@mateamargouy
María Laura Blanco
Mientras tanto
Yo estuve lavando ropa
no porque sí
sufrió
Irene Gruss se murió cuando casi todos festejábamos Navidad. Al levantarme y leer las noticias veo que un grave cuadro de deshidratación acabó con su vida a los 68 años.
A Irene, poeta, la encontré hace un tiempo largo en facebook, tenía dos perfiles, uno con su nombre y otro al que le había agregado «responsabilidad limitada» con humor ácido, de mujer inteligente.
Los contactos de Argentina publicaban sus poemas, me enteré de su taller, de lo implacable y rigurosa que era con la poesía, la de los otros y la de ella.
Conseguí alguno de sus libros y no necesité mucho para darme cuenta de que era una voz potente, extraordinaria.
En el 2014 me encontraba coordinando un ciclo de poesía y se me ocurrió invitarla, creo que coincidió con su cumpleaños, en agosto. Le dije que me encantaría que viniera por Montevideo. Enseguida respondió que tal vez en octubre, que si le conseguía un hotel barato, con baño privado, con bidet y para fumadores, aclaró. Y que le escribiera a su correo electrónico porque estaba «empachada» de chat.
Así clarita y directa.
Después pasaron muchas cosas, entre otras que no coordiné más el ciclo de poesía. Me enteré de su abuelazgo y de su alegría.
El asunto es que no pude coordinar su visita a nuestra capital, donde ya había estado en Casa de los Escritores, dando una charla,según cuentan, memorable y gracias a la exitosa gestión de su amiga Dina Díaz.
De repente esta noticia, saber que nunca más tendré la posibilidad de darle un abrazo de bienvenida y pienso en todo lo que perdemos cuando se muere una maestra como ella o como su amiga, Hebe Uhart.
Muchos de sus alumnos y de sus lectores han escrito estos días sobre Irene y su poesía. Se puede calibrar en esos textos, en las notas, la huella Gruss. Una huella honda, indeleble.
Nos invito a buscar, a leer su poesía, a recoger cada palabra exacta que ella dejó para nosotros, con trabajo de orfebre, filigranas que la muerte no puede deshacer.
Poemas
Jinetes del Apocalipsis
No hay lugar para la huida, ángel
del deseo.
Ellos, que dicen que son fantasmas,
siguen haciendo malas artes,
influyen, lo hacen bien,
estorban la huida, ángel
del deseo. Me corrompen.
Adonde fuera, el sol o la lluvia
me perseguirían como un testigo;
adonde me quedara,
ellos,
que dicen que son fantasmas,
mandarían cartas anónimas, desapasionadas
o donde la pasión
ocupa un lugar antiguo, de pacotilla.
Ahora, dicen,
el cielo se resquebraja tanto como
el suelo,
la gente lee libros trágicos,
sueña con llanuras que parecen desiertos.
Ahora, dicen, todo ha terminado.
Y yo quería un lugar,
un toque
de infancia,
una frase verdadera.
EL TÉ
Está sentada frente a mí
y hace ruidos con la taza, la golpea sin querer.
Está loca pero la que desea
matarla soy yo.
Si le comento cualquier asunto, ella pregunta
con tono de loca más que dubitativa: ¿ah, sí?
Ahora está
diciéndome que hay vidrios rotos
en su barriga, la cortan, le duele.
Miro la taza que golpeaba, intacta,
y el té que viene hacia mí, de a poco,
rogando algo que no entiendo. El líquido
toma una forma que me asusta, y al mismo tiempo
sé que lo que pide
es piedad, ayuda; es té tibio
sobre la mesa
y es mi hermana.
Datos biográficos y obra publicada (Fuente Wilkipedia):
Buenos Aires, Argentina, 31 de agosto de 1950- Buenos Aires Argentina, 25 de diciembre, 2018. Poeta.
Formó parte del grupo de poetas que fundó, a comienzos de los años 1970, el taller «Mario Jorge De Lellis», desde el que actuó un movimiento que significó a la vez la continuación y el replanteo del coloquialismo que animó la poesía de los 60.
Coordinó talleres de escritura desde 1986. En 1975, recibió el primer premio a obra inédita, otorgado por la Municipalidad de la Ciudad de Buenos Aires. En 1986, le otorgaron el primer premio “José Hernández”, en el concurso organizado por la Biblioteca “Cornelio Saavedra” y auspiciado por Eveready.
Obra poética
La luz en la ventana(El Escarabajo de Oro, 1982);
El mundo incompleto(Libros de Tierra Firme, 1987);
La calma(Libros de Tierra Firme, 1991);
Sobre el asma(edición de la autora, 1995);
Solo de contralto(Galerna, 1998);
En el brillo de uno en el vidrio de uno(La Bohemia, 2000);
La dicha(Bajo la Luna, 2004);
Poetas argentinas (1940-1960)Selección y Prólogo (Ediciones Del Dock, 2006)
Una letra familiar(Nouvelle) (Bajo la Luna, 2007).
La mitad de la verdad, Obra reunida (1982-2007)(Bajo la Luna, 2008).
La pared(ediciones Nudista, Córdoba, Argentina, 2012);
Música amable al fin(Mágicas Naranjas, 2012);
Notas para una tanza(Gog y Magog, 2012);
Pasajera del viento, antología de poemas de Irma Cuña, Selección y Prólogo (FCE, 2013).
Humo -Antología personal(Ruinas Circulares, 2013; Eme- La Palma, Madrid, 2014);
Entre la pena y la nada(Ediciones Del Dock, 2016);
Piezas mínimas(2017) (Córdoba, Buena Vista Editora, 2017)