Convención

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@mateamargouy

Ricardo Pose

Convencidos de dónde venimos, de lo que somos y adónde vamos. Convencidos de sostener el legado de experiencias, sus enseñanzas y sus vigentes aportes; convencidos de que es posible como se demuestra día a día, lograr la Unidad del movimiento trabajador reivindicando la autonomía de pensamiento. Unidad que no es sinónimo ni enemigo de la unanimidad. Convencidos de la Convención.

Las raíces.

Este no es un artículo de historia, pero si tal vez convenga recordar que el movimiento anarquista , sus distintas corrientes, las intelectuales, las de acción directa, las proletarias todas, las de ateneos y círculos, mutualismo y sociedades de socorro, dejaron una impronta, una huella, una herencia ideológica en buena parte del movimiento sindical.

Era el traslado al mundo del trabajo, al cerno mismo de la contradicción Capital-Trabajo, de otras tensiones que se disputaban en el movimiento socialista, no solo en sus programas y objetivos finales sino también en las formas organizativas.

Partidos, Federaciones, Movimientos, y mucho más acá en el tiempo, los Frentes Políticos, hegemonías y vanguardias, masas y focos, insurrecciones o guerras prolongadas.

Uruguay y su incipiente movimiento obrero no fue para nada ajeno a los acontecimientos internacionales; las viejas comisiones de Formación de varias organizaciones políticas de izquierda que recitaban a los clásicos del socialismo tienen un debe con la historia del movimiento obrero y socialista del Uruguay.

La AIT, Asociación Internacional de Trabajadores, popularmente conocida como la Internacional fue fundada por Marx y Engels en 1864, seis años antes de que en Uruguay se fundara el Sindicato de tipógrafos (Artes Graficas) que ya se venían agremiando juntos a otros trabajadores desde 1858.

Desde 1848 circulaba el Manifiesto Comunista y Bakunin empezaba a difundir sus ideas anarquistas sin ser el único intelectual entre las diversas corrientes ácratas.

La FORU (Federación Obrera Regional Uruguaya) fue quien dotó de Federalismo al movimiento Obrero.

Cuando las organizaciones políticas marxistas, sus Partidos empezaron a tener influencia en el movimiento obrero, la organización de sindicatos que se definían en Federación o Unión o Sindicato Único era una sello de identidad.

La Federación Autónoma de la Carne es una casi cédula de identidad de la presencia anarquista, pero también vendrán la Federación de la Salud, de la Bebida, de empleados del comercio, etc.

Legados.

Ética y Plusvalía.

La ética del trabajador ante el trabajo; en la frase de aquel dirigente anarquista para poder ganarse el respeto de los trabajadores, respeto que definía su disposición a organizarse sindicalmente, a pelear por objetivos que estuvieran más allá de las mejoras de las condiciones de trabajo y salario, había que ser buen laburante.

Esto lo comprendían todos los dirigentes sindicales anarquista pero también lo comprendió entre otros Raúl Sendic, un no cañero que compartió su suerte y su esfuerzo laboral.

La otra fundamentación tiene que ver con un asunto fundamental; el que se apropia de una parte del conocimiento en el trabajo es el patrón, no el trabajo, por lo que preservar este conocimiento, profundizarlo, implica desarrollar la tarea con responsabilidad.

Algunos dirigentes a lo largo del tiempo, difundiendo el concepto de Plusvalía como un elemento de rapiña del Capital sobre el Trabajo, mitificaron el concepto, lo idealizaron y lo terminaron convirtiendo en una gruesa desviación y falsa expectativa, reaccionando como aquellos trabajadores que ante la presencia de las maquinas industriales, saboteaban las mismas

La lucha por no generar más plusvalía, plusvalía que es inherente a la organización del trabajo capitalista, pasa justamente por la organización obrera, de manera que incida en la producción. El fomento al mal trabajador, se exprese esto en el comportamiento que deja el esfuerzo para sus iguales, las ausencias, el tan criollo hacer “sebo”, el garrón, la viveza criolla nada tiene que ver con la conducta digna de quien, antes que nada es compañera/o de sus compañera/os de trabajo, esto es solidario, formador, organizador y por supuesto, agitador, movilizador, conductor.

El pésimo uso de los fueros sindicales, los “privilegios” de ser representante de una organización obrera, forman parte de las desviaciones más gruesas, que culminaron en un funcionamiento burocrático de algunos dirigentes.

Erradicar el alcohol de las filas obreras.

El consumo problemático de alcohol, los juegos de azar, las apuestas, fue otro de los combates frontales del anarcosindicalismo entre las filas proletarias; Marx las había definido como las alienaciones del sistema capitalista. Para el anarquismo y en palabras de Rafael Barret, estos consumos dilapidaban por un lado el salario producto del esfuerzo del trabajador, además de ser muchas veces causa de pérdidas y accidentes laborales, entre otras consecuencias de vínculos sociales y familiares.

Socialismo en casa.

Juana Buela fue de las primeras pioneras, anarquista ella que lucho por el reconocimiento de los derechos de la mujer y su lucha contra el patriarcado, al que veían como una expresión natural del sistema capitalista.

