Ivanna Irigoin Macari
Llegamos a las 7 de la mañana, el fuego ya estaba prendido y la carne en la parrilla. Según Pirulo, un Colono de Tacuarembó, el fuego se había encendido a las cuatro de la mañana y todo venía marchando lindazo. En un entorno natural hermoso a orillas del Río Tacuarí, a poca distancia de su desembocadura en la Laguna Merín, se encuentra el predio que INC adjudicó a un grupo de trabajadores rurales y que el pasado treinta de abril fue el escenario para la celebración oficial del Día del Trabajador Rural y de la inauguración de la Colonia Daniel Viglietti.
Muchos hombres y mujeres, niñas y niños, preparando y disfrutando de esta jornada tan emotiva y de lucha en su esencia. Las personas que tomaron la palabra reivindicaron la lucha de los trabajadores rurales. Uno de los colonos aseguró que esta fue una iniciativa de los trabajadores organizados y que se planteaban defender la marca de Uruguay Natural asumiendo como trabajadores un rol fundamental en la preservación de los recursos naturales, y que esto era posible con las familias viviendo en el campo.
Se recibieron muchas, muchas adhesiones de organizaciones sociales y sindicales, así como también la de un grupo de representantes del MST que se hizo presente. El Maestro Miguel Soler Rocca envió una adhesión muy profunda y emotiva.
La compañera de Daniel Viglietti tomó la palabra y expresó su emoción mediante una anécdota, afirmando que en una instancia cuando Daniel le cantó A desalambrar a su padre este le dijo que eso no era posible, que se entreveraría el ganado, a lo cual Daniel le contestó que debía entender el real sentido de la canción, los trabajadores debían tener acceso a la tierra. Recordó también que para los venezolanos, el día de la muerte de una persona, en realidad es el día de la siembra. Y concluyó enfatizando en la necesidad de mantener y profundizar las conquistas de los trabajadores rurales.
En el marco de la oratoria también participó la Presidenta del INC Jacqueline Gómez, destacando el largo proceso que comenzó en 2012 y la importancia de que la inauguración se de un treinta de abril, que marca una definición política del Instituto, que defiende la concreción de proyectos de vida en territorio, de trabajadores rurales antes excluidos. También hizo uso de la palabra el representante del MTSS, Ariel Ferrari, y el Ministro del MGAP Enzo Benech, destacando la importancia de estas conquistas para los trabajadores rurales y el desafío de seguir adelante con estos proyectos de producción familiar.
El compañero ex presidente José Mujica tomó la palabra y marcó claramente dos grandes desafíos. Por un lado entender que el hombre de campo tiene una mentalidad, una psicología y un espíritu distinto, que no siente soledad producto de sus vivencias, y que en estos proyectos tienen que sacrificarse de ciertos consumos superfluos para acceder a herramientas, para desarrollar sus tareas y por sobre todas las cosas generar la capacidad de ser patrones de sí mismos. Por otra parte destacó el desafío de defender al INC y pensar que el objetivo fundamental no puede ser la Administración sino el estar al servicio de la gente y que le siga brindando oportunidades a los pobres con voluntad para trabajar la tierra independientemente de su su pelo, definición política o religión. Brindar la posibilidad de acceso a la tierra de quien tenga vocación y apuntalar a las familias que se van a quedar en el campo y que los gurises se puedan criar aquí porque son el capital humano del futuro. Para finalizar señaló que un sindicato no es solo reivindicación sino una herramienta de liberación.
A continuación de la oratoria del Pepe, la vicepresidenta Lucía Topolansky tomó la palabra. Saludó y felicitó a los trabajadores en su día, recordó que en 1948, cuando comenzó a funcionar el INC, hubo una discusión fermental y fundamental sobre el manejo de las tierras de nuestro país. También recordó que en 1992 se intentó eliminar el Instituto y que hoy existe, funciona, queda mucho por hacer y que siguen habiendo aspirantes al acceso a tierras y son respuestas que se tienen que seguir generando y profundizando. De manera muy emotiva afirmó que Daniel Viglietti estaría muy feliz , desde el lugar que esté, de que su nombre se haya elegido para una Colonia y no para una calle, perdida en alguna ciudad; por ser un desafío a la intemperie, trazado con la voluntad de seis familias trabajadoras organizadas. Y que esta designación es una marca de la memoria que hay que ir dejando en todo el territorio nacional.
Luego de la oratoria de Lucía, una pintora local le obsequia al Pepe un retrato de Manuela, su famosa perra fallecida. Inmediatamente al terminar la oratoria se pone la canción: Trabajo de hormiga de Daniel Viglietti. Se continúa con la parte artística donde pasaron por el escenario distintos músicos locales y representantes del canto popular uruguayo. Se realizó un almuerzo compartido por los organizadores del evento. El asado criollo y ensaladas sirvió para que todos nos sintiéramos en comunidad, en familia, compartiendo el producto de la lucha de los trabajadores organizados.
Mari Isabel Correa, fundadora de esta Colonia, hablaba que fue un proceso lento, de gran crecimiento personal y grupal, donde cada reunión era tiempo ganado para el fortalecimiento del colectivo y en la generación de confianza en el proyecto que se propone innovar en la producción orgánica de arroz, apostando también al Turismo y la concreción de viviendas mediante MEVIR. Para ella este proyecto representa, estabilidad, arraigo y futuro para todos, y fundamentalmente para sus hijos.
Durante toda la jornada sobrevoló la sensación de que el A desalambrar, con el sentido que lo cantaba Daniel, estaba siendo posible, vivido, practicado con hechos concretos, con mucha esperanza y corazón. Dicen que el fogón duró hasta la madrugada y que seguramente quedará siempre una brasa encendida de aquí en más en esas tierras conquistadas.