Verano Educativo: Recorriendo el camino de la inclusión

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@mateamargouy

Mtra. Daiana Vázquez
Mtra. Cintia Núñez

Sentarse a pensar un Proyecto Pedagógico tiene, para nosotras, la responsabilidad de saber que una planifica sobre la base de lo incierto, y que cada uno de los objetivos que se han de plantear y las metodologías a desarrollar, serán necesariamente reformuladas al encuentro de los/as otros/as que son, teóricamente, los/as sujetos/as aprendientes.

Para nuestra sorpresa, o nuestra deconstrucción, este Verano Educativo empezó de esa manera, para terminar poniendo de cabeza no sólo el proyecto en particular sino a todos/as quienes fuimos parte de cinco semanas de aprendizaje e intensidad.

Dicho esto, procedemos a relatar y compartir algunos momentos con el objetivo de hacerles partícipes de esta experiencia.

Semana 1: BIENVENIDA Y CAOS

  • ¡No, no! ¿Cómo le vas a decir eso a la maestra? (manifiesta la intérprete ante insultos por parte de un niño sordo).

El niño movía rápidamente sus manos y la cara de indignación transmitía claramente que su interés era compartido con el resto de sus compañeros. ¿A quién se le ocurre que el primer día no se use la piscina?

Las barreras en la comunicación estaban claras. No comprendo la lengua del niño, sonrío mientras trato de entender (desconozco que me está insultando), en estos momentos las estrategias se acotan. El coordinar activamente con una sede sindical habilita la exploración de nuevos horizontes, y la intérprete que participó en un primer momento de las actividades, ayudó a limar los bordes favoreciendo la base de cualquier aprendizaje, el vínculo.

La primer semana estuvo marcada por el caos dado por el desorden, confusión, búsqueda constante de estrategias, frustración, etc. Pero cada día se volvía a empezar, generando nuevas oportunidades, observando conductas, actitudes y necesidades. Distintas lenguas, distintos tonos fruto de las nacionalidades variadas desde las que provenían los gurises, hábitos distintos, escuelas distintas, límites y puentes a construir. Nervios, estrés, ansiedad, miedo, alegría y por qué no tristeza, fueron las emociones transitadas por niños y niñas durante el proceso de adaptación y relacionamiento con sus pares, maestras, talleristas y espacio físico.

La ansiedad, expectativa y felicidad de vivir esta experiencia inclusiva por momentos se caía a pedazos. Surge la necesidad de tocar puertas, de generar reuniones, de solicitar recursos. El caos, lejos de aplastar, generó movimiento. En nuestro equipo se vivía a responsabilidad de hacer del desafío una oportunidad pedagógica.

Semana 2: LLEGA LA CALMA. COMIENZA EL DISFRUTE.

Tal como se dice: del caos surge la luz, la segunda semana comienza poco a poco a tomar forma y equilibrio. Se suma al grupo Carolina (intérprete) que junto al maestro Maximiliano, se ponen al hombro la responsabilidad y la paciencia de contestar trescientas veces a la pregunta “¿cómo se seña…?(complete aquí con cada uno de los conceptos que se le ocurran).” La gurisada empieza a conquistar el espacio, y de la corporalidad y la sensibilidad surgen distintas formas de comunicación y disfrute. Se abordan temas de género y sexualidad, se rota por los talleres, se habitan los rincones, se siente con el cuerpo. Leandro (profe de danza) trae globos, vendas y colores. Natalia (profe de Ed. Física) hace del agua un espacio de aprendizaje. Se festejan cumpleaños en el grupo de Kay y un padre entusiasmado se suma con Juan a trabajar percusión. Cecilia inventa nuevas estrategias para enseñar ajedrez. Nicolasa despliega pinturas estimulando las artes visuales. En la cocina Alma le explica a una niña cubana que no necesita dinerillo para el almuerzo.

En SUTEL desbordan las risas, el movimiento y las propuestas. La caja de objetos perdidos se empieza a llenar de medias sucias, remeras y calzones que nadie reclama.

Semana 3: CAMPAMENTO INCLUSIVO: UN DESAFÍO PARA TODOS/AS.

