El Pueblo sabe ser estratega

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@mateamargouy

Se cumple otro año más de la partida física de Raúl “Bebe” Sendic, y como todos los años un puñado de militantes comprometidos con las mismas causas y sentires, trata de sacar apuntes de sus escritos, de su trazo colectivo en la historia uruguaya, de las anécdotas de sus contemporáneos.

En estos días varios uruguayos y uruguayas, y también militantes sociales de otras partes del mundo estarán homenajeando al “paisano intelectualizado” sobre todo por su legado de acción plagada de coherencia.

En estos días también, un gobierno de corte neoliberal explícitamente comienza arriar al Estado a sus intereses, algunas ideas de Sendic o de esa intecionalidad colectiva que expresaba con hechos se vuelven de una vigencia que hace que el tiempo pase menos de lo que parece.

De un día para el otro de un mes para el otro, Uruguay comenzó a atravesar una retracción del Estado donde hacía la diferencia cotidianamente. Una crisis sanitaria y económica se instaló en el país, como en tantos otros.

Las consecuencias están a la vista, pero no así el accionar del gobierno, al Estado fuerte se lo ve en el sistema de salud, se imaginan esta crisis sin FONASA? En la educación pública, atendiendo la emergencia, donde continúan repartiendo alimentos en la cantidad de escuelas que lo brindan, en el sistema solidario de previsión social sosteniendo al récord de envíos a seguro de paro, en las intendencias saneadas que vuelcan recursos en las poblaciones más vulnerables a la escala que tienen a mano… Todavía resisten a sus superiores electos, los mecanismos que mencionábamos, la institucionalización de ese poquito de igualdad.

Las grandes decisiones que corresponden a tiempos de crisis no llegaron y no se puede palear tamaña situación con un barbijo y 1200 pesos por un mes y medio. Para colmo de males, si la crisis no fuese ya peligrosa, aumentó la carne, la luz, el agua, antel, se remarcó los productos de uso diario y subió el dólar.

Pero como decía Sendic, cuando se funda una cosa también surge la anti–cosa. Hoy están fundando una normalidad nueva, más desigual y más injusta, tratando de re-institucionalizar una forma de entender el rol del Estado por decreto y por ley, justo cuando en todo el mundo el Estado aparece como la primer herramienta frente a las pandemias.

Mientras el ministerio de desarrollo social ese que decían se instalaría en Casavalle, deja de atender las necesidades y se preocupa por cambios cosméticos, mediáticos, por allá abajo, lejos y antes que nadie lo pudiese resolver, surgen un sin fin de ollas populares. Simultáneas sin conocerse una a otras, como un adn solidario del pueblo uruguayo. Tuvo que pasar un mes de ser gobernados por la derecha para que retorne la necesidad de ese tejido de solidaridad cotidiano que se refunda con más capacidad práctica que los noveles ministros, tal cual fuese el ministerio de las ollas populares.

En estos días el partido de gobierno se apresta a presentar en un atropello a las tácitas tradiciones políticas, un proyecto de ley con una cantidad de artículos que obviamente no fueron anunciados en ningún programa de gobierno, como el chiste del ex presidente Macri, “si les contaba no me votaban”.

Viciados de ajustes y desmantelamientos, no faltaron entre los artículos elementos represivos. Una receta en conjunto, el pasarle tijera a la gente y estar prontos para que nadie se queje.

Esta brusquedad y atropello, “el shock” para que nadie salte, se está topando con la solidaridad que hace y que habla, con las movilizaciones posibles dentro de la pandemia y es de esperar que comience a toparse con muchas más de lo que se puede prever. Un ejemplo de esto que decimos, son los tantos directores de los centros de salud de ASSE que no soportaron la prepotencia del nuevo director de Cabildo Abierto, que sin conocimiento alguno eligió presentarse a través del destrato y la intolerancia. La renuncia inmediata es un reflejo y no un acto organizado, como ese reflejo es de esperarse que sigan sucediendo respuestas a las ausencias y las indecencias del gobierno actual. Aún la izquierda y el movimiento social se encuentran acomodándose y re acomodándose al rol de oposición y unidad en la resistencia, mientras tanto van a seguir surgiendo las respuestas porque como decía Sendic, el pueblo sabe ser estratega.

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