Por EconomiaPolitica.uy
El ajuste fiscal fue uno de los principales temas de campaña del presidente electo, y muchos recuerdan los 900 millones de dólares de reducción en el gasto público que prometió la próxima ministra de economía, Ec. Azucena Arbeleche, en función de la supresión de vacantes durante todo el quinquenio de gobierno.
A este objetivo de reducción del gasto público, se le relaciona un instrumento específico: la regla fiscal. Una regla fiscal se construye para operar como una restricción permanente sobre el gasto público, especialmente el gasto corriente del estado, limitando la discrecionalidad de las autoridades y evitando aumentos en la deuda pública. Estas reglas deben tener ciertas flexibilidades, o rutas de “escape”, para enfrentar las fases de estancamiento o recesivas del ciclo económico. En Uruguay, la ortodoxia neoliberal ha enfrentado estos momentos críticos mediante ajuste fiscales, que encadenados desde 1990 forjaron en 2002-2003 la peor crisis económica que el país haya sufrido en su historia. Y este gobierno entrante ya definió seguir por el mismo camino.
Así fue como la derecha y desde una actitud exenta totalmente de autocrítica, le reclamaba al gobierno progresista anterior una regla fiscal, que ellos nunca la tuvieron, cuando los mismos personeros de la política económica de hoy, por ejemplo, el exministro de economía Isaac Alfie (2003-2005) “designado como director de la OPP para ser el principal responsable de llevar a cabo el recorte” (Búsqueda Nº 2058 – febrero 2020). Al respecto Morales y Posada (2010) en su trabajo monográfico expresaron: “…el ahorro generado por la aplicación de dichas reglas adquiere una significativa relevancia si se observa que previo a la crisis del 2002 el ahorro en el Resultado Primario del Gobierno Central hubiese estado por encima de los 3.000 millones de dólares (cualquiera sea la regla aplicada) … la caída del PIB en esos años no hubiese sido tan profunda” (Morales, M. y Posadas, M., 2010, “Regla fiscal. Aplicación al caso uruguayo.” Tutor Oddone, G. Trabajo Monográfico presentado ante la Facultad de Ciencias Económicas y de Administración de la Universidad de la República, Montevideo, pag. 59).
En definitiva, al día de hoy se considera que lo correcto es realizar un profundo ajuste fiscal cuando la economía uruguaya crece al 1% anual, en una conducta profundamente pro cíclica que agravará la situación, entonces habrá que esperar una política de ajuste permanente, aun cuando se crezca por encima de estos registros.
La regla fiscal del gobierno multicolor está basada en la experiencia chilena, que fija como objetivo un determinado resultado de las cuentas públicas asociado a proyecciones del PIB que lo hagan sostenible. Pero en definitiva ya sabemos sobre que realmente se basaron los gobiernos chilenos para obtener buenos resultados fiscales: el abandono por parte del estado de sus obligaciones en torno a la oferta de bienes públicos a toda la población, tal como educación, salud, seguridad social, transporte público, entre otros. Y ya sabemos en que terminó, un baño de sangre cuando la población reclamó.
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