@mateamargouy
Daniel Fernandez
Cuando iniciamos con el «Programa de Circulación de Contenidos Audiovisuales», largo y un poco pretencioso nombre, en el Municipio del oeste nos asaltó aquel concepto de «Regar en el Desierto»,utilizada por el cineasta Francés Jane Renoir, y pensamos que antes que «Regar» había que «Sembrar». La formación de públicos, cosa tan discutida y pocas veces instrumentada por nosotros, los que tenemos algo que ver con el cine, se podía concretar en un programa que acercara el cine a los barrios y eso estamos haciendo, en forma sistemática, constante, siembra y riego por goteo. La formación de público se produce entonces, casi automáticamente, pero en el proceso también se convirtió en un objetivo secundario, el mas importante es asegurar el libre acceso a la cultura de todos los ciudadanos, fundamentalmente en los sectores mas vulnerables, buscando la participación activa desde el territorio y la comunidad, construir cultura comunitaria, entre todos
Este proyecto de Cine Foro esta anclado en el territorio, la programación del ciclo se resuelve entre la comunidad organizada en cada barrio, que película van a ver y que temática van a desarrollar. Es el camino largo naturalmente, pero es el necesario.
Bitácora del Cine Foro
Tardecita noche en el oeste, atracamos en «Los Teritos» con nuestra pequeña nave, nos esperan con ansiedad las coordinadoras del centro Inau, llegamos temprano con Martin, a estas alturas compañero de gestión.
La función está programada como regalo para las madres, una alternativa no comercial en el mes dónde calza «el día de las madres», el regalo: una función de cine dónde puedan asistir las mamas el centro donde asisten sus niñas y niños, se prepara otra actividad simultánea para trabajar con ellos mientras las madres asisten al cine, no son todos los hogares dónde pueden quedarse con sus padres, pir diferentes motivos, el principal: la mayoría son madres solteras. En la semana los niñes prepararon alfajores, galletas rellenas, tortas, todo para agasajar a esas madres luchadoras y completar el regalo.
Una actividad muy preparada por la comunidad, una convocatoria que nace y se programa desde ahí, incluso la película seleccionada, nuestro proyecto está anclado en el territorio, en asamblea se discute sobre el catalogo del municipio y se elije, se debate y se elije, programamos desde el territorio, es innovador y perfecto.
Armamos, probamos imagen y sonido, todo bien.
Una señora nos dice » yo estudio cine en «Urbano» un programa de la DNC para personas en situación de calle, que bien! contame! y me cuenta, una maravilla.
Se arma el grupo, variado, madres jóvenes, muy jóvenes junto a otra veteranas, 25 en total, media hora antes todas sentadas, listas y en silencio. Empezamos antes, proyectamos la película uruguaya «Los Modernos», como habían elegido tiempo atrás.
Silencio respetuoso, sorpresa por el blanco y negro, comentarios, risas, puteadas a los personajes masculinos cada vez que denotan desidia frente a la posibilidad de acompañar un embarazo, emoción, en fin, todo lo que el cine provoca.
Nadie había visto» Los Modernos», gran parte nunca asistió al cine, no preguntamos nunca al grupo, da vergüenza admitir a veces. Igual lo comentan varias, con vergüenza. Les digo que la vergüenza es nuestra por haber tardado tanto en llevar el cine a los barrios, la vergüenza la debemos sentir nosotros por no entender que el acceso a la cultura es un derecho ciudadano, que el estado debe asegurar, con libre acceso.
Felicitan la fotografía del film, el blanco y negro, la música, la trama, buenos análisis, mejores de muchos que ya escuché en boca de entendidos.
Guardamos con el compa, las invito al estreno de Los Tiburones , es gratis?» preguntan. Les contesto que no, no es gratis, pero es con entrada totalmente libre. La dejo picando, entienden la observación. Nos despedimos, aplauden y agradecen
Con mucha emoción nos vamos, como todas las veces.
«Y la nave va»