Si bien muchos anarquistas sostuvieron un discurso y practica contra la organización familiar al que consideraban parte del sistema de dominación, quienes construyeron su familia, reivindicaban ejercer en un pie de igualdad con su compañera, las tareas del hogar, la crianza de los niños, a su vez que facilitaban las capacidades militantes y responsables para su pareja.

Solidaridad de clase.

Ninguna medida gremial podía afectar los intereses de otros trabajadores y del pueblo en general; en todo caso, aquellas medidas que resultaran afectando a los compañera/os de clase, había sido cuidadamente estudiada y tomada como último recurso.

Clases a cielo abierto durante las huelgas de magisterio y las universitarias, ollas populares durante los largos conflictos en contacto con los vecinos, con las organizaciones barriales.

Sindicalismo de Base.

El Poder de los sindicatos reside en la existencia del sindicato mismo; las complejidades organizativas a veces expresiones de la organización laboral, no podía ser justificación para que las decisiones se tomaran a espaldas de la masa de afiliados, por más clara que se sintiera la Dirección.

Los sindicatos han sido y son una verdadera escuela de convivencia democrática y ejercicio dela misma, pero solo con el enunciado no alcanza.

Direcciones, plenarios de delegados, regionales, departamentales, asambleas y congresos son la estructura que forma parte del universo organizativo, donde la opinión desde el más encumbrado dirigente hasta el trabajador más humilde debe ser tomada en cuenta en un pie de igualdad.

Con motivo de disputar la hegemonía en la conducción del movimiento obrero, esta discusión, practica y metodológica dividió aguas claramente.

Convención Nacional de Trabajadores.

Esa discusión en un marco de convivencia llego a mediados de los sesenta hasta las puertas mismas del Congreso del Pueblo y fundación de la CNT.

No nació una Central Única de Trabajadores ( de la que ya había existido algunos intentos en desmedros de otras formas organizativas) por que el movimiento trabajador uruguayo no creía que existiera el Partido de la clase obrera, porque se forjó a la luz de distinguir Unidades de Unanimidades y por qué se convenció, aunque aun estabas lejos de saber que sería posible, que el camino era la creación, como en la República Española, de Frentes Políticos y no de Partidos Únicos, de los cuales de ultima, no serían su polea de trasmisión.

LA TENDENCIA.

El Partido Comunista nacido en Uruguay a principios del siglo 20, se fue ganando su espacio legítimo y mayoritario en el seno del movimiento obrero; el movimiento anarquista se veía debilitado a nivel internacional, y las pocas experiencias referentes de la construcción de una nueva sociedad, recaían en la gloria de los triunfos de las organizaciones marxistas- leninistas.

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Las aldeas anarquistas autónomas y autogestionarias, no tenían manera de saber mientras eran ahogadas en sangre por el franquismo, que el tiempo quizás le dio cierta razón, cuando ellas debieron ser barridas y aquello que se erigió como Socialismo Real se cayó por implosión.

Pero ciertas semillas seguían sembradas; quienes reivindicaban una flexibilidad organizativa y más heterodoxa en el marco de definiciones, integrarían Movimientos Políticos o algunos integrantes de Partidos, coincidirían en la organización y estructura federal del movimiento sindical.

Estamos en 1965 y la lucha de clases en Uruguay y en la región se agudiza.

El movimiento sindical uruguayo en sus diversas formas ya conoce la movilización del Estado para la defensa de sus intereses; la huelga de 1911 en gobierno de Batlle, la huelga de los gremios solidarios del 47 al 52, la huelga de los frigoríficos y las bancarias, habían resultado una experiencia aleccionante.

Algunas de las organización políticas presentes en la conducción de la CNT tenían un horizonte insurreccional donde la huelga general formaba parte de la experiencia de otros exitosos procesos; pero lo cierto es que el movimiento popular se encontraba a la defensiva del avance del malón reaccionario.

La Huelga General como finalmente se produjo, ante un Golpe de Estado era una decisión tomada; las diferencias provenían de cómo llevar adelante esa huelga, sus alcances, el luego Que.

Flameando.

Fue un Plenario Intersindical de Trabajadores lo que permitió reagrupar filas al sindicalismo uruguayo. Nuevamente fue una forma dinámica, representativa de toda la diversidad la que dio cauce a la reorganización de los trabajadores.

La dictadura militar había logrado su objetivo de eliminar una generación de recambio que quedo perdida entre 1973 y 1984.

Los dirigentes que emergieron durante la dictadura devolvieron el lugar que entendían legitimo a aquellos que ocupaban puestos de dirección y estuvieron a su frente contra el golpe de Estado y la Huelga general, pero tal vez ese proceso mereció dedicarle más tiempo y no verse acortado por una nueva lucha de tendencias en el seno de la Organización de Trabajadores.

Hoy con el diario del Lunes claro , es fácil darse cuenta.

Lo cierto que los vertiginosos cambios en el mundo del trabajo nos convocan a levantar las banderas una vez más .

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