Mate Internacionales
En estos momentos de pandemia, la política exterior de EEUU desafía a toda razón posible y se apresta a otra movida en contra de la nación venezolana.
Es difícil cubrir la complejidad de todo el escenario, pero hagamos un resumen.
En medio de una parálisis del sistema económico mundial, una crisis sanitaria, una crisis petrolera, y una próxima elección en Estados Unidos, se dan varias jugadas al mismo tiempo. En tiempo real no podemos suponer como será el devenir de los hechos.
Pero hay algunas cosas claras:
El fracaso de la estrategia Guaidó. Así como hace unos meses lo paseaban en el congreso norteamericano en la comparecencia de Trump, hoy lo descartan proponiendo una nueva hoja de ruta que incluya elecciones nacionales, y algún titular incluso decía “sin Maduro y sin Guaidó”. Dejando estampado sobre papel algo que en Venezuela es moneda corriente, Guaidó no cuenta con apoyo ni validez, no es el presidente encargado de nada y fue un recurso más de EEUU para boicotear la estabilidad en el Caribe Sur.
Se sigue apostando a la estrategia de insubordinación militar, ofreciendo incluso hacerse cargo del país en la transición. Se desprende de aquí que ninguna de las “ofertas” norteamericanas fue suficiente y básicamente, fracasaron.
Si la anterior estrategia mostraba complicaciones, más difícil será después de la puesta en marcha una vez más del imaginario “Cártel de los soles”. Como demuestran con gran evidencia algunos artículos, además de carecer de realidad busca generar legitimidad en el hecho de “perseguir” a desertores venezolanos instalados en España y Colombia, incluso al responsable de un grupo paramilitar antichavista en formación. No queda claro como llegan a perseguir a sus propios proyectos, tal vez los falsos positivos con paramilitares en la frontera precisen de nuevas coberturas y los utilizados al momento estén obsoletos.
En este escenario no es muy real que movilicen recursos militares en el Mar Caribe sólo para vestir una estrategia de poco alcance.
Por otra parte, el imperio no sólo fracasa por sus propias incapacidades. Si lleva 7 años tratando de correr al Chavismo post Chávez sin éxito es porque quienes conducen no son tan improvisados como aveces parecen o nos quieren hacer creer.
El gobierno encabezado por Nicolás Maduro trabaja en una situación de emergencia permanente hace años, con un bloqueo que funciona y aísla a la principal reserva petrolera del mundo. Esta situación económica sigue siendo compleja y es la estrategia con mayor éxito por parte del gobierno norteamericano, pero también se ha generado cierta estabilidad en estos últimos meses. En el mismo tiempo el chavismo logró aislar a la oposición golpista y encontró los canales de diálogo con la oposición dispuesta a ir, en el correr de este año a una elección parlamentaria.
Pero si hay algo que nadie se esperaba previo a todos estos puntos que señalábamos es al COVID 19.
El virus está mostrando la cara más dura del poder norteamericano, donde el gobierno fracasa ante una epidemia que deja a la vista de todo el mundo que el sistema sanitario norteamericano no está hecho para las grandes mayorías. Miles de ciudadanos estadounidenses sin atención médica serán las principales víctimas de la pandemia mundial.
Por otro lado la Venezuela asediada y en pie de guerra hace años, actuó con mayor eficiencia y serenidad ante la expansión del virus. Hagamos una descripción breve de la situación: mostró la rapidez para efectivizar la cuarentena. Un testeo rápido y masivo basado en una encuesta nacional a través del carnet de la patria que identificó a 70.000 personas probables de portar el virus para posteriomente descartar realizando test, movilizando médicos a los hogares señalados. Si algo le da credibilidad a la atención del gobierno a la crisis sanitaria, es que suceda lo que nadie pudo prever: es el cambio drástico del flujo migratorio. De un día para el otro miles de venezolanos comenzaron un retorno masivo desde Perú, Ecuador y Colombia buscando el amparo de un gobierno presente, huyendo de los cadáveres en las calles del gobierno de Lenin Moreno, de la crisis económica y sanitaria de Duque. El contingente militar venezolano se desplegó una vez más, para atender las agresiones y para atender a los miles de venezolanos que cruzaron la frontera estos días, hacerles los test y conducirlos a los Estados de origen.
Todos los errores en la implementación de las diferentes estrategias norteamericanas más los aciertos de Nicolás Maduro y de la movilización Chavista, han llevado a que se descarten de plano varios recursos e instrumentos como lo son algunos paramilitares, desertores y hasta el propio Guaidó.
Se ha desatado una nueva ola de agresiones bastante menos sutiles nuevamente (si es que las anteriores tenían algo de sutil) contra Maduro, pero especialmente contra los aciertos políticos y sanitarios, como contra la posibilidad de una estabilidad política en el Caribe. Difícil que alguien vea como cambios reales estos amedrentamientos y no sabemos si quiera si existe un plan en consecuencia, por lo pronto los principales aliados mundiales venezolanos, nada más ni nada menos que Rusia y China, aprovechan la oportunidad de la evidencia para dejar en claro a través de distintos comunicados el apoyo al gobierno de Venezuela y el rechazo a los cada vez peores intentos injerencistas.
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