Por Daniel Garin
“El uso de los recursos naturales afectados a la actividad agropecuaria requiere ser considerado para construir estrategias de desarrollo del agro con la participación de lo rural y lo urbano, esto es, por el conjunto de la población de nuestro país. La aseveración se justifica para vincular el Programa del Frente Amplio vigente y sus propuestas hacia los recursos naturales, los que actualmente se discuten como bienes de interés social y como recursos soberanos de los pueblos. Su implicancia, ha dejado de ser un problema de la agropecuaria y lo rural para impactar también como un problema de la ciudad.”
Hablamos de los suelos, del agua en el ciclo hidrológico –especialmente la que queda retenida en el suelo o en cauces de las cuencas hídricas-, de las semillas de interés humano, de las praderas naturales, de los recursos vivos acuáticos, de la red hidrográfica natural, etc. Recursos naturales que los procesos productivos agropecuarios le agregan trabajo humano y capital para dar identidad a cadenas de valor que generan empleo y riqueza, que luego se identifican como productos primarios: ganado de carne, lana, leche, granos de cereales y oleaginosas, diversas frutas y hortalizas, productos forestales, productos de la pesca…. Productos primarios que son riqueza obtenida a partir de la combinación: recursos naturales + trabajo + capital.
Hablar de la riqueza obtenida por la agropecuaria del país es referir, es hablar, de una destacada actividad productiva del Uruguay independiente. Es referir al principal motor del desarrollo económico, social, territorial, político y cultural del país, aunque recientemente igualada por otras actividades promovida en el marco de políticas públicas de diversificación productiva. Dejar establecido el merecido reconocimiento al agro uruguayo, por su contribución al bienestar general del conjunto de la población de nuestro país, corre el riesgo de desaprobaciones de una parte de la población; pero no se puede ocultar el papel jugado mientras el país nacía y se hacia un Estado estable. Mencionarlo es una invitación a profundizar aquellas interpretaciones que surgen de conocimientos insuficientes, individuales y/o colectivos, sobre los aportes y esfuerzos originados en la agropecuaria nacional.
Diferentes trabajos técnicos, en las cadenas de valor agropecuario, han estudiado el aporte de la productividad de los recursos naturales en la producción de los bienes primarios del agro, cosechados. Trabajos que son reveladores, ya que la mitad del valor proviene de los recursos naturales. Para poner en lenguaje cotidiano y simple: es como decir que más de la mitad del precio de un grano cosechado es aportado por los atributos del suelo y el agua.
Como consecuencia, nuestro agro tiene una matriz productiva donde una parte importante de la riqueza generada proviene de la productividad de los recursos naturales. Sin embargo, los beneficios económicos –la renta que producen- tienen otra distribución; ya que la renta está sometida a la apropiación por los propietarios de la de la tierra. Por lo que estos propietarios, se quedan con una parte importante de la renta generada por los recursos naturales.
La razón: detentar la propiedad privada de la tierra.
Curiosamente el enorme beneficio que significa la apropiación privada de la renta generada por recurso natural de interés social, no ha alcanzado para inducir la generalizada aplicación de técnicas para la salvaguarda de la integridad productiva de dichos recursos naturales. Usando una alegoría, es como tener la gallina de los huevos de oro en propiedad…..¡pero rifarse el cuidado para mantenerla!
La práctica de los propietarios en no cuidar el suelo ha llevado a la necesidad de imponer legislación y políticas públicas para asegurar el uso sustentable. En consecuencia, el Estado está obligando a implementar planes de Manejo del Suelo. Medidas estatales que han encontrado resistencias por los terratenientes. El más fuerte ha sido político: rechazan las restricciones a la propiedad privada de la tierra. Pero los Gobiernos frenteamplistas han estado firmes en su visión política sobre los recursos naturales estratégicos. Han sumado principios y valores: la productividad potencial del suelo de quienes los disponen y utilizan el presente NO pueden comprometer su uso para las futuras generaciones. Siguiendo con la alegoría de la gallina de los huevos de oro, se ha tenido que obligar al dueño de la misma que utilizándola en el presente no puede comprometer el uso por las futuras generaciones de la sociedad.
Las regulaciones para evitar los procesos de degradación y erosión de suelo se aplican hoy día de pleno en diversas producciones agrícolas, forestales y ganadería de leche. Desde este punto de vista, se trata de un problema rural. Pero desgraciadamente los residuos del mal uso del suelo (ej.: partículas de suelos erosionados que se desplazadas por efecto de las aguas de escurrimiento) terminan siendo contaminantes de los cauces de lagunas, ríos, arroyos,…. Una vez allí, se comportan como una fuente de nutrientes para la actividad biológica en el agua. Nutrientes que permiten el crecimiento de microorganismos benéficos a la actividad humana; pero también crecen los perjudiciales como las algas cianogénicas. De esta forma surge un circuito “rural-urbano” que termina afectando al abastecimiento de agua potable a centros urbanos. Y todo nació en defectos del buen uso del suelo a nivel agropecuario.
Por eso que el cuidado del suelo de uso agropecuario pasa a ser un problema de la población urbana contemporánea y también una amenaza para el desarrollo de futuras generaciones; puesto que una importante afectación adversa es el suministro sustentable, y de bajo costo, de agua potable en los centros urbanos.
Presentar este tema en un artículo periodístico acarrea riesgos. Porque las síntesis de un fenómeno complejo siempre deja cosas por decir y por presentar de valiosas y respetables visiones y posiciones de personas y colectivos; tanto de la actividad agropecuaria como de las comunidades rurales y urbanas.
Pero se asume, dada la intención de inducir más debates y más reflexiones estratégicas.
Aquí se ha usado una interpretación de las propuestas del Frente Amplio sobre los recursos naturales utilizados en el agro nacional y para buscar construir consensos estratégicos. Forjarlos con la asistencia de organizaciones sociales y de los partidos políticos, de cara a profundizar el desarrollo inclusivo e igualitario del agro, pero resguardando la potencialidad de recursos naturales para generaciones venideras.