Ricardo Pose
Fueron los miles de militantes anónimos, orgánicos e inorgánicos, los de todos los días y los que se sumaron volviendo a militar, o haciendo sus primeras armas, los Colectivos organizados espontáneamente por afinidades, los que se salieron de las pantallas y se trillaron las calle y golpearon puertas, los que convirtieron una derrota política en una pérdida electoral.
Descifrando muchas veces las confusas señales de los comandos de campaña, remando contra algún pésimo mensaje en los medios de comunicación, sin más recursos muchas veces que la impotencia de ver a quienes ya se sentían derrotados, salieron con sus verdades a flor de labios, saliendo al encuentro de los desanimados, de los enojados, de los confundidos.
Fue una proeza titánica en el interior.
En las condiciones más adversas desde el punto de vista político en muchísimas localidades de nuestro interior, hicieron esa titánica tarea, remontando espectacularmente el apoyo a Daniel Martínez.
Burlaron en todo el país, el radar de las encuestadoras, haciéndoles creer sus propias compulsas hasta las 20:30 del mismísimo día del balotaje.
Arruinaron la fiesta y escupieron el asado.
No tengo dudas, que de haber contado con una semana más de trabajo, se lograba retener el gobierno.
Vencieron a los videos de Manini, los comunicados del Centro Militar., las provocaciones, los atentados.
Ahora queda por delante el desafío de dar un cauce a que esa legión de autónomos tácticos, definan un rumbo estratégico, con la premisa de impedir que la coalición multicolor avasalle los derechos conquistados por nuestro pueblo.
No tenemos el gobierno ni las mayorías parlamentarias, pero el potencial movilizador esta de éste lado, de nuestro lado de la vereda; contamos con nuestra historia y nuestra experticia.
Habrá que aprovechar el uso de la tecnología para que florezcan rápidamente cientos de grupos que permitan comunicarse en defensa propia, tensar la organización de las organizaciones sindicales y barriales, los centros de estudio, los colectivos en los barrios.
Este resultado de hondas repercusiones políticas, se construyó desde abajo, como nacen las cosas más hermosas que a lo largo de la historia construyó nuestro pueblo.
Ahora tenemos las manos libres que da el volver a ser oposición, con el uso responsable de lo institucional, pero con la contundencia necesaria para defender nuestras banderas.
La coalición oligárquica y multicolor, seguramente hará buena letra para tratar de llegar a los primeros cien días de gobierno sin grandes tensiones.
Pero habrá que recordar que esta difícil creer las palabras de Talvi sobre seguir en la búsqueda de los desaparecidos con Manini en su sociedad, que Luisito dará orden de empezar a alzar el dólar haciendo los mandados al sector agro exportador, que irán a derogar la ley del derecho de ocupación de los lugares de trabajo, y los patrones de trabajadores rurales y domésticas tendrán las manos libres para volver a las viejas prácticas, a falta de controles y la puesta en práctica de una política de desregulación en varias áreas.
Pero el musculo logrado por la comunidad progresista, está desarrollado.
Una vez más, al decir del Bebe Sendic: “el pueblo es estratega”.