La Alianza de los Caudillos Tradicionalistas 2.0

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@mateamargouy

Martín G. Delgado Cultelli

Cuando Manini Ríos compara su alianza con el Partido Nacional con la alianza entre Rivera y Lavalleja en el «Abrazo del Monzón», está remitiéndose a la teoría de Pablo Blanco Acevedo, quien sostenía que los Partidos Tradicionales no solo eran las fuerzas políticas constructoras del Estado, si no que eran constructoras de la nacionalidad misma. Él mantenía que la génesis del Estado y la nacionalidad estarían en la alianza entre Rivera y Lavalleja en el «Abrazo del Monzon». Dicha teoría historicista sirvió ideológicamente para la alianza entre el herrerismo y el riverismo en contra del batllismo.

La alianza entre el riverismo y el herrerismo terminaría con el Golpe de Estado de Gabriel Terra en 1933. Recordemos que tan solo 30 años antes del Golpe Terrista, los blancos y los colorados se mataban entre sí en brutales guerras intestinas. Así que no era fácil justificar una alianza entre sectores del Partido Colorado y del Partido Nacional. Y ahí entró en juego el «Abrazo del Monzón» y la alianza entre los dos principales Caudillos en contra del Imperio Brasileño.

También la teoría de Pablo Blanco Acevedo contenía un discurso anti-comunista. A principios de los años 30 ya existían el Partido Socialista y el Partido Comunista, además el sindicalismo tenía una importante influencia del anarquismo. Esta teoría ayudaba a reforzar la idea de que las corrientes izquierdistas no solo son contrarias al sistema partidocrático, sino que incluso serían contrarias a la nacionalidad misma. De esta forma el izquierdismo sería visto como una injerencia externa anti-natural y disruptiva de los valores nacionales. En esta ecuación, no pertenecer a los Partidos Tradicionales sería ser «anti-uruguayo». Recordemos que en este periodo se inventó una «conspiración comunista» para justificar una serie de redadas contra militantes y reforzar el rol represivo del Estado. Al mismo tiempo se introdujo en la Constitución de la República el artículo que establecía que los inmigrantes organizados en asociaciones que fuesen «contrarios a los valores de la nacionalidad» podrían ser deportados. De esta forma la «República Conservadora» reafirmaba su concepción basada en que las ideas izquierdistas eran «agentes foráneos» que planeaban destruir la «nacionalidad».

Cabe aclarar que hay dos concepciones historiográficas sobre como se desarrolló el “Abrazo del Monzón”. Una que sostiene que fue un encuentro cordial entre Caudillos caballerosos que pactaron entre sí la “liberación de la Patria”. Esa visión es la que reproducen Pablo Blanco Acevedo y Manini Ríos. La otra, es la que sostiene que Lavalleja apretó a Rivera, hasta ese momento Brigadier General de las fuerzas de ocupación brasileras, y le dijo “o estas conmigo o estas contra mí”. Lo que hay atrás de estas visiones son las formas en cómo se concibe el origen del Estado. Una es un cuento de hadas, la otra habla de las maniobras políticas y las disputas de poder.

El rol de Manini Ríos al traer hoy esta teoría de vuelta es reafirmar que la alianza «multicolor» entre el Partido Nacional, el Partido Colorado y Cabildo Abierto es la reafirmación de la nacionalidad y de la «uruguayes». Ellos vendrían a ser los «salvadores de la Patria» y continuadores de los legados heroicos de Lavalleja y Rivera. Al identificarse con los Caudillos decimonónicos, se identifican como «patriotas» y al mismo tiempo señalan al Frente Amplio como «agente del imperialismo». Mientras que Lavalleja y Rivera lucharon contra el Imperio de Brasil, ellos lucharían contra un «Imperios» identificado con la Agenda de Derechos, el multimillonario Soros, el poder judío-masónico, las Naciones Unidas, la «Dictadura» de Maduro, el Foro de San Pablo y la Dictadura de lo Políticamente Correcto.

Este relato de «patriotas» que se oponen al «Imperio» es el que capta a muchos ingenuos políticos, escondiendo sus propios vínculos con Potencias Imperiales reales, e invisibilizan el poder del Caudillismo Criollo y su relación opresiva con las masas populares.

También oculta la parte oscura de los «héroes de la Patria», Lavalleja y Rivera, arrancando por las traiciones al proyecto artiguista que realizaron ambos caudillos. Y ni hablemos del rol decisivo de Rivera en el Genocidio Charrúa. Rivera perfectamente podría ser incluido en el panteón de los principales asesinos en la historia del país, y tendría una posición destacada.

La última pregunta por hacerse es: De Manini Ríos y Lacalle Pou. ¿Quién es Rivera y quien es Lavalleja?

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