  • “Es la primera vez que dormiría fuera de casa”, “tengo miedo que abusen de él”, “¿qué pasa si extraña?”, “¿cuántos/as adultos/as van?”, “¿quién le da la medicación?”.

  • “Mamá, yo quiero ir”, “Maestra, ¿me das los papeles para que firme la Educadora de INAU?, repetían insistentemente.

La reunión con familias fue una instancia difícil. Miedos entendibles. Para nosotras es común y nos encanta ir de campamento. Dejan en nuestras manos a sus hijos/as o nietos/as, a pesar del miedo. La palabra CONFIANZA tomó otro sentido desde ese día.

Por experiencias anteriores, podemos afirmar que el campamento en la vida de un/a niño/a generalmente es transformador. Llegan de una manera y vuelven con aprendizajes que repercuten en todos los aspectos de la vida (social y educativo).

La integración se da naturalmente, es mucho más fácil en la niñez. Niños y niñas de otro departamento hacen lo posible por comunicarse a pesar de la barrera de la lengua y lo logran.

Disfrutan, juegan, comparten, viven nuevas experiencias.

“Tengo miedo, no sé si Lucas podrá disfrutar”. Llevé las masas que a él tanto le gustan, moldea de forma espectacular, se destaca representando detalladamente las expresiones de sus esculturas. Cuando lo ví correr por todo el campamento entendí que estaba bien, nunca lo había visto correr. Disfrutó de su autonomía. El apoyo de adultos/as presentes fue pilar fundamental para el disfrute de todos/as. La playa, la arena y el fogón fueron los lugares de mayor disfrute. Volvimos cansados/as, con muchas cosas para contar. Ya no éramos los/as mismos/as.

Semana 4: VUELVE EL CAOS, EN CLAVE DE DERECHOS.

Los más chicos nos fuimos de campamento, playa, disfrute y ¡zas Cianobacterias!. A pesar de no haber disfrutado de la playa y la ansiedad de la primera noche fuera de casa para la mayoría, las ganas de jugar y compartirse sobrellevan la jugada. “-En mi país los campamentos son muy distintos, y rezamos antes de comer.” “-yo nunca había vacacionado en una mansión”(por la colonia de Malvín)

En esta semana se superponen paseos, campamentos y actividades, que conllevan a que en el complejo no queden adultos/as que puedan interpretar.

Al susto y el desconcierto lo repasa la satisfacción de ver la reacción de los/as chiquilines/as. Desde el enojo, desde la frustración y la indignación, los/as niños/as (pre-adolescentes) sordos reclaman que es su derecho contar con esa figura en la propuesta. Se dialoga. Se comparte con los distintos actores su justo reclamo. No obstante, deciden quedarse y acompañar. Las ganas de compartir son más amplias y el vínculo ya está teñido de confianza.

Semana 5: ACÁ APRENDIMOS TODOS/AS

La última semana siempre es rara, se empiezan a juntar diferentes emociones, cansancio, evaluaciones personales y colectivas. Pensar todo el tiempo en propuestas que incluyan a todos/as y que permitan el disfrute de todos/as no es fácil, es muy cansador y hermoso a la vez. El último día se invitó a las familias a disfrutar con ellos/as diferentes actividades. Los niños y niñas esperan ansiosos. Se proponen diferentes actividades, en un rincón se muestra un video con fotos de lo vivido, en la cancha hay actividades con telas y en el patio cada grupo muestra alguna danza aprendida con Leandro. Cerramos la actividad con La Ovidio Titer’s Band que permitió el intercambio y donde los/as mismos niños/as fueron protagonistas. En reunión con las familias agradecimos la confianza brindada, siempre surge la misma pregunta ¿vuelven el año que viene?…

Consideramos que la experiencia de Verano Educativo es un aula expandida que permite aprender desde otros lugares, todos/as juntos/as y con los/as otros/as. Las evaluaciones de las familias, niños y niñas así lo reflejan…Desde la experiencia se aprende y mucho. En 5 semanas y en colectivo inventamos la Escuela Pública que nosotras queremos. Es del encuentro y la búsqueda colectiva que seguirán naciendo más y mejores espacios para los hijos y las hijas del pueblo.

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