ABDON, ZENON, VIEJO JULIO
Nerí Mutti
¿Quién se fue?,
¿se apagó?
Dejó de tronar
su molesta voz.
Rompiendo los idilios,
vergonzantes,
incómoda presencia inevitable,
con la biblia inicial
en su pecho y sus actos.
¿Quién se fue?,
¿se apagó?
Sin llantos colectivos,
sin falsos ni sinceros discursos,
sin tumba donde pereginar
las culpas ni las penas.
¿Quién recogerá tu discurso
que habita de a pedazos
en cada compañero,
en cada vecino,
en cada uno que cruzó tu vida?
¿Quién recogerá el discurso
que hicieron tus manos
en berretines, tatuceras, y armas?
¿Quién recogerá el hermoso discurso
de tu humildad,
de tu lealtad
no hablada?
¿Quién podrá volver a ser
la piedra de la iglesia
sin recibir reverencias
ni prevendas?
No quiero decir
lo que sé que no compartes.
No diré que fuiste un grande,
un pensador,
un estratega.
Un hombre que creció hasta su muerte,
que aprendió y creó hasta su muerte
y que hasta en su muerte
dejó un aporte, una enseñanza y un camino.
No lo diré, porque que lo que diga
sería una intención de definirte,
de acotarte.
Y temería que algunos que te odian,
solo con esto construyan tu historia.