Sr. Fakenews
En el caso de D’alessio de Argentina, donde un juez descubre una red de espionaje paraestatal, surgieron cosas por demás interesantes. Muchas de ellas secundarias de la acusación y los motivos de todo el entramado.
Uno de estos detalles anecdóticos, que sin duda lejos está de las implicancias de tamaña denuncia, fue una propuesta que realizaba una agencia de campaña a un sector político en Argentina. Tal es así que al juez Ramos Padilla le pareció tan curioso que decidió darle lectura. ¿De que se trata?
En resumidas cuentas, una empresa ofrecía a un grupo político dentro de un pack de campaña, crear una estrategia de «filtraciones programadas» con un «grupo satélite de tareas menores», definido como un comando paralelo de gente NO confiable. En ese grupo se depositaría información comprometedora del sector político contratante, y ellos, los infieles, en un acto de buena fe, filtrarían la información, ya que no son gente de la confianza del contratante, sino todo lo contrario.
Una vez comenzada la campaña de acusación sobre el contratante, la agencia no demoraría en demostrar la falsedad de la denuncia, pues ellos mismos se habrían encargado de crear la falsa agenda, como lee el juez: » los opositores se anticiparán a hechos que al final no ocurrirán». (1)
Viniendo al Uruguay y al agitado año electoral.
A los días de lanzarse la biografía de Lacalle Pou, apareció el pasado 8 de abril, un capítulo adelanto subido al portal de difusión de textos scribd, el cual no correspondía con el original.
Como bien se detalla en la cuenta de twitter de «nadie chequea nada» (2) era el mismo subido a modo de adelanto exclusivo al diario El País el 3 de abril, pero modificado.
Esta misma cuenta se encarga de develar como se construye la modificación del capítulo, en donde se adultera el mismo y se le agrega un supuesto accidente en que Lacalle Pou es responsable de la muerte de una persona en un accidente de tránsito, y demuestra también cómo se hace la difusión del archivo falso.
La alteración del capítulo llama la atención, porque mantiene el formato original, y se encarga de crear una cuenta falsa del autor del libro que sería, quien lo habría subido.
Pero más llama la atención los dos sitios de información que comparten la «noticia», y que esta cuenta en twitter nos devela que son bots con pocos seguidores y que lograron instalarse a partir de pagar publicidad.
En esta seguidilla de hechos que abarcan casi una semana, podemos hacernos algunas preguntas, incluso con más énfasis cuando el tema llama a opinar a otros candidatos de otras tiendas políticas sobre la construcción de las fakenews.
¿A quien le conviene mostrar que los que acusan a Lacalle Pou de “pisar” a una persona son unos mentirosos? Y que efectivamente lo son, pues bien acaban de falsificar un capitulo de libro subiendo la versión adulterada a Internet, bajo una trama bien organizada, pero que, al mismo tiempo, es demasiado obvia y fácilmente demostrable su falsedad.
¿Quién pierde credibilidad y quien la gana?
El hecho que pasa a ser el demostrable, y que resulta la síntesis de todo este asunto:
«grupos opositores» a Lacalle Pou mienten y se demuestra que mienten.
¿Quien gana y es el beneficiado de toda esta campaña?
Vale destacar que, aún si quien en el mundo de la especulación quiera descartar toda intencionalidad política, ha sido una efectiva campaña de marketing.
En definitiva, no tenemos elementos para asegurar quien lleva adelante estas campañas de fakenews, ni para desmentir o probar ningún hecho vinculado a esta trama.
Lo que si, es que como se demuestra en Argentina, las fakenews, como se denominan actualmente, se integraron como un elemento más a las campañas de quien no tiene barreras morales, y que la dinámica de las fakenews son un poco más elaboradas a señalarlas como “simples” noticias falsas. En principio podemos decir, que a la hora de ordenar las piezas, se permite desconfiar.
(1) https://www.youtube.com/
(2) https://twitter.com/