Gabriela Cultelli y Héctor Tajam
¿Rarísimo o más claro échale agua? En estos días nos sorprendió el hecho de que Twitter bloqueara varias cuentas institucionales cubanas (Cubadebate, mesaredonda, entre otras) y personales (Raúl Castro, su hija, etc.) también del hermano país. Sin embargo, cuentas con tantas inexactitudes1 como la de Talvi, siguen ahí tan campantes.
En torno a los nuevos 70 mil empleados públicos enemigos de Talvi, solo recordaremos que el 70% son trabajadores de la Educación, más del 14% de la salud, otro 7% de la seguridad y menos del 9% se destinaron a otras áreas del Estado, en un país que en términos de producción creció en 80% en similar período de tiempo (2004-2018), según el BCU.
En esta oportunidad comentamos otro nuevo twit del desacertado Talvi, del 15 de este mes referido a sus dichos en un programa de canal 4. Citamos:
“Subir impuestos y tarifas públicas cuando hay pérdida de empleos y las empresas no son competitivas no funciona. Se hicieron 3 ajustes fiscales y estamos peor que antes. La única salida es redimensionar el Estado de manera gradual y humana y mejorar su productividad. A eso vamos”
¿Cuál? – ¿Cuándo? – ¿Cómo? 1
La pregunta del subtítulo viene referida a la primera y segunda oración de la cita en cuestión. Veamos cómo fueron realmente las cosas, antes de pronunciarnos sobre las hipótesis neoliberales del Sr. Talvi en su “¡Señor!” Twit.
Como Talvi es economista, seguramente sabe que la presión fiscal es un indicador que relaciona los impuestos que pagamos todos los uruguayos, con el producto (PBI), o sea lo que producimos todos los uruguayos (valga la redundancia) en un año.
Entre los años 1999 y 2004 (gobierno colorado), la presión fiscal se mantuvo en constante crecimiento. Una de las razones fue la caída del denominador de esta relación, o sea del PBI. A ello se sumó la creación de nuevos impuestos y el aumento de las tasas de los ya existentes. ¿Qué raro que nuestro ilustre economista no refiera a esa etapa?
Entre el año 2005 y 2006 la presión fiscal creció en el orden del 4% aproximadamente, y otro tanto hacia el 2008 para luego estancarse hasta el 2017/2018 que vuelve a incrementarse. La primera pregunta: ¿Qué pasó entre 2005 y 2006? porque la reforma tributaria fue después, a partir de 2007/08, precisamente cuando se produce el estancamiento de la presión fiscal. Sencillo, lo que pasó fue que en el 2005 ganó el Frente Amplio y comenzó a hacer cumplir la Ley: la evasión bajó sustancialmente.
Por ejemplo, solo en términos de IVA y medida en pesos constantes, entre 2005 y 2006 la evasión disminuyó un 5,5%, lo que permitió que la tasa de evasión pasara del 33% al 29%, continuando su tendencia a la baja hasta el 15% en 2013/16 (¡Menos de la mitad!!!!). En relación al PBI, la evasión que superaba el 5% entre el 2002/2003, llegó a 1,7% (2015/16). El tema no es solo subir o bajar impuestos, es también controlar el cumplimiento de la legislación vigente.
Sin embargo, la presión fiscal se elevó entre el 2016 y 2017. Por un lado, la izquierda mantuvo cierta rigidez sobre los gastos sociales. No hacerlo sería un suicidio en estas fases del ciclo económico y con la situación regional y mundial existente. En definitiva, estos gastos no solo son indispensables para el desarrollo humano, si no que actúan como una especie de colchón para los más desposeídos, que de hecho impacta en la demanda, ya sea por liberación de recursos que la población destina por ejemplo a la salud, o por demanda pública de bienes y servicios para satisfacer tales necesidades. Lo que no ha funcionado nunca es la política del achique.
En cuanto a la afirmación que Talvi hace sobre las tarifas públicas, remitimos a dos gráficos publicados por EconomíaPolítica.uy en el 2017 y que agregamos a continuación. Esos estudios permiten afirmar que los precios de las tarifas públicas evolucionaron por debajo del salario real o poder de compra de los asalariados, y que sobre todo desde el 2014, estos precios públicos evolucionaron por debajo del conjunto de precios.
Finalmente informarle al Sr. Talvi que estamos mucho mejor que antes, y no solo porque el PBI creció un 80%, y medido en dólares más que se triplicó; si no que, además porque ese crecimiento fue mejor distribuido.
¿Cuál? – ¿Cuándo? – ¿Cómo? 2
Es insólito pensar en términos humanos cuando se plantea una reducción de 70 o 100 mil trabajadores públicos. Insólito no solamente (ni principalmente) desde la posición de esos 70 o 100 mil trabajadores públicos y sus familias; si no desde los servicios que ellos cumplen como dijimos más arriba.
Pero así es el pensamiento neoliberal, cortoplacista y a ultranza defensor de los menos que más tienen en detrimento de los más que menos tienen. Es que estas relaciones netamente económicas, y por tanto sociales, han tenido A LO LARGO DE LA HISTORIA Y UNIVERSALMENTE expresión en la disciplina económica liberal y neoliberal.
En ellas el mercado, o sea realmente los que definen los precios en el mercado, tiene la capacidad de ser equitativo si se lo deja actuar sin intervención. Por tanto, el Estado y los sindicatos aparecen como los cucos de la historia. La mano invisible del mercado sería algo así como un “perfecto” asignador de recursos. ¿Perfecto para quienes? ¿Será que Talvi no se da cuenta que la inmensa mayoría de los uruguayos somos seres humanos?
Esperemos que no continúe sorprendiéndonos con esos “señores” twits.
1 Utilizamos esta expresión y no otra más certera para calificar el hecho a los efectos de que nadie se sienta agredido, aunque las mentiras y/o tergiversaciones en un profesional como Talvi, sea de alguna manera una forma de agresión al público.