoy pueden. ¿Entonces? ¿Si eso no hace a la calidad democrática y al nivel de vida de un país, Cuáles serian las cosas que si lo hacen? Este ejemplo de la educación puede trasladarse a muchísimas otras áreas donde las políticas que ha llevado adelante el gobierno del Frente Amplio han sido ampliamente satisfactorias y el país ha avanzado. Sin embargo se nos genera muchas veces la siguiente contradicción: más de una vez vemos a aquellos padres que pueden mandar a sus hijos a una facultad por primera vez quejarse por la ayuda que recibe otro gurí que esta en peor situación. Es una pena que además de hacer propia una escala de valores que no le pertenece, no sean capaces de ver esa desigualdad de origen que a él le estaría afectando, sin dudas con otra potencia, si ese mismo Estado no fuera capaz de llevar adelante políticas de inclusión en todos los niveles que entre muchos miles a él favorecen.
Entonces ¿es necesaria o no la actitud? ¿Es necesario o no salir a conversar con la gente? Dar ese debate en forma fraternal con nuestro pueblo para que no gane el discurso masificado de la élite, es parte de la tarea. Ante la victoria de Bolsonaro en Brasil un cercano me dijo “gano Bolsonaro ahora si viene por fin un gobierno serio en Brasil” a lo cual no me salió otra que decirle por suerte vivís en Uruguay por que seguramente por pobre y fumador de marihuana ahí la pasarías muy mal…
Creo que planteos de este tipo hay muchos y ejemplos podríamos dar miles… hay que salir a intercambiar y dar el debate con actitud militante explicar nuestras políticas y reflexionar junto con la gente acerca de la sociedad y sus valores con respeto y paciencia, sabiendo que si el fruto no maduró aún, será cuestión de trabajar de raíz a la hora de la siembra. Eso si, lo que no está permitido es cruzarse de brazos para ver a suerte y verdad que pasa cuando se cosecha…
* https://mpp.org.uy/noticias/4-lineamientos-cuarto-gobierno/
Martin Nessi, Edil departamental de Montevideo por el Movimiento de Participación Popular – Frente Amplio