David Felipe Gómez
6:50 pm, barrio Modelo Norte, Bogotá – Colombia, 21 de noviembre de 2019. De un momento a otro, el conjunto residencial, que en un día normal es calmado y tranquilo a esa hora, se llena de un sonido ensordecedor de cacerolas que se confunden con arengas que claman por respuestas inmediatas por parte del gobierno colombiano ante la crisis económica y social que vive el país.
8:15 pm, las calles del barrio se llenan de manera espontánea, hay un carnaval de alegría entre madres, padres, abuelas, abuelos, trabajadores, trabajadoras, niños, niñas y jóvenes que cacerola en mano empiezan a marchar sin un rumbo fijo pero bajo una consigna clara en contra del gobierno del presidente Iván Duque.
11:00 pm, las calles se empiezan a desocupar. Los apartamentos vuelven a llenarse de vida. Empieza la última emición de noticias cuyo encabezado no puede ser otro que “Paro Nacional en todo el país”. El balance al final del día es que se ha vivido una de las movilizaciones más grandes en la historia del país. Tal vez, para un habitante del cono sur pensar en las calles colmadas de gente, cacerolazos y demás, parezca un panorama más común. Sin embargo, para Colombia este fue todo un acontecimiento. Por primera vez se escucharon las cacerolas desde las ventanas de manera masiva, por primera vez una jornada de movilización es tan grande y logra cohesionar tanto al país.
11:30pm, un mes luego del 21 N, en Colombia el paro ha continuado. Las movilizaciones siguen juntando a los diversos sectores sociales del país. Las jornadas pacificas han sido mayoritarias, a excepción de unos lamentables episodios de violencia por parte de las fuerzas del Estado. Lo iniciado el 21 N, no es otra cosa sino un rechazo a las políticas del gobierno actual, que llegó al pico de desaprobación del 70% según la firma encuestadora Gallup.
12:00pm, empieza la emisión noticiosa con la enunciación de algunas de las políticas implementadas por el gobierno Duque: aumento de las prebendas para el sector más acaudalado de la sociedad con una reforma tributaria regresiva que aumenta las brechas de desigualdad. La propuesta de reducir al 75% el salario mínimo para los jóvenes en su primer empleo (salario mínimo mensual que per se, ya es bastante bajo: 284 USD). Una promesa de “hacer trizas” el acuerdo de paz con las FARC-EP, firmado hace poco menos de 3 años. Una grave crisis humanitaria marcada por el asesinato de líderes y líderesas sociales en Colombia que a la fecha ha llegado a la lamentable cifra de 627, además del asesinato de 157 indígenas y 160 ejecuciones extrajudiciales contra excombatientes de las FARC-EP luego de la firma del acuerdo de paz según la Comisión Interamericana de Derechos Humanos y el New York Times, además de una tasa de impunidad del 86% en estos casos según la ONU.
Estas son algunas de las problemáticas a las cuales el gobierno nacional de Colombia tiene que hacerle frente, además de las condiciones estructurales que afectan el descontento social, tales como la tenencia y uso de la tierra, las víctimas del conflicto, una economía estancada, una desempleo por encima de las dos cifras (10,3%) y un sistema político corrupto.
Con la protesta social se han hecho evidentes otros reclamos sociales tales como el desmonte del Escuadron Movil Antodisturbios (ESMAD) que data del paquete de cooperación colombo-estadounidense llamado Plan Colombia, que fortaleció la doctrina antinsurgente y del enemigo interno como mecanismos para el afianzamiento del gobierno y la garantía de la implementación de políticas neoliberales. Los episodios de brutalidad policiaca protagonizados por el ESMAD incluyen el asesinato del jóven de 18 años Dilan Cruz y decenas de personas heridas de gravedad por el uso de armas irregulares por parte de este Esquadron. El desmonte del Esmad y la brutalidad policiaca se han convertido en temas centrales del pliego del Comité Nacional de Paro, además de los ya enunciados.
Las respuestas del gobierno nacional han sido bastante limitadas. Han llamado a una “conversación nacional” a través de medios digitales y han convocado a unas pocas reuniones del presidente con un grupo pequeño de líderes sociales y sindicales que lamentablemente no representan al grueso de la sociedad y se ha negado a poner en discusión temas centrales del paro. En la madrugada del 20 de diciembre, el gobierno nacional aprobó una nueva reforma tributaria aún más regresiva en temas de distribución de la riqueza que la legislación actual, con lo que está pavimentando el terreno hacía un mayor descontento.
6:00 pm del 21 de diciembre. Pese a que en esta época del año todo parece congelarse con los afanes de las compras navideñas, las cenas familiares y la nostalgia de otras épocas, las movilizaciones han continuado; justo el día de ayer en las universidades públicas se llevaron a cabo jornadas de protesta que dejaron como resultado a un jóven gravemente herido (perdió uno de sus ojos) luego de haber sido impactado por una de las armas del ESMAD, en un episodio de brutalidad policiaca. El comité nacional de paro ha sido llamado por el gobierno nacional para entablar conversaciones a partir del próximo año. Por lo tanto, a este Paro Nacional en Colombia aún le queda mucho combustible por quemar, muchos temas sin resolver y un gobierno cada vez más debilitado gracias al fortalecimiento de la movilización ciudadana.