Ricardo Pose
Linchamientos virtuales
Un hecho de la crónica policial, contra una institución policial, toma ribetes de carácter político y expone el manejo inescrupuloso de algunos funcionarios policiales, que denotan un espíritu profundamente revanchista.
Crónica roja
En 9 de abril en horas de la noche, la alarma del edificio de la caja policial se activó.
La rápida respuesta permite detener a una funcionaria del ministerio, dentro del edificio, portando una máscara, un espray de color y una malla red.
También le incautan una tarjeta magnética perteneciente a una funcionaria de la oficina de Tecnología, Información y Comunicación del Ministerio, que también se encuentra en el mismo edificio de la caja.
Al mismo tiempo, un funcionario denuncia haber sido secuestrado y dejado desnudo en el parque Lecoq, para sustraerle las llaves de dicha oficina.
La noticia policial corre junto con la investigación; hasta ese momento, un confuso episodio de un delito no consumado.
Pero algún funcionario policial decide dar un paso más, un movimiento por adelantado a la justicia y a la cobertura periodística.
Ingresa al calificado Sistema de Gestión de la Seguridad Pública (SGSP), y difunde en las redes los datos de la detenida, aun no procesada.
No es lo único que investiga.
Por el SGSP, obtiene los datos de la propietaria de la tarjeta magnética, encontrada en poder de la funcionaria policial que entró a la caja.
Tiro por elevación
El SGSP lo sorprende; hay dos funcionarias con el mismo nombre.
Una, la propietaria de la tarjeta -que luego ella explicará a la policía, pensaba la había extraviado, y luego se supo se la hurtaron – que trabaja en la oficina de la Caja Policial, y la otra , su tocaya, una profesional contratada durante la administración Bonomi -Vázquez.
Sobre ésta segunda es que decide largar la información: “secretaria del perro Vázquez, mujer de un tupa y afiliada al partido comunista, involucrada en el intento de robo a la Caja”.
Como si hubieran estando esperando su día D, desde las redes salen con uñas y dientes.
A la funcionaria ahora procesada, traidora a la familia policial, le recuerdan haber sido protagonista de un video institucional sobre violencia de género, acusándola de ser “mimosa” de Bonomi, y varios colegas policiales, comparten detalles íntimos de la funcionaria, y sus habilidades sexuales.
La denigran, pero además, en la ceguera que genera el odio, pasan por alto que ese video no fue realizado durante la gestión Bonomi, sino durante la gestión Larrañaga.
Este elemento no la aliviana de responsabilidad, pero desnuda la torpeza con la que se manejan estos “defensores de la ley y el orden”.
La otra mujer, es el “bocatto di cardenale” para el fascismo criollo.
Tienen encima de la mesa todos los elementos.
¿Por qué no pensar que detrás del intento de robo de 20 millones de pesos de la caja policial, no estarían involucrados gente que estuvo al servicio de un ex dirigente del MLN-T como Eduardo Bonomi y otro de la OPR-33 como Jorge Vázquez?
Como no había en las autoridades del ministerio del Interior integrantes del Partido Comunista, el tema lo resolvieron sencillamente: la comisaria a quien pertenecía la tarjeta magnética es afiliada de dicha organización.
Estos dislates, difundidos y repicados por quienes se quejan de la grieta que hizo la izquierda, van condimentados con el aporte de funcionarios policiales que salen a denunciar los 15 años de tormentos que debieron padecer en el Ministerio en manos de los “fraudeamplistas”.
Pero no todos son seres desquiciados detrás de un teclado.
Quién no demoró en hacerse eco y tomar la bandera del fallido golpe tupa-comunista contra la caja policial,es el dirigente de Cabildo Abierto Jorge Azar Gómez.
Fue representante de Uruguay ante la ONU durante la dictadura militar, acusando en ese organismo a Wilson Ferreira “el requerido 1177, cobarde prófugo de la Justicia del Uruguay”, y a Héctor Gutiérrez Ruiz.
Más acá en el tiempo encabezó la vieja lista pachequista 123 apoyando a Julio María Sanguinetti a la interna colorada, pero la magra votación lo llevó a emigrar a las filas de Cabildo Abierto.
En la campaña electoral del 2019, cobró cierta notoriedad al declarar: “en la dictadura hubo que tomar medidas para terminar con el terrorismo; el período se extendió más de lo necesario, pero era necesario ordenar el país y ponerlo en camino para que la democracia vuelva a nosotros. Cuando se hizo el plebiscito, el 46% votó a favor de la posición del gobierno militar».
El que también se sumó a la campaña de difamación en las redes, es el concejal vecinal de la lista 71 del Partido Nacional,
Fernando Cor.
El Circulo Policial del Uruguay si bien no había tomado postura como Institución, permitió que en su muro de facebook, se posteara la foto sustraída del SGSP, aunque alertado la eliminó, y permitió que circulen los comentarios; seguramente se curó en salud de incurrir en delitos de difamación, pero el tenor de los comentarios son acordes a dos de sus directivos.
Wilfredo Rojas, Presidente de la Institución, quién en su momento sugirió que el hurto de armas de fuego a policías durante el reciente verano, recordaba a las acciones tupamaras de los 60 que habían empezado con una pintada, y Ernesto Carreras, funcionario policial integrante de la Agrupación Dignidad Policial de la lista 71 del Partido Nacional, separado del cuerpo policial por amenazas desde las redes, contra el Ministro Bonomi.
Tampoco podía quedar fuera del juego, Graciano Páscale.
Apostando fuerte
Sin cuerpo no hay linchamiento físico, y sin foto no hay linchamiento virtual.
La jauría brama por carne para morder, y las hienas, un cuerpo sobre el cual desatar la histérica risa.
Juan Carlos González Bentancor asume la tarea; buscando el nombre que obtiene con la filtración del parte policial, encuentra al enemigo; funcionaria del Ministerio y de claros vínculos con Bonomi y Vázquez; publica en su facebook la foto y los elementos que la vinculan con los hechos.
Los lobos aúllan de placer y van por su tajada.
De a poco, en el éxtasis y paroxismo de tener un Judas para quemar que representa 15 años de gobiernos de izquierda, empieza a reinar la confusión.
Postean el nombre de la dueña de la tarjeta con la foto de la procesada, y alguno empieza a dudar.
No importa.
Ya hay elementos para pegarle a Bonomi y a Vázquez, que a falta de no poderlos hacer renunciar, les pueden cargar el frustrado afane.
Lo cierto, que si la eficacia de los golpes financieros, expropiaciones en la jerga de la antigua guerrilla, son los que brinda esta funcionaria, algo adicta a la serie televisiva, La casa de papel, la población puede dormir tranquila.
Más peligrosos y dañinos, y en libertad, son los terroristas cibernéticos.
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