La patria te dijeron y te dijeron mal

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@mateamargouy

Soledad López, Carlos Pereira Das Neves

El cambio te dijeron…

Nuestro país se encuentra en período de elecciones. Los canales, las radios, los muros, las columnas, las juntadas de amigues…todo se transforma en un terreno de disputa. Se comparan discursos, se proyectan ideas, se analizan las posibilidades de concreción de los planes que se presentan. Las candidatas y los candidatos son individualizados, idealizados y cuestionados.

¿Y las familias? ¿Las familias políticas, esas que trasladaron al terreno democrático su poderío económico o militar, esas que encuentran la forma de seguir en lugares de poder y privilegios a pesar de que pasan los años, los siglos?

Apellidos que se repiten a lo largo del tiempo gracias a la jerarquización del hombre como EL sujeto político de estas familias.

Apellidos que se repiten a lo largo del tiempo, relativizando la concepción de un avance y mucho más la noción de un verdadero cambio. Pero que hoy se presentan como “la revelación” y “un gobierno para evolucionar”, cuando genéticamente han estado en la toma de decisiones toda su vida.

El pueblo es soberano y él sabrá investigar las operaciones de sus representantes” 1

Mucho se ha debatido, se debate y se debatirá sobre el General José Artigas, sobre la necesidad de una figura como la de él en la construcción de un país, sobre a quiénes defendió y a quiénes se opuso.

¿General o héroe? Ninguna de las dos en su simbolismo estructurante, pero ambas -y otras muchas más- en la construcción de su carácter, de su visión política, de su vida entregada a la defensa de la Soberanía de los Pueblos.

“Protector de los Pueblos Libres” quizás sea uno de los títulos que más justicia le hace y que, a partir del mismo, podemos hoy diferenciar a quienes usan su nombre para adornar y justificar su despotismo, de quienes lo usan para la construcción de una patria soberana y libre.

“Nuestros opresores, no por su origen sino por el mero hecho de serlo, son el objeto de nuestro odio” decía Artigas, pero lo cierto es que el origen también es importante cuando se proviene de una familia históricamente vinculada a la opresión:

  • Pedro Manini Ríos (1879) fue Ministro del Interior durante el gobierno de Batlle y Ordóñez, Ministro de Relaciones Exteriores durante el gobierno de José Serrato y Ministro de Economía durante la Dictadura de Terra. Padre de Carlos Manini Ríos.

  • Carlos Manini Ríos (1909) fue Diputado, Sub Secretario del Interior, Senador, Director de la Oficina de Planeamiento y Presupuesto, Ministro de Educación y Cultura, Ministro de Finanzas y Embajador en Brasil durante la Dictadura cívico-militar de 1973. También fue Ministro del Interior durante el primer gobierno de Sanguinetti, responsable de la detención de un Diputado del Frente Amplio durante una manifestación (violando los fueros parlamentarios del detenido) pero defendido por el propio Sanguinetti, que llegó a amenazar con poner en juego el mecanismo constitucional que habilitaba la disolución de las Cámaras en caso de censura a un Ministro. Tío de Guido Manini Ríos.

  • Guido Manini Ríos (1958) cursó estudios primarios y secundarios en el Liceo Francés, ingresando luego al liceo militar en 1973. Se formó en el batallón de infantería paracaidista Nº 14 y se vinculó al igual que la mayoría de quienes estudiaron allí a Logia de los Tenientes de Artigas, fundada en 1964 con posiciones anticomunistas y antimasones, y que tuvo un rol relevante en el golpe de Estado de 1973.

Ni artiguista, ni recién llegado a la política, ni luchador por la libertad, ni popular. Guido Manini Ríos pertenece a una familia de tradición colorada y riverista. Si, Rivera, el genocida, el traidor de Artigas.

¿Históricamente patrióticos o Patricios toda su historia?

El término ‘Patricio’ viene de la Antigua Roma y es un derivado del latín pater, que significa padre. Fue acuñado en referencia a los fundadores, a los primeros padres de Roma, y era símbolo de nobleza. Un Patricio era un Senador por excelencia.

Más acá en el tiempo y en el espacio, para nuestro historiador Carlos Real de Azúa: “Ser ‘patricio’ implica, para comenzar, una situación superior en la jerarquía social, significa pertenencia a las llamadas ‘clases altas’. También el arraigo en la sociedad: la misma noción patricia connota vinculación estrecha a un destino histórico dado.” 2

“Clases altas”, “padre”, “Senador”, “destino histórico dado”, son palabras que seguramente también se han manejado en los almuerzos familiares de la familia Lacalle desde 1800 hasta la fecha. Y es que desde 1800 -por marcar nada más que una fecha-, cuando todavía ni siquiera nos habíamos conformado como país, nuestro pueblo viene soportando y hasta financiando los lugares de poder de esta familia:

  • Juan Manuel Areta Landuaceres (1800) Coronel de la Independencia oriental, se casa con María Celestina Arrúe y López de Castilla (1798)

  • Una de sus hijas, Celestina Areta (1836), se casa con el General Carlos José Blas Lacalle y Zalayeta (1829)

  • Su hijo, Carlos Celestino Lacalle Areta (1871), se casa con Consuelo Núñez (sin fecha)

  • Su hijo, Carlos Pedro Lacalle Núñez (1909), se casa con la hija del Dr. Luis Alberto de Herrera y medio hermana de Alberto Heber Uriarte Jackson, María Hortensia de Herrera Uriarte (1908)

  • Su hijo, Luis Alberto Lacalle (1941), el “cuqui”, se casa con María Julia Pou Brito del Pino (1947)

  • Su hijo, Luis Alberto Alejandro Aparicio Lacalle Pou (1973)

Relea este pequeño arbusto genealógico las veces que considere necesario, no va a encontrar ni un García, ni un Rodríguez, ni un Pereira, ni un Gómez, ni un Pérez. Tampoco va a encontrar un cajero de supermercado, un albañil, un oficinista, ni siquiera un empleado de un estudio.

Como ciencia o como consejo

O como una reedición del debate historia:estudio-historia:cuento, mirar que hay detrás del personaje, del producto vendido a precio de mercado pero cuyo verdadero costo ya lo han afrontado nuestras familias pagando 3 o 5 veces las aventuras de SUS familias.

Familias que no tienen como objetivo reproducir una fuerza de trabajo sino emblemas, como sus apellidos. Y siempre a través del hombre, para seguir centralizando y concentrando poder, material y simbólico.

Mirar para atrás para identificar la pata de ese sillón, escondida en la oscuridad, adonde llevamos a estrellarse nuevamente nuestro dedo chico del pie. La historia:cuento esta vez viene de la mano con la historia:realidad, ni siquiera la busco para mejorar el futuro y si -tan solo- para no repetir el pasado que espera ansioso una nueva oportunidad.

Es más que un verso, más que una metáfora, son cicatrices institucionales que llevamos en la sangre. La nuestra, pero sobre todo la de ellos.

NOTAS

1 Palabras del General José Artigas al Cabildo de Montevideo el 1º de mayo de 1815.

2 Real de Azúa, Carlos. El patriciado uruguayo. Ediciones Asir; Montevideo; 1961; Pág. 9.

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