La manija del sartén…

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@mateamargouy

Rodney «Buba» Franco

En estos días pasados pudimos conocer la propuesta programática hecha por la Confederación de Cámaras Empresariales de este País para el próximo periodo.

Dicha propuesta plantea reducir el Estado, cambios impositivos y regulación laboral. Entre los planteos, que fueron escuchados atentamente y apoyados por los pre-candidatos nacionalistas, está mejorar la competitividad (aumentando la cotización del dólar), reducir el gasto público, aprobar una ley de regla fiscal y derogar el decreto que permite las ocupaciones de los lugares de trabajo.

Lejos de ser nuevas, varias de estas políticas fueron ya aplicadas en este país sobre todo en la década de los 90. Además van en la línea de las políticas neoliberales aplicadas en la región por parte de las derechas que recuperaron los gobiernos. Basta mirar a nuestros vecinos para alarmarnos de lo grave que pueden ser estas medidas para la población y sobre todo para los más pobres.

Propuestas como la de mejora en la competitividad o aumento del dólar, solo favorece a los grandes productores, industriales y/o exportadores. El resto de los uruguayos nos veríamos muy afectados frente a una medida de este tipo. Sobre todo los pequeños productores, las PYMES y los trabajadores dependientes ya que ganamos en pesos y nos endeudamos en dólares generalmente.

También indirectamente generaría un mayor gasto público ya que este también se endeuda en dólares, generando una gran contradicción con la propuesta de reducción del déficit. Las empresas reclaman una reducción del gasto público y del Estado por medio de la no contratación e inversión. Si partimos de la base  de que la empresa contratante más grande del país es el Estado y sus Empresas Públicas, llegamos a la conclusión que este tipo de medidas serÍan sumamente negativas para lxs trabajadorxs del Uruguay.

En un País chico, con una población chica y un mercado interno aún más chico, pensar en la no intervención del Estado en la generación de trabajo directo e indirecto es un suicidio, del cual solamente las transnacionales saldrían beneficiadas y los supuestos liberales cobrarían las suculentas coimas o regalías por el mandado.

En las propuestas tributarias se pisa un terreno casi obsceno, al solicitar primero que nada el bajar la tasa de aporte de las empresas, después sacar impuestos a la tenencia de tierras y patrimonio, la reducción del aporte patronal y la generación de inversión a cambio de una mayor exoneración de impuestos son medidas altamente costosas que en ningún momento proponen cómo subvencionarlas o quien las paga, por lo que podemos decir que se pretende que las pague el pueblo trabajador. Esto también va a contra pelo de la reducción del gasto público ya que el sacar impuestos a los que más tienen estarían desfinanciando y recortando las políticas públicas para los que menos tenemos.

Quizás uno de los puntos más escandalosos o violatorios para los trabajadores es el que refiere a las “relaciones laborales”. El volver a hacer hincapié en la derogación del decreto (165/07) que regula la ocupación de los lugares de trabajo, la formalización del amarillismo y el intento de reglamentar un derecho fundamental y constitucional como es el de la huelga, son retrocesos a las peores épocas de nuestro País.

Ni que hablar el punto que quiere flexibilizar la Negociación Colectiva. En el punto de la “Infraestructura” nuevamente se pide mayor inversión del Estado, por no decir que se haga cargo solamente el Estado. Nos volvemos a encontrar frente a una contradicción… Quieren pagar menos impuestos, más exoneraciones, mayor flexibilidad laboral pero critican el gasto público, pidiendo que sea menor, realmente no queda claro de dónde sacar las costosas demandas más que del bolsillo del trabajador y la trabajadora.

También podemos ver la misma línea en el punto de “Regulación”. Donde se pide mayor facilidad para la generación de empresas, menores controles en las mismas y bajar costos de las tasas asociadas a estos trámites.

Todas estas propuestas son acompañadas por cada uno de los programas de la oposición, mostrándonos a qué sector quieren beneficiar y quienes creen deben pagar estos beneficios. Podemos simpatizar más o menos con el gobierno.

Podemos aprobar más o menos la gestión del mismo. Lo que no podemos como trabajadores es no analizar la realidad y las propuestas de los diferentes sectores políticos y a que clase responden.

Claramente la línea que marcan las Cámaras Empresariales se da de frente con la línea que como PIT-CNT venimos impulsando en todo este proceso, el cual apuesta al desarrollo de nuestro País y a la redistribución de la riqueza del mismo.

En esto años de gobiernos progresistas la redistribución mejoro y mucho, se crearon nuevos puestos de trabajo directos y el gasto público en este sentido fue fundamental.

Se modernizó el Estado a partir de crecer en materia económica e invertir mirando al futuro con una clara propuesta de país. Donde con las complejidades del sistema capitalista que nos oprime y la globalización del mismo, igual logramos avanzar como Clase en la mejora del salario y los derechos. Pero aún nos falta…

El último periodo de gobierno ha sido mucho más acotado en este sentido al encontrarse en una realidad internacional distinta. Con un EE.UU gobernado por un neoliberal con tonos de fascista, que viene operando en esta parte del mundo para hacer caer los gobiernos progresistas o de Izquierda por medio de medidas económicas y políticas con el apoyo de la prensa internacional y nacional.

La defensa de lo conquistado es lo que en el inmediato horizonte podemos ver más allá del color que tenga el próximo gobierno. Pero no solo con eso nos podemos quedar. Debemos seguir empujando a la profundización de los cambios, al avance como sociedad y como clase obrera.

El futuro llegó y con él nuevos desafíos, las tecnologías aplicadas al trabajo, la automatización, internet y las aplicaciones son parte de los desafíos que tenemos que lograr liderar y encausar como clase trabajadora. Si las dejamos liberadas al mercado para que se auto-regulen, solamente veremos avanzar la precarización del trabajo.

Las cámaras empresariales impulsan toda esta batería de medidas para lograr allanar el camino a este nuevo modelo laboral, donde los trabajadores seremos sustituidos por las tecnologías y quedaremos cada vez más excluidos de este sistema o en el mejor de los casos pasaremos a cumplir tareas complementarias a estos nuevos servicios que salarialmente serán muy mal pagos. También se generarán nuevos trabajos de alta calificación los cuales serán mejor pagos pero por la enajenación que provocarán, serán de muy difícil organización repercutiendo también en la defensa de los salarios y derechos.

La línea empresarial está clara, quieren profundizar el sistema capitalista y mejorar sus ganancias a costa de los trabajadores de este país. Los actores políticos que acompañan este tipo de medidas también lo tienen claro, aunque muchas veces no lo dicen. Los medios hacen el mandado teniendo entre sus gerentes y dueños a varios de estos capitalistas que impulsan este modelo.

Simplemente falta que los trabajadores entiendan y acompañen esta lucha que venimos dando desde el Movimiento Sindical y desde muchas Organizaciones Sociales contra el modelo Neoliberal. Así lograremos sacarles el mango de la sartén donde nos quieren cocinar a todxs…

 